¿Qué pasó el 9 de julio de 1816 en Argentina?
Aquello que se recuerda como un hecho histórico de los más importantes para el país, y que se celebra cada año, surgió a partir de todo lo que pasó el 9 de julio de 1816.
Lo que sucedió en ese entonces fue clave para el futuro de los americanos, ya que los diputados de las Provincias Unidas del Río de la Plata se reunieron en San Miguel de Tucumán y declararon su independencia del gobierno español para las provincias de Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia.
Fueron varias las causas que se desencadenaron en ese momento y que marcaron un antes y un después a partir de lo que pasó el 9 de julio de 1816, ya que ese año convergieron dos hechos fundamentales para la historia nacional:
- la declaración de la Independencia
- organización final del plan continental del general José de San Martín, que sería el garante de esa independencia y la llevaría más allá de las Provincias Unidas.
Qué pasó el 9 de julio de 1816: contexto internacional
Para conocer lo que pasó el 9 de julio de 1816 es importante hacer un repaso por sus antecedentes.
En 1814, el rey Fernando VII de España había regresado al trono español.
Esta situación quitó argumentos de acción a los hombres que habían iniciado la Revolución de Mayo en el Virreinato del Río de la Plata e instaurado la Primera Junta en 1810, y los gobiernos que habían sucedido a esta, bajo la premisa de la Máscara de Fernando VII.
Ya no podían actuar en nombre del rey de España porque este volvió a estar en el poder efectivo.
Antes de saber qué pasó el 9 de julio de 1816, lo que preocupaba era que el rey quería reconquistar sus dominios en América.
Los realistas, que eran los partidarios de la monarquía española, habían triunfado en Huaqui, Vilcapugio y Ayohúma, y eran fuertes en el Alto Perú, la actual Bolivia. Desde allí pensaban atacar las bases de los independentistas e invadir todo el actual territorio de Argentina teniendo como objetivo la ciudad de Buenos Aires.
Por otro lado, y también tiempo previo a qué pasó el 9 de julio de 1816, el 15 de abril de 1815 fue otro día clave.
Entonces, una revolución terminó con el gobierno centralista del director supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, el general Carlos María de Alvear. Los revolucionarios exigieron la convocatoria de un Congreso General Constituyente. Inicialmente se enviaron diputados de todas las provincias iniciando las sesiones el 24 de marzo de 1816.
Sin embargo la situación de los patriotas independentistas en su frontera noroeste no estuvo asegurada hasta que en marzo de 1816 el general porteño José Rondeau aceptó firmar el Pacto de los Cerrillos con el caudillo salteño (Salta incluía a Jujuy y Tarija) Martín Miguel de Güemes.
A partir de ese momento, las fuerzas de Güemes sostuvieron la lucha en el frente norte, liberando a los ejércitos del gobierno nacional para que, al mando del general José de San Martín, pudieran avanzar contra sus enemigos más allá de la Cordillera de los Andes hacia Chile y luego hasta Perú.
Mientras tanto, el caudillo José Gervasio Artigas y sus aliados defendían el territorio de las incursiones portuguesas, pese a las actitudes ambiguas de los gobernantes porteños.
Qué pasó el 9 de julio de 1816: más historia
Mientras España se había liberado de los franceses y el rey Fernando VII había vuelto al trono y se predisponía a recuperar los territorios americanos que estaban en manos de los revolucionarios, el ejército realista había comenzado a avanzar por toda la región derrotando a una parte de los movimientos independentistas americanos.
Eso marcó un momento clave para terminar en lo qué pasó el 9 de julio de 1816.
Ante esa situación, las Provincias Unidas se juntaron para decidir qué hacer frente al peligro realista.
El Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas en Sudamérica se reunió en San Miguel de Tucumán para limar asperezas entre Buenos Aires y las provincias, ya que sus relaciones estaban deterioradas.
Cada provincia eligió un diputado cada 15.000 habitantes. Las sesiones del Congreso se iniciaron el 24 de marzo de ese año con la presencia de 33 diputados de los 34 elegidos.
