Por qué el 18 de mayo se celebra el día de la escarapela
La escarapela argentina es el primer símbolo patrio que oficializó el Triunvirato por decreto el 18 de febrero de 1812, que determinó que sea la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata de color blanco y azul celeste. Fue a instancias de Manuel Belgrano, quien, en la actual ciudad de Rosario, solicitó el uso de una escarapela nacional con el objetivo de uniformar al ejército revolucionario y, a su vez, distinguirlo de los enemigos.
Breve historia
El 13 de febrero de 1812 Manuel Belgrano propuso al gobierno la creación de una "escarapela nacional", en vista de que los cuerpos del Ejército usaban distintivos diversos. El 18 de ese mes, el Triunvirato aprobó el uso de la escarapela blanca y celeste, decretando: "Sea la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color blanco y azul celeste…"
Finalmente, el 27 de febrero de 1812, Belgrano estableció dos baterías de artillería en ambas orillas del río Paraná, próximas a la entonces pequeña población conocida como Villa del Rosario (la actual ciudad de Rosario).
En esa misma fecha, hacia las 18:30, y en solemne ceremonia, Belgrano dispuso que fuera por primera vez enarbolada una bandera de su creación (se presume que de dos franjas horizontales, blanca la superior y celeste la inferior). La tradición señala que esa primera bandera izada por Belgrano fue confeccionada por una vecina de Rosario de nombre María Catalina Echevarría de Vidal y quien tuvo el honor de izar la enseña fue un civil, Cosme Maciel, también vecino de Rosario. En esta ciudad se encuentra el Monumento Histórico Nacional a la Bandera asentado en el Parque Nacional a la Bandera.
Allí, en las baterías "Libertad" e "Independencia" la hizo jurar a sus soldados. Luego, mandó una carta al gobierno comunicando el hecho. Este mismo día, el Triunvirato le ordenó hacerse cargo del Ejército del Norte, desmoralizado después de la derrota de Huaqui.
"¡Soldados de la Patria! En este punto hemos tenido la gloria de vestir la escarapela nacional que ha designado nuestro Excmo. Gobierno: en aquel, la batería de la "Independencia", nuestras armas aumentaran las suyas; juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores, y la América del Sur será el templo de la Independencia y de la Libertad. En fe de que así lo juráis, decid conmigo "¡Viva la Patria!", dijo.
El 3 de marzo, el Triunvirato contestó la carta de Belgrano, ordenándole que disimulara y ocultara la nueva bandera y que, en su lugar, pusiese la que se usaba entonces en la Capital. La orden se debió a la preocupación por la política con el exterior. Pero, cuando la orden salía de Buenos Aires, Belgrano ya marchaba hacia el norte y, por esta razón, no se enteró del rotundo rechazo del gobierno a la nueva bandera.
El 25 de mayo de 1812, al frente del Ejército del Norte, el entonces General en jefe M. Belgrano movilizó sus tropas hacia Humahuaca. En San Salvador de Jujuy, enarboló al ejército de su mando la bandera en los balcones del Ayuntamiento, en vez del estandarte real de costumbre que presidía las festividades públicas. Allí, la bandera argentina fue bendecida por primera vez.
El 27 de junio, el Triunvirato ordenó nuevamente a M. Belgrano que guardara la bandera y le recriminó su desobediencia.
El Consejo Nacional de Educación estableció el 18 de mayo de 1935 como la fecha para homenajearla.
Desde el Museo Histórico Nacional cuentan que el uso de escarapela se hizo costumbre como distintivo entre los ejércitos de España durante el 1700, y que las formas de las escarapelas variaban en lazos o moños, hasta que se estableció forma actual llamada la roseta o cucarda.
Las escarapelas eran también una forma de distinguir bandos políticos. Por eso, en las jornadas revolucionarias de mayo de 1810, Domingo French y Antonio Luis Beruti repartieron escarapelas. Aunque no blancas y celestes como solemos imaginar sino blancas, para distinguir a los revolucionarios de los españolistas.