El Papa Francisco dijo que la propiedad privada es "un derecho secundario" y defendió la sindicalización
El Papa Francisco envió un mensaje a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el que afirmó que "a veces, al hablar de propiedad privada" se olvida que "es un derecho secundario", al tiempo que habló de la reconstrucción de las economías tras la pandemia.
"A veces, al hablar de propiedad privada olvidamos que es un derecho secundario, que depende de este derecho primario, que es el destino universal de los bienes", sostuvo el sumo pontífice en el mensaje por videoconferencia.
El Papa argentino sostuvo además que una vez superada la pandemia de Covid-19 la reconstrucción de la economía a nivel mundial debe apuntar a tener "condiciones laborales decentes y dignas" para los trabajadores.
"Estamos llamados a dar prioridad a nuestra respuesta hacia los trabajadores que se encuentran en los márgenes del mundo del trabajo y que todavía se ven afectados por la pandemia del Covid-19: los trabajadores poco cualificados, los jornaleros, los del sector informal, los trabajadores migrantes y refugiados, los que realizan lo que se suele denominar el ‘trabajo de las tres dimensiones’: peligroso, sucio y degradante, y así podemos seguir la lista", afirmó.
En uno de los tramos de su discurso, señaló las dificultades que tuvieron las empresas para salir adelante, "algunas corriendo el riesgo de quiebra total o parcial", ya que en 2020 se produjo "una pérdida de empleo sin precedentes", según publicó Vatican News.
En su mensaje, Francisco afirmó que "la actividad empresarial es esencialmente una noble vocación orientada a producir riqueza y a mejorar el mundo para todos".
Y, en esa línea, sostuvo -cómo ya lo había hecho en su encíclica Fratelli Tutti- que junto al derecho de propiedad privada "existe el derecho previo y precedente de la subordinación de toda propiedad privada al destino universal de los bienes de la tierra y, por tanto, el derecho de todos a su uso".
"Deberíamos seguir ejerciendo un especial cuidado del bien común", subrayó la máxima autoridad de la Iglesia Católica en otro tramo de su mensaje a la cumbre de la OIT.
Derecho de la sindicalización
En este sentido, defendió el "derecho de la sindicalización" como un elemento central y se refirió también a la economía informal, al considerar que "es muy necesario garantizar que la asistencia social llegue" a ese sector.
El movimiento sindical enfrenta dos desafíos trascendentales: "El primero es la profecía y está relacionada con la propia naturaleza de los sindicatos, su vocación más genuina", argumentó.
"Los sindicatos son una expresión del perfil profético de la sociedad. Los sindicatos nacen y renacen cada vez que, como los profetas bíblicos, dan voz a los que no la tienen, denuncian a los que ‘venderían al pobre por un par de chancletas’, como dice el profeta, desnudan a los poderosos que pisotean los derechos de los trabajadores más vulnerables, defienden la causa de los extranjeros, de los últimos y de los rechazados", subrayó.
Migrantes y trabajadores más vulnerables
El Papa puso de relieve también las necesidades de los migrantes y los trabajadores más vulnerables, particularmente los de la economía informal, y criticó que muchas veces esos sectores quedan afuera de los planes nacionales de salud.
En el contexto de la pandemia, Francisco consideró que eso "complica la detección temprana, la realización de pruebas, el diagnóstico, el rastreo de contactos y la búsqueda de atención médica por el Covid-19 para los refugiados y los migrantes y, por lo tanto, aumenta el riesgo de que se produzcan brotes entre esas poblaciones".
Además se refirió a las necesidades de las necesidad de los trabajadores informales y sostuvo que "es muy necesario garantizar que la asistencia social llegue a la economía informal y preste especial atención a las necesidades particulares de las mujeres y de las niñas".
"En este momento de reflexión, en el que tratamos de modelar nuestra acción futura y de dar forma a una agenda internacional post COVID-19, deberíamos prestar especial atención al peligro real de olvidar a los que han quedado atrás", sostuvo Francisco.