La difícil situación de Chile: la mitad de los muertos en la segunda ola falleció antes de recibir atención
El 50% de los fallecidos de la segunda ola de contagios de coronavirus en Chile murió sin ser hospitalizado, lo que muestra un aumento porcentual en relación a la primera ola que los expertos asocian a la falta de lugar en los hospitales, informó este jueves el diario El Mercurio.
En junio de 2020, cuando fue el pico de la primera ola, cerca de un tercio de las personas que morían por Covid-19 eran pacientes que no habían podido ser hospitalizados, dijo el diario, que citó a fuentes del Ministerio de Salud.
Esta falta de hospitalización se debía a diferentes situaciones, como acudir tarde a un servicio de salud, detectar la enfermedad tras el fallecimiento o el caso de persona que ya estaban en estado crítico.
Una de las explicaciones de esta situación es que los pacientes -muchos de ellos jóvenes- presentan complicaciones de forma rápida y no alcanzan a ser hospitalizados, según Jaime Burrows, exsubsecretario de Salud Pública durante el segundo Gobierno de Michelle Bachelet.
"Para los pacientes con coronavirus hay menos camas disponibles que en la primera ola, porque hay un porcentaje importante que está ocupado por otras patologías, y es probable que estén quedando pacientes fuera del sistema, que no están pudiendo ser hospitalizados oportunamente, porque van a consultar y se los trata de mantener de forma ambulatoria y se agravan de manera muy rápida y no alcanzan a llegar", señala Burrows.
Chile confinó al 70% de su población
Casi 14 millones de personas, cerca del 70% de la población de Chile, entraron este jueves en una nueva cuarentena debido a un fuerte aumento de los casos de coronavirus que volvió a poner en jaque el sistema sanitario, pese a una impresionante campaña de vacunación.
Tras un 36% de aumento de los contagios en las dos últimas semanas, las autoridades sanitarias decidieron reforzar desde hoy las restricciones en el país sudamericano que, desde marzo de 2020, tuvo los periodos de cuarentenas más prolongados en el mundo, además de toques de queda nocturnos.
Las autoridades tomaron esa decisión en momentos en que se registra un promedio de cerca de 6.000 casos diarios desde principios de marzo.
"Es un esfuerzo gigantesco el que tenemos que hacer, y nosotros hemos dicho muchas veces que la cuarentena es dolorosa, difícil, pero dado el avance de la circulación viral tenemos que tomar estas medidas pensando en la salud de las personas", dijo el ministro de Salud, Enrique Paris, al anunciar, el lunes, este nuevo confinamiento.
Sólo en la capital, Santiago, la medida, que incluye el cierre de supermercados durante el fin de semana, afecta a 38 de las 52 comunas de la Región Metropolitana (7,1 millones de personas), la más poblada en este país de 19 millones de habitantes.
El sábado y el domingo, casi el 90% de Chile deberá encerrarse en sus hogares ya que, además de las medidas anunciadas el lunes, hay varias comunas en Santiago y del resto del país que desde la segunda semana de marzo están con cuarentenas obligatorias los fines de semana.
La enfermedad es más progresiva
Por su parte, el médico Sebastián Ugarte, jefe de Clínica Indisa, considera que el aumento de personas no hospitalizadas no se debe a un colapso del sistema de salud, al menos en al región Metropolitana, porque en junio la situación respecto a las camas de terapia intensiva fue más crítica.
En la misma línea, Ugarte sostiene que en la primera ola, los cuadros clínicos de pacientes se agravaban en siete días, pero ahora eso ocurre en un solo día.
"Pacientes más jóvenes, que en 24 horas se agravan tremendamente y hay que conectarlos a ventilación. Pareciera que esperan mucho y llegan más graves o que la enfermedad es más rápidamente progresiva. Eso podría explicar que una parte de los pacientes pueda fallecer antes de que reciba atención médica", explica.
A partir de hoy, a pesar de la exitosa campaña de vacunación, casi la mitad de las 52 comunas de Santiago y cerca de 14 millones de personas en todo Chile volverán a la cuarentena total.