Vacuna rusa contra el coronavirus: cuándo llega el segundo envío de Sputnik V la Argentina
El Gobierno nacional confía en que el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) y el Centro Gamaleya, los desarrolladores de la vacuna rusa contra el coronavirus (Sputnik V), cumplirán con lo establecido en el contrato que firmaron con la Argentina. Es decir que antes de que termine enero se concretarán al menos dos operativos logísticos para que lleguen al país las siguientes 5 millones de dosis prometidas.
Al menos el 94% de esas ampollas, volarán desde Corea del Sur e India, dos de los países con los que Rusia estableció acuerdos de producción.
Para tranquilizar a los trabajadores de la Salud que en estos días están recibiendo la primera inyección de la Sputnik V, lo primero que -se espera- ocurrirá es la llegada, entre el 15 y el 20 de enero, de las 300.000 dosis faltantes para completar el esquema que supone este fármaco: el componente 2, que debe ser administrado al menos 21 días después de la primera inyección.
En un segundo momento, supuestamente a fines de este mes, arribarán las restantes 4.700.000 dosis, cuya composición, tal como había adelantado Clarín, no será "50%-50%" (es decir, mitad y mitad, componente 1 y 2) sino que se seguirá priorizando que más personas puedan dar un primer paso e iniciar el esquema de inmunización.
Así, según la fuente consultada por Clarín, se prevé la llegada de 3.700.000 dosis del componente 1 y solo 1.000.000 del componente 2, que -repetimos- se sumarán a las 300.000 del segundo componente, que para fines de enero ya deberían estar oportunamente distribuidas en las provincias, replicando la lógica con que se empezó a repartir la primera tanda de 300.000 ampollas, justo después de Navidad.
"Las vamos a buscar adonde nos digan", afirmó la alta fuente oficial que habló con este medio. La frase habla en más de un sentido. Por un lado, evidencia que los planes podrían cambiar sobre la marcha: al fin de cuentas, son varios los países que están fabricando la Sputnik V y el "dónde" lo definirá Rusia. En el contexto pandémico actual, a nadie le sorprendería mucho un volantazo de último minuto.
Por otro lado, la frase expresa ansiedad o urgencia por vacunar a más personas. En especial ahora, cuando en el AMBA los casos crecen al ritmo acelerado de mayo y junio, y cada vez son más los infectólogos que están dejando el titubeo por la afirmación a la hora de nombrar el actual reflote de contagios como una segunda ola.
Una aclaración importante es que ninguna de las fuentes oficiales consultadas se arriesgó a dar muchas certezas sobre la movida logística que vendrá: hablaron de lo que "debería" pasar, en un momento en que, se sabe, la demanda de vacunas es infernal, coyuntura que excede con creces los límites de este país.
Tanto es así, que una fuente del Ministerio de Salud de la Nación optó por un mensaje cauteloso: "La idea es esta, pero si no se termina de entregar en enero, pasa febrero". No lo dijo en referencia a las 300.000 dosis del componente 2 (cuya llegada en enero nadie pone en tela de juicio) sino en alusión a la ambiciosa segunda tanda de 4.700.000 dosis.
Enseguida, esa misma persona intentó aportar tranquilidad: "Pero, por lo que venimos hablando con las autoridades rusas, viene muy bien la escala de producción de vacunas. Eso nos dijeron. Es una muy buena noticia".
En cuanto a los países que fabricarán las próximas dosis, si bien se pudo confirmar que al menos 4.700.000 dosis de las 5.000.000 prometidas (94%) vendrá de India y/o Corea del Sur, todavía es incierto si las 300.000 ampollas del componente 2 despegarán desde Rusia o, en cambio, habrá que irlas a buscar a algún otro lugar.
Fase 3: el paper ansiado
La logística para que lleguen más vacunas al país se está tejiendo mientras varias voces expertas en la pandemia continúan aguardando que se den a conocer resultados intermedios de fase 3 de los ensayos con la vacuna Sputnik V.
En distintas conferencias de prensa, los representantes del Fondo Ruso de Inversión Directa habían asegurado que a fines de diciembre se concretaría una publicación (cotejada por pares) en la revista especializada The Lancet. Sin embargo, este paper está demorado.
El 29 de diciembre -cuando Sputnik V se empezó a aplicar en el país-, el director del Fondo Ruso, Kirill Dmitriev, planteó nuevos plazos, sin dar una fecha precisa. "Publicaremos la Fase 3 en una de las principales revistas revisadas por pares, creo, en las próximas 2 a 3 semanas, y los datos ya se han enviado", dijo en una entrevista con Bloomberg.
Por ahora solo se conocen los partes de prensa redactados desde Rusia y un informe breve elaborado por la ANMAT, que inicialmente circuló de manera errática por las redes sociales. Los datos allí volcados dieron lugar a la recomendación del organismo al Ministerio de Salud para autorizar el uso de la vacuna rusa en el país. Si bien ese texto tranquilizó al informar una efectividad comprobada del 96%, no incluyó detalles técnicos "usuales".
Es que, a diferencia de los principales organismos regulatorios de medicamentos del mundo (la FDA estadounidense y la EMA, de Europa), la ANMAT históricamente considera "información confidencial" toda aquella documentación incluida en los expedientes de los medicamentos.
Es decir que, por definición (y esto excede a las vacunas contra el coronavirus), el principal organismo regulador de fármacos y alimentos en la Argentina no tiene permiso para hacer públicos los datos provistos por los titulares de los productos que ellos mismos autorizan.
De este modo, por más que las autoridades nacionales hayan insistido en estos días en que "no es necesario que un medicamento publique sus resultados de fase 3 en ninguna revista científica", se volvió central que alguien, sea Rusia, sea algún organismo regulatorio de otro país o cierta revista científica respetada, publique esos datos. Como afirmaron varios expertos a esta cronista, esa información está a mano para la consulta "prácticamente siempre".