El diputado oficialista acusado de "robarse una vacuna" dijo que renunció a la segunda dosis
El diputado nacional del Frente de Todos Eduardo Valdés, quien se vio envuelto en el escándalo por el vacunatorio VIP, anunció este sábado que tomó la decisión de no aplicarse la segunda dosis de la Sputnik V y afirmó que no le roba vacunas a nadie.
"Tomé la decisión de no darme la segunda dosis porque no le robo vacunas a nadie", dijo el legislador peronista al participar de la sesión especial de la Cámara baja de manera remota.
Así respondió a la acusación que poco antes había lanzado la diputada de la Coalición Cívica Mónica Frade, quien aludió sin nombrarlo a Valdés como el diputado que "se robó una vacuna".
"En esta Cámara hubo diputados que se vacunaron. Uno de los diputados hoy está en su casa sesionando desde ahí y no entendemos por qué se robó una vacuna", había dicho la opositora.
La explicación
Valdés explicó que accedió a darse la primera dosis el 18 de febrero pasado porque así se lo habían indicado autoridades del Gobierno, que lo habían invitado a participar junto al senador Jorge Taiana de la comitiva argentina que iba a viajar a México, señaló NA.
"Consulté en el Hospital Posadas que pasaba si no me daba la segunda dosis. (Me dijeron que) mi dosis no se perdía, se usaba para otra persona". Tomé la solitaria decisión de no vacunarme para no robarle a nadie la posibilidad de vacunarse. Y me vacunaré cuando todos los argentinos tengan la posibilidad de vacunarse", reafirmó.
Sobre la polémica en relación a la dosis que se aplicó de la vacuna Sputnik V sin seguir el orden de prioridades definido previamente, aseguró que no fue por voluntad propia sino que fue convocado junto a Taiana por autoridades gubernamentales.
"Nos comentaron que había que vacunarse. Que éramos parte del personal estratégico. Que México era una zona de alta exposición al coronavirus", explicó.
En ese sentido, denunció una suerte de deslealtad en su contra ya que "la misma persona" que los invitó a ser parte de la comitiva a México fue quien luego les dijo que no podían "subirse al avión".
"Sorprendentemente la misma persona que nos invitó nos dijo que no podíamos subir al avión", se quejó.
En tanto, detalló que el jueves 18 de febrero había acudido al Hospital Posadas a vacunarse por la mañana pero allí le dijeron que debía dirigirse a la sede del Ministerio de Salud.
"Nos trasladamos allí (junto a Taiana). Subimos por el ascensor por el que suben todo los trabajadores. Nunca imaginamos que estábamos en un vacunatorio vip. Cuando nos vacunaron habían cuatro personas con uniforme de enfermeros. Nos fuimos. Al día siguiente lo tenía que hacer Felipe Solá", relató.
Quiénes recibirán la segunda dosis
El Gobierno anunció este viernes que la segunda dosis de la vacuna contra el COVID-19 se aplazará por lo menos por tres meses, hecho que variará según quién la reciba. El anunció se realizó después de realizarse la reunión del Consejo Federal de Salud (COFESA).
Esta medida se aplicará sobre las vacunas actualmente disponibles en la Argentina: Sputnik V, Covishield/ChadOx-1 (Astrazeneca producida en India) y Sinopharm, a partir de la recomendación de los expertos del COFESA.
El nuevo plan pone en la cima de la lista de prioritarios a recibir la segunda dosis a los mayores de 60 años y los menores de esa edad que tengan factores de riesgo. Entonces, estos son los que recibirían dicha dosis posterior a los 3 meses de ser aplicada la primera.
Si bien la idea es aplicar ambas dosis, la estrategia de diferir el segundo componente apunta a alcanzar a la mayor cantidad de personas posible antes de que se intensifique la segunda ola de contagios.
Trabajadores de salud y casos positivos
Mientras tanto, se le recomienda al personal de salud "completar esquemas con intervalo convencional". Los trabajadores de este rubro, estén o no de licencia, deberían seguir esquemas con intervalo convencional en aquellos que realicen actividad asistencial y con alta exposición al riesgo o que manipulen muestras clínicas.
En cuanto a las personas con diagnóstico confirmado de COVID-19, el Ministerio de Salud dispuso la postergación de la aplicación de la primera dosis de vacuna entre tres y seis meses después del alta clínica.
Para tomar estas medidas, se tuvieron en cuenta recomendaciones técnicas que consideran que el número de casos de infección documentada es muy bajo en los seis meses posteriores al diagnóstico.
La estrategia adoptada por el ministerio tiene como objetivo poder vacunar a más personas con la primera dosis. El fin último, entonces, es favorecer el acceso al fármaco al proporcionar una protección adecuada al mayor número de personas lo más pronto posible, distribuyendo un insumo crítico entre quienes presentan más riesgo de complicaciones y muerte por el COVID-19.
La eficacia de una sola dosis
"La eficacia protectora de una primera dosis oscila como mínimo entre el 60 y el 70 por ciento según el tipo de vacuna, pero esto es variable. Hay que tener en cuenta que los anticuerpos comienzan a generarse a los 15 días después de recibir esa dosis", indicó la médica infectóloga Florencia Cahn, presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE).
No obstante, advirtió que la idea de diferir la segunda dosis en un contexto en el que hay más demanda que vacunas "podría ser una estrategia para tener a mayor población con protección en menor tiempo".
Son varios los países que adoptaron la estrategia de diferir la segunda dosis; el primero fue el Reino Unido, que realizó el anuncio en enero de este año.
Al respecto, hace dos días el ministro de Vacunas británico, Nadhim Zahawi, aseguró en diálogo con la ministra de Salud de Argentina, Carla Vizzotti, que tras la aplicación de la primera dosis de las vacunas de Pfizer/BioNTech y Oxford/AstraZeneca se "redujeron las hospitalizaciones y muertes en un 90%", un dato que surgiría de la "vida real".