Finalmente, y después de arduas discusiones, los representantes firmaron la declaración de la Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica y la afirmación de la voluntad de "investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli" y "de toda otra dominación extranjera".
De este modo, después del proceso político iniciado con la Revolución de Mayo de 1810, se asumió por primera vez una manifiesta voluntad de emancipación y eso quedó marcado en lo que pasó el 9 de julio de 1816.
La Proclama de la Independencia
Como parte de lo que pasó el 9 de julio de 1816, hay que recordar que todo sucedía de forma normal y con mucha emoción, mientras que San Martín preparaba en Cuyo al Ejército que cruzaría Los Andes.
Se mostraba impaciente para que el Congreso reunido en Tucumán proclamara la Independencia.
En una de las cartas que mantiene con uno de los congresales, el representante de Cuyo, Tomás Godoy Cruz, escribía: "¿Hasta cuándo esperamos para declarar la Independencia? ¿No le parece a usted una cosa bien ridícula acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional, y por último hacer la guerra al soberano de quien en el día se cree dependemos?".
Y concluía: "Veamos claro, mi amigo, si no se hace, el Congreso es nulo en todas sus partes, porque reasumiendo este la Soberanía, es una usurpación que se hace al que se cree verdadero, es decir a Fernandito".
En ese entonces, cuando se analiza lo que pasó el 9 de julio de 1816, el contexto era sumamente complejo, los realistas habían recuperado amplios territorios en América, entre ellos, Chile y buena parte del Alto Perú, lo que constituía toda una amenaza para las Provincias Unidas.
En Europa se asistía a la restauración de las monarquías; en la Banda Oriental, podía constatarse el avance portugués; y en el plano interno, las relaciones entre el gobierno central y el litoral estaban quebradas.
Asimismo, las relaciones entre Buenos Aires y provincias que participaban del Congreso no estaban exentas de tensiones.
Finalmente, se sabe que lo que pasó el 9 de julio de 1816 es que se firmó el acta de la Independencia, donde prevaleció una postura que representaba el mandato de la mayoría de las provincias: investir a las Provincias Unidas del "alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli".
Quedaba expresamente rechazada toda fórmula intermedia que habilitara algún tipo de protectorado. Se trató, pues, de una manifestación clara, acorde con el pedido de San Martín, de declarar la Independencia absoluta de las Provincias Unidas respecto a la corona española y "de toda otra dominación extranjera", según la fórmula agregada a la proclama días después en las siguientes sesiones del Congreso.
La proclama se publicó en español. También en quechua y aymará con el fin de incorporar al proceso a los pueblos originarios para que todos supieran lo que pasó el 9 de julio de 1816.
9 de julio de 1816: los Diputados
Los 29 diputados del Congreso de Tucumán que suscribieron el acta de Independencia declarada por el Congreso de las Provincias Unidas en Sud América y que fueron clave en eso qué pasó el 9 de julio de 1816 fueron:
- Presidente: Francisco Narciso de Laprida, diputado por San Juan.
- Vicepresidente: Mariano Boedo, diputado por Salta.
- Secretarios: José Mariano Serrano, diputado por Charcas y Juan José Paso, diputado por Buenos Aires
Diputados claves:
- Por Buenos Aires: Dr. Antonio Sáenz, Dr. José Darragueira, Fray Cayetano José Rodríguez, Dr. Pedro Medrano, Dr. Esteban Agustín Gascón y Dr. Tomás Manuel de Anchorena.
- Por Catamarca: Dr. Manuel Antonio Acevedo y Dr. José Eusebio Colombres.
- Por Córdoba: Eduardo Pérez Bulnes, José Antonio Cabrera y Lic. Jerónimo Salguero de Cabrera y Cabrera.
- Por Jujuy: Dr. Teodoro Sánchez de Bustamante.
- Por La Rioja: Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros.
- Por Mendoza: Tomás Godoy Cruz y Dr. Juan Agustín Maza.
- Por Salta: Dr. José Ignacio de Gorriti.
