Aumento de la tarjeta Alimentar: el motivo detrás de las críticas de organizaciones sociales
La segunda ola de coronavirus trajo nuevas restricciones. Las nuevas restricciones trajeron, por parte del Gobierno de Alberto Fernández, una ampliación de ciertas asistencias estatales, como la tarjeta Alimentar. Se esperaba que dichos anuncios tuvieran una repercusión positiva en el oficialismo y en ciertos sectores de la sociedad, algo que no sucedió.
¿Por qué ha recibido críticas? El verdadero motivo
Acompañado por funcionarios, miembros de la Iglesia Católica, referentes de organizaciones de derechos humanos y movimientos sociales, el Presidente anunció la inclusión de todos los menores de 14 años en el beneficio de la Tarjeta Alimentar, originalmente destinada a menores de 6 años. A su vez, se ampliaron los montos: la madre de un hijo cobrará 6 mil pesos; de dos hijos, 9 mil pesos, y de tres o más, 12 mil.
Apenas se anunción, Emilio Pérsico, uno de los jefes del Movimiento Evita y funcionario del Ministerio de Desarrollo, criticó la medida: "Es pan para hoy y hambre para mañana", advirtió y sostuvo que no fomenta la creación de empleo ni la inclusión. Por su parte, el referente de la CTEP, Juan Grabois afirmó que se trata de "una política estúpida, asistencialismo puro".
El fondo político de las críticas está en una pérdida de poder de las organizaciones sociales. Existe una disputa territorial entre movimientos sociales y el PJ tradicional. La Tarjeta Alimentar supone una asignación directa de fondos a las familias, sin intermediarios, y menos dinero que manejan y distribuyen las organizaciones sobre el territorio. Como lo demostraron los múltiples actos del ministro Daniel Arroyo con intendentes y gobernadores, el crédito se lo lleva la política tradicional.
"Claro que es un problema de asignación de recursos, y que muchos dirigentes sociales se sienten capacitados de llevarlo adelante mejor que otros funcionarios que no conocen lo que son los pobres salvo por las estadísticas", sostiene, en diálogo con Tn.com.ar, Fernando "Chino" Navarro, uno de los jefes del Movimiento Evita y funcionario del gobierno nacional.
"Quienes gestionan 12.000 ollas populares todos los días no son funcionarios o asesores o trabajadores del Estado. Son los militantes de las organizaciones sociales y los curas. Y eso tiene que ver con la paz social que hoy tiene Argentina. El territorio que cubren las organizaciones sociales fue abandonado hace muchos años por la política tradicional", agrega.
Según Navarro, ninguna organización cuestiona el aumento puntual de la Tarjeta, pero sí su sostenimiento en el tiempo, sin inversión y distribución en trabajo y producción.
Qué dicen oficialmente las organizaciones sociales
Oficialmente, los jefes de las organizaciones sociales aseguran que con la Tarjeta Alimentar el dinero otorgado regresa a los "grandes formadores de precio" y se "fuga", lejos de mover la economía y beneficiar a comercios "populares", donde no hay posnet o bancarización.
De acuerdo a los datos de un estudio de Unicef, el 38% de los beneficiarios compra en comercios minoristas y una proporción igual en supermercados, mientras que los supermercados chinos captan a 14% de los compradores y los mayoristas al 9%, todos bancarizados.
Qué dijo el Gobierno
El argumento del ministerio de Desarrollo Socia, a cargo de Daniel Arroyo, para aumentar la Tarjeta Alimentaria y no aumentar más políticas como la Asignación Universal por Hijo es que millones de familias se encuentran endeudadas y que muchos utilizarían el dinero para cubrir deudas. Según afirman desde el Gobierno, la idea es que el dinero regrese al sistema productivo, genere demanda agregada y contribuya a mover la economía.
Claro que las críticas abiertas de los referentes de organizaciones sociales no cayeron bien en el Ejecutivo: "Las críticas la tendrían que explicar ellos. Por qué dijeron esto ahora no sabemos. El planteo no nos sorprendió porque ya la conocíamos. Lo que sorprendió fue la reacción tan pública", afirmaron desde Desarrollo Social.
Desde el Polo Obrero, afirmaron: "Evidentemente es un problema de caja el de las organizaciones ligadas al gobierno, pero la crítica que hacemos nosotros es otra". Esta declaración estuvo a cargo de Eduardo Belliboni, quien agregó: "Es un intento de disimular un ajuste de dimensiones extraordinarias".