Crecen las dudas sobre la vacuna de Oxford/Astrazeneca que recibirá la Argentina: qué dice la OMS
Las dudas sobre la eficacia de la vacuna de Oxford/AstraZeneca frente la nueva variante del virus, llevaron a las autoridades sudafricanas a suspender la campaña de vacunación.
El Reino Unido fue el primero en administrar esta vacuna de manera masiva en diciembre, que también fue aprobada por otros países y la Unión Europea (UE).
En la Argentina se planeó la producción de la vacuna en cooperación con México, pero todavía no hay fecha cierta para la llegada de esas dosis. Además, el país esperaba recibir unas 2,2 millones de dosis procedentes del fondo Covax de la OMS.
Sin embargo, ante la falta de datos sobre su eficacia en la población de adultos mayores, algunos gobiernos decidieron no recomendar su aplicación a personas mayores de 65. España, por ejemplo, fijó el tope hasta los 55 años.
El domingo, Sudáfrica suspendió el inicio de su programa de vacunación, que contemplaba un millón de dosis de la vacuna AstraZeneca/Oxford, luego de la divulgación de un estudio que sostiene que la eficacia de la es "limitada" para la cepa local.
¿Qué dice el estudio?
De los primeros resultados del estudio de la Universidad de Witwatersrand, en Johannesburgo, se desprende que esta vacuna es eficaz sólo un 22% ante las formas leves de la enfermedad causada por la variante sudafricana y, por el momento, no hay ningún resultado sobre los casos graves.
El documento sostiene, además, "que la variante del virus detectada en Sudáfrica puede transmitirse entre la población ya vacunada".
Por su parte, un vocero de AstraZeneca aseguró que su vacuna "puede proteger contra la muerte, hospitalizaciones y las formas más graves de la enfermedad".
Por el momento, la vacuna de AstraZeneca/Oxford ha demostrado tener una eficacia del 70%, contra la de Pfizer/BioNTech o Moderna, cuyos niveles superan el 90%.
¿Una nueva versión?
En medio del clima de desconfianza en torno a la vacuna de AstraZeneca, la profesora de vacunación de la Universidad de Oxford, Sarah Gilbert, anunció que trabajan en una nueva versión para combatir la variante identificada por primera vez en Sudáfrica que "estará disponible para el otoño" europeo.
De momento, dijo en una entrevista con la cadena británica BBC, la farmacéutica ya se encuentra "trabajando en la primera parte del proceso de fabricación en Oxford".
Y agregó que posteriormente "se transmitirá a otros miembros de la cadena de suministro de fabricación a medida que avancemos", en referencia a los socios de Oxford/AstraZeneca que están produciendo las vacunas en el mundo, como Argentina y México en América Latina.
¿Qué dice la OMS?
Este lunes estaba programada una reunión del comité estratégico de expertos en inmunización de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la que prevén abordar las recomendaciones provisionales sobre el uso de esta vacuna, con "especial atención" sobre su aplicación "en los adultos de más edad".
La opinión de la OMS sobre este tema, podría ser determinante para avanzar en el plan de distribución de 2,2 millones de vacunas AstraZeneca que llegarían este mes a Argentina en el marco del fondo Covax, mecanismo multilateral impulsado por el organismo para buscar una distribución equitativa de las vacunas en el mundo.
Según los responsables de la iniciativa Covax casi todas las dosis, casi 32 millones, que espera entregar en esta fase inicial en América latina son del laboratorio sueco-británico y de su socio de India, el Instituto Serum.
A nivel local, estas vacunas se sumarán a las ya adquiridas por el gobierno argentino a otros laboratorios como el Instituto Gamaleya de Rusia, productor de la Sputnik V, que ya se está aplicando en todo el país.
El documento, publicado por Covax, brindó una "asignación indicativa" e hizo hincapié en que las cifras finales estarán disponibles una vez que la Organización Mundial de la Salud (OMS) defina la incorporación de la vacuna de AstraZeneca al Listado de Uso de Emergencia (EUL), además de que el fabricante entregue las dosis comprometidas.
En caso de que todo esté en orden, el esquema de distribución será el siguiente: 15% disponible en el primer trimestre y 56% disponible en el segundo trimestre, mientras "el suministro adicional es previsto para la segunda mitad del año".
Esta asignación se definió en función de las 96 millones de dosis de la vacuna que el fabricante se comprometió a entregar al Covax, que a su vez debe repartir entre todos los países.
"En este sentido, es probable que la distribución deba ajustarse a la luz de circunstancias difíciles de anticipar y variables en constante evolución", advirtió el documento.
En Argentina, el Ministerio de Salud informó que el acuerdo con el Covax incluye 9 millones de dosis, de las cuales estas 2,2 millones serían parte de una primera entrega.
Cae confianza en las vacunas
Mientras los distintos laboratorios del mundo hacen notar los niveles de efectividad de sus vacunas contra el covid-19, la población mundial cree que las mismas serán la salida de la pandemia. Sin embargo, entre 2019 y el 2020 ese índice cayó 7,2% y si bien la confianza continúa en parámetros altos es un llamado de atención hacia las autoridades sanitarias, especialmente en la Argentina donde la población de más de 50 años es la que comienza a experimentar esta desconfianza.
Así lo reveló el informe Indice de Confianza y Acceso a Vacunas (ICAV) de la Fundación Bunge y Born que contrastó datos de lo que está sucediendo en el mundo con la situación local. Si bien hay variables que son coincidentes, y dentro de los niveles de retroceso, la situación no se presenta como grave sí el hecho de que, una vacunación que se presenta como urgente y necesaria para los mayores de 65 años esté teniendo cierta reticencia.