- Por San Juan: Fray Justo Santa María de Oro.
- Por Santiago del Estero: Pedro Francisco de Uriarte y Pedro León Gallo.
- Por Tucumán: Dr. Pedro Miguel Aráoz y Dr. José Ignacio Thames.
- Por Mizque: Pedro Ignacio Rivera.
- Por Charcas: Dr. Mariano Sánchez de Loria y Dr. José Severo Malabia.
- Por Chichas (incluyendo a Tarija): Dr. José Andrés Pacheco de Melo
En esa sesión tan importante no estuvieron presentes cinco diputados:
- el coronel José Moldes (Salta), que se encontraba detenido;
- el coronel Juan José Feliciano Fernández Campero (Chichas), que estaba al mando de tropas en el frente de combate;
- el presbítero Miguel Calixto del Corro (Córdoba), que estaba realizando una misión diplomática ante José Artigas;
- el médico Pedro Buenaventura Carrasco (Cochabamba), que estaba en servicio en el Ejército del Norte
- el diputado Juan Martín de Pueyrredón (San Luis), que había viajado a Buenos Aires para asumir el cargo de Director Supremo.
La Casa Histórica de la Independencia
Para saber qué pasó el 9 de julio de 1816 es importante conocer la historia de la casa de Tucumán, que se construyó en 1760. La misma pertenecía a una importante familia local, la de Francisca Bazán, esposa de Miguel Laguna.
Era una casa con varias habitaciones, patios que las conectaban y su único ornamento eran unas columnas salomónicas ubicadas a los costados de la puerta principal, las cuales fueron marco de lo que pasó el 9 de julio de 1816.
Después de ser sede del Congreso donde se declaró la Independencia, fue alquilada para la imprenta del ejército, el servicio de Telégrafo y el Juzgado Federal.
En 1869, el fotógrafo Ángel Paganelli, que visitaba la ciudad de San Miguel de Tucumán, registró el deterioro del edificio a solicitud de un grupo de vecinos para llamar la atención de las autoridades en pos de la conservación.
En 1904, el gobierno la restauró pero debido a su pésimo estado tuvo que demoler gran parte de la vieja casa. La única parte que fue salvada fue el Salón de la Jura de la Independencia. La reconstrucción intentó ajustarse al máximo en cada detalle del edificio original utilizando, incluso, los mismos tipos de ladrillos, tejas y baldosas.
En 1941 fue declarada monumento histórico por su rol en lo que pasó el 9 de julio de 1816. Actualmente funciona como museo y es centro tradicional de los festejos por la Declaración de la Independencia. Allí cada día 9, el Liceo Militar "General Aráoz de Lamadrid" realiza el relevo de guardia en el Museo de la Casa Histórica de la Independencia.
Con la intención de resaltar las tradiciones de nuestro pasado, los soldados del Liceo Militar, con el uniforme del Regimiento de Infantería de Montaña 10 y acompañados por la Banda Militar "Sargento Primero Pedro Bustamante" del Instituto, realizan esta ceremonia.
De esta forma, el Ejército Argentino junto al pueblo tucumano recuerdan el pasado y mantienen la honesta tarea de custodiar la histórica vivienda donde se juró y se proclamó nuestra Independencia aquel 9 de julio de 1816.
9 de julio de 1816: celebración oficial
El Día de la Independencia de la República Argentina se celebra cada 9 de julio.
Esto es así a partir del momento en que, el 6 de julio de 1826, Bernardino Rivadavia, presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, ordenó que el 9 de julio se conmemorase juntamente con el 25 de mayo, pues consideraba que la repetición de estas fiestas irroga perjuicios de consideración al comercio e industria.
Pero Juan Manuel de Rosas, durante su segundo gobierno, y a punto de celebrar los 20 años de la Declaración de la Independencia, dispuso mediante un decreto promulgado el 11 de junio de 1835, que la celebración del 9 de julio debía hacerse con los mismos preceptos que el 25 de mayo. Así quedó sellado para siempre lo que pasó el 9 de julio de 1816.