Internaron a Facundo Manes por una neumonía derivada del Covid: qué dijo sobre su salud
El neurocientífico y neurólogo Facundo Manes confirmó este martes que padece de coronavirus y que se encuentra internado en el Hospital Favaloro tras contraer una neumonía derivada de la infección con SARS-CoV-2.
El fundador del Instituto de Neurología Cognitiva escribió en su cuenta de Twitter: "Estoy con neumonía por Covid y, por recomendación de mis médicos, estaré unos días en Fundación Favaloro. Me siento bien y excelentemente cuidado".
En otro mensaje, agradeció "al doctor Francisco Klein y a todo el equipo de Fundación, especialmente a Daniel, Virginia, Paola, Martín, Pato, Hugo, Érica, Cristian, Marcela y Flavia, entre muchos otros que nos cuidan permanentemente".
Estoy con neumonía por COVID y, por recomendación de mis médicos, estaré unos días en Fundación Favaloro. Me siento bien y excelentemente cuidado. pic.twitter.com/Ury7FRCnlx — Facundo Manes (@ManesF) February 16, 2021
Facundo Manes tiene 52 años, nació en Quilmes y es presidente honorífico de la Fundación INECO, exrector de la Universidad Favaloro y director del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro. Escribió varias publicaciones sobre neurología y neurociencia. En el año 2016 formó parte del gabinete de María Eugenia Vidal, gobernadora de Buenos Aires. Al año siguiente, declinó la posibilidad de ser candidato diputado nacional en Juntos por el Cambio, aunque no descartó dedicarse a la función pública.
"Es un honor ser parte de esta institución, que representa lo mejor de la Argentina. Es emocionante reconocer en todo momento y en cada actitud el legado de René", aseguró en otro mensaje.
"Gracias también por tantos mensajes de cariño y buenos deseos. Como siempre digo, esta pandemia es una larga maratón y todavía nos falta un trecho. No aflojemos. Sigamos cuidándonos", cerró.
¿Se viene una segunda ola?
El viceministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, analizó el panorama de epidemiológico y de vacunación, y sobre ello advirtió que la segunda ola y la circulación del virus será "un poco inevitable" tanto por las condiciones climáticas como ambientales. "Espero que se establezca para mayo", completó el funcionario bonaerense.
"Estamos por consolidar cinco semanas de descenso de casos, pero aún no estamos en los números de principios de diciembre, seguimos con niveles de contagio muy elevados", alertó Kreplak en diálogo con Futurock.
"Creo que el rebrote estuvo condicionado por las conductas de diciembre; y que cuando tengamos la segunda ola, como pasó en todos los países del mundo, tendrá que ver con cuestiones climáticas, ambientales, de la biología de las enfermedades", señaló el viceministro. "Si bien uno puede achatar mucho la curva, en el fondo es bastante inevitable la circulación del virus", admitió Kreplak.
"Yo espero que la segunda ola fuerte se establezca para mayo, analizando lo que ha sucedido en otros países; pero me preocupa que marzo y abril, con actividades sociales que el año pasado no estaban, podrían emular las condiciones de diciembre", sostuvo el funcionario.
En ese sentido, el viceministro de Salud bonaerense diferenció el rebrote que se dio a mediados de diciembre con lo que sería una eventual segunda ola. Básicamente, Kreplak adjudicó el ascenso de casos a la flexibilización de algunas medidas de distanciamiento y a los elevados encuentros sociales que se dieron a fin de año.
Sin embargo, Kreplak afirmó que la segunda ola será en gran medida inevitable como ocurrió en varios países del mundo. En relación a ello afirmó que espera llegar a esa fecha "con una buena cantidad" de la población de riesgo vacunada.
Al ser consultado por el plan de vacunación, el funcionario destacó el arribo próximo de más vacunas a la provincia de Buenos Aires e indicó que en las últimas dos semanas se les dio prioridad a los docentes de riesgo y las personas que residen en geriátricos. "Si todo sale bien y estamos recibiendo la cantidad de vacunas que suponemos, podríamos empezar con esta población de una forma más masiva", concluyó al respecto.
La vacunación en la mira
El Gobierno argentino aununció tiempo atrás un importante plan de vacunación en el marco de la lucha conta la pandemia de coronavirus. Sin embargo, hasta ahora sólo logró conseguir el 10 por ciento de las vacunas que calculaba.
A pesar de un rescate de última hora con lotes extra de AstraZeneca, las demoras en la entrega de la Sputnik y la reducción del lote de Covax alteraron la hoja de ruta, al igual que las negociaciones con otros laboratorios.
Los contratos entre países y laboratorios por la compra de vacunas parecen ser durante la pandemia del coronavirus un mero formalismo, ya que el problema afecta al mundo.
Sin embargo, en Argentina el panorama parece más complejo: de los 20 millones de dosis que se tenía previsto recibir entre enero y febrero, sólo llegarían 1.800.000. Esto significa que de las vacunas con las que se pensaba contar, arribará menos de una de cada diez.
A partir de este obstáculo, más las dilaciones de otros contratos que podrían haber funcionado como red de contención, la Argentina no termina de arrancar con una campaña de vacunación masiva, como sí lo han logrado algunos países de la región, como Chile y Brasil. Sobre todo en el caso chileno, la diferencia es muy notoria: vacunó a más de un millón de personas en una semana. Argentina, en cambio, ha inmunizado a poco más de medio millón en 40 días.
Hay una gran diferencia entre las expectativas argentinas -la cantidad de dosis que el Gobierno anunció que esperaba recibir- y lo que realmente está ocurriendo. El 18 de enero, el escenario más optimista hablaba de 5 millones de vacunas para enero y 14,7 millones para febrero, que se sumaban a las 300 mil dosis arribadas al país durante diciembre.
El panorama se modificó cuando Rusia advirtió que el Instituto Gamaleya no podía cumplir con las obligaciones pautadas, según dijeron, por retrasos en la producción. De manera que hasta la fecha la Argentina cuenta con 820 mil dosis ya distribuidas dentro del territorio, más un nuevo lote que arriba este jueves en un avión de Aerolíneas Argentinas: 400 mil dosis más, para totalizar 1.220.000.