El tema expuesto en el reporte cobra relevancia cuando se observa que, en la Argentina, la edad promedio de contagios ronda los 40 años, mientras que la letalidad afecta principalmente a los mayores de 70 años, de acuerdo a los datos que se informan diariamente desde el Ministerio de Salud.
"La caída de la confianza en las vacunas no es grande pero sí es una alerta y hay que anticiparse porque cuando está instalada es muy difícil de revertir esa actitud", explicó en una rueda de prensa virtual Guadalupe Nogués, doctora en biología molecular, docente y comunicadora científica.
Al observar los números se advierte que la confianza en general se mantuvo en un 86,9% en 2020, contra un 93,7% de 2019, donde la situación por el covid-19 todavía no era conocida. La pandemia fue declarada recién en marzo de 2020 por la Organización Mundial de la Salud y, desde entonces, y a raíz de las restricciones y los aislamientos que fueron ejecutándose en los países, el mundo asistió a un consumo de información por medios tradicionales y digitales como nunca había sucedido antes en la historia.
Comunicación y confianza
La información sobre la efectividad de las vacunas que comenzaron a desarrollar con una celeridad inusual los distintos laboratorios del mundo, en forma individual o en colaboración con universidades e institutos de investigación, se empezó a conocer a finales de octubre. Esta semana cobró relevancia la publicación de la efectividad de la Sputnik V, la elegida por el Gobierno argentino para impulsar una vacunación masiva que hoy está lejos de concretarse en los tiempos anunciados antes de finalizar 2020.
De ahí que sea necesario trabajar en los niveles de confianza para que la vacunación alcance los niveles necesarios para iniciar el proceso de inmunidad que, se sabe, ni será mágico ni se concretará en el corto plazo.
Por esas razones vale tener en cuenta lo que reveló el informe que, al analizar las distintas variables, también determinó que hay una retracción de la confianza de las vacunas en general en 2020 respecto a 2019.
Y esto quedó evidenciado cuando, al abordarse el tema de la seguridad, en 2020 un 88,7% las consideró así, un 7,2% menos que en el año anterior.
Algo similar ocurrió cuando se consideró la importancia de la vacunación para los niños. Para un 89,2% lo es, contra un 95,4% que se había alcanzado en 2019, es decir, un 6,2% menor interanual.
Y al consultar sobre su efectividad, un 88,7% dijo que efectivamente lo eran, pero una vez más fue un índice 5% menor al 93,7% registrado en 2019.
"A medida que aumenta la edad hay una tendencia a que crezca la confianza. Sin embargo, en 2020 si bien disminuyó la confianza en todos los grupos etarios, en los mayores de 65 cayó y la diferencia respecto de 2019 es bastante pronunciada. No sabemos si esto se va a mantener o no, pero para la política pública sí es una información relevante a fin de poder intervenir sobre todo en estos grupos", consideró Nogués.
Al mirar la foto por regiones de la Argentina, se advierte que en el Gran Buenos Aires y en la zona centro del país es donde se mantienen los niveles más altos de confianza, no así en el noreste argentino (NEA) donde se obtiene el índice más bajo, aunque siempre en niveles que todavía no son para preocuparse pero sí para ocuparse.
Predisposición y acceso
Por esa razón, y en relación a la disponibilidad de las vacunas y la predisposición de los argentinos a dársela, el informe arrojó que el 72% de las personas estaba dispuesta a ello. Sin embargo, se trata de un índice que es muy variable de acuerdo a la opinión pública.
"Entre ese 28% que ya en octubre decía que no se iba a dar la vacuna, el 21,5% dijo preferir esperar, el 20% alegó los efectos secundarios y el 43,1% dijo que faltan etapas de prueba, mientras que un 7,6% dijo que es innecesario", detalló, por su parte, Guillermo Bozzoli, economista y especialista senior en evaluación de la Fundación Bunge y Born.
Es decir, que quienes se muestran reticentes a darse la vacuna por falta de pruebas alcanzan al 12% del total de la muestra. Estos datos se obtuvieron entre octubre y diciembre de 2020 cuando comenzaron a conocerse, como se dijo más arriba, los índices de efectividad de tres de las principales vacunas que están en la actualidad en etapa de distribución, o de elaboración, o de adquisición.
Finalmente, y otro aspecto no menor respecto de la vacunación en general, el informe arrojó que el acceso a las vacunas se redujo un 48% en 2020 y la razón principal de esta situación fue la pandemia.
"A un 34,5% le costó tener acceso a la vacunación para los hijos en 2020 por la pandemia", subrayó Bozzoli y esta situación fue más pronunciada en el noroeste argentino (NOA) y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) que en el resto del país.
Esta caída en el acceso a la vacunación se registró en todas las que forman parte del calendario obligatorio, como la quíntuple, la de la varicela y la del VPH, entre otras. La antigripal fue la que menos caída mostró.
"El objetivo del ICAV es poder generar insumos que posibiliten mejorar el diseño de los programas y las estrategias de inmunización, para así orientar de manera más eficiente los recursos en el marco de las políticas de salud pública. Este año, respecto a 2019, y pese a la robustez de los resultados, se aprecia una baja en los índices y eso nos exige estar en alerta y redoblar esfuerzos", concluyó el director ejecutivo de la Fundación Bunge y Born, Gerardo della Paolera.