Una comitiva del Gobierno viajó a Rusia a ultimar detalles para el desembarco de la vacuna Sputnik V
Una comitiva oficial encabezada por la viceministra de Salud Carla Vizzotti y la asesora presidencial Cecilia Nicolini, con técnicos de la Anmat -organismo que debe aprobar las vacunas para su uso en el país- partió a Moscú para ultimar los detalles del envío de la Sputnik V contra el coronavirus, tras la firma del acuerdo por el arribo de dosis para inmunizar a 10 millones de argentinos hasta febrero.
El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, explicó este sábado que "si la vacuna llega en diciembre se manda directamente a los centros de vacunación" y, en ese marco dijo que el Gobierno tiene "buenas expectativas, por eso viajaron técnicos de la Anmat (a Rusia), que van a revisar la documentación y despejar cualquier tipo de duda que surja".
"Pensemos que la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) tiene un prestigio internacional similar a los organismos similares de Estados Unidos o del Reino Unido", remarcó Cafiero en declaraciones radiales y puntualizó que "en esto es esencial confiar en la calidad" de ese organismo "para poder definir cuáles son las vacunas para los argentinos, (ya que) lo ha hecho durante años con mucho éxito".
Con respecto al inicio de la vacunación masiva en el país, sostuvo que "apenas toque suelo argentino" la Sputnik V se empezará a distribuir y aplicar y explicó que el contrato firmado con Rusia "tiene tres fechas de entrega: una más pequeña en diciembre, una en enero y otra en febrero. Eso es lo que hemos firmado, y depende de que el envío llegue este mes".
Un acuerdo anticipado
Finalmente, la alternativa rusa obtuvo luz verde en la Argentina. En compañía del ministro de Salud Ginés González García, el presidente Alberto Fernández confirmó este jueves que el Gobierno firmó un contrato con Rusia para traer al país las primeras dosis de la vacuna Sputnik V.
En conferencia de prensa, el primer mandatario anticipó, además, que alrededor de 300.000 personas serán inoculadas antes de que concluya 2020. Adelantó, también, que entre los meses de enero y febrero se procurará inmunizar a algo más de 10 millones de argentinos.
"De acuerdo a los tiempos de entrega, vamos a poder contar con 600.000 dosis para vacunar a 300.000 personas antes de fin de año. En enero podremos vacunar a 5 millones más y que en febrero se completará el resto", dijo Fernández.
"La vacuna rusa es una gran tranquilidad y un gran avance, pero el problema no está resuelto", añadió.
El Presidente aseveró que los trámites de aprobación en el país de la Sputnik V ya están en marcha.
"Tenemos que organizar toda la logística de envío que tienen que venir desde la otra punta del mundo y estamos trabajando para que tenga la aprobación de la Anmat, que viajará la semana que viene para verificar todas las dudas que tengan respecto a las condiciones de producción y calidad de la vacuna", precisó.
Por su parte, Ginés González comentó que, por estos días, "hay funcionarios del sistema de salud en todas las provincias para ajustar la vacunación que viene". El titular de la cartera de Salud sostuvo que "nunca en la historia se dio una vacunación así".
"Normalmente suministramos 40 millones de vacunas en el término de un año. Estas, en cambio, serán 60 millones de dosis en un semestre", graficó.
Mediante un comunicado al que accedió iProfesional, el Fondo de Inversión Ruso en Argentina expuso respecto del acuerdo que "el suministro de la vacuna será facilitado por socios internacionales en India, China, Corea del Sur y otros países"
"El costo de una dosis de la vacuna Sputnik V para los mercados internacionales será de menos de 10 dólares. Sputnik V es una vacuna de dos dosis. Por lo tanto, costará menos de 20 dólares por persona", añadió. Ese monto, en el caso argentino, será cubierto por el Estado.
El acuerdo con Rusia llega en momentos en que el trato ya alcanzado con Pfizer entró en una instancia de dudas. Ocurre que el laboratorio hasta ahora no ha dado muestras de poder cumplir con los pedidos pre acordados con la Argentina.
El anuncio de Alberto Fernández tiene lugar a pocos días de que Kirill Dmitriev, director general del Russian Direct Investment Fund (RDIF), declarara en la Organización de las Nacionas Unidas (ONU) que Argentina podría ser parte de la producción de Sputnik V.
Según los científicos de ese país, la alternativa rusa ostenta una efectividad del orden del 95 por ciento.
En ese momento, el directivo sostuvo que el objetivo de Rusia es "generar un espíritu de asociación y trabajo en conjunto, así que países como India, China, Corea, Brasil y Argentina, entre otros, podrán producir la vacuna en sus territorios".
Recientemente, el gobierno de la potencia reveló un sorpresivo dato sobre la Sputnik V.
Tatiana Golíkova, vice primera ministra y encargada del plan de vacunación, afirmó el viernes que "que los vacunados deben evitar los lugares públicos y reducir la ingesta de medicamentos y alcohol, que podrían inhibir el sistema inmunológico, dentro de los primeros 42 días" luego de la aplicación de la primera de las dos dosis.
La vacuna
Se trata de una vacuna que utiliza una plataforma (o tecnología) llamada de "vectores no replicantes". Los vectores son virus que se modifican genéticamente para que no tengan capacidad de reproducirse en el organismo (y por tanto inocuos) y se usan para transportar material genético del virus del que se quiere inmunizar.
En este caso, la Sputnik V usa adenovirus humano como vector y, a diferencia de otras candidatas, utiliza dos adenovirus (uno diferente en cada dosis) para provocar una mayor y más duradera respuesta en el sistema inmunológico.
A esos adenovirus se le "agrega" una parte de la proteína espiga (o spike) que pertenece al coronavirus.
Una ventaja de la Sputnik V sobre otras candidatas es que la forma liofilizada (seca) de la vacuna se puede almacenar a una temperatura de +2 a +8 grados Celsius, lo que hace más sencilla la logística.
Una ventaja de la Sputnik V sobre otras candidatas es que la forma liofilizada (seca) de la vacuna se puede almacenar a una temperatura de +2 a +8 grados Celsius, lo que hace más sencilla la logística.
"Los vectores de adenovirus son virus modificados genéticamente de la gripe común que no pueden reproducirse en un cuerpo humano. Cuando se usa la vacuna Sputnik V, el coronavirus en sí no ingresa al cuerpo ya que la vacuna solo contiene información genética sobre parte de su capa de proteína externa (la proteína espiga)", explicaron sus desarrolladores.
Y describieron que "esto elimina por completo la posibilidad de infectarse como resultado de la vacunación y al mismo tiempo provoca la respuesta inmune estable del cuerpo".
El 11 de agosto, la Sputnik V fue registrada por el Ministerio de Salud de Rusia y en septiembre la vacuna se administró por primera vez a un grupo de voluntarios de las "zonas rojas" de los hospitales de ese país.
El 4 de septiembre, la revista The Lancet publicó un artículo de investigación sobre los resultados de los ensayos clínicos de fase I y fase II de la vacuna que no mostró eventos adversos graves y una respuesta inmune efectiva de los vacunados.
En tanto, el pasado 24 de noviembre, el Centro Gamaleya y el RDIF (Fondo de Inversión Rusa) anunciaron los resultados positivos del segundo análisis de datos provisionales de los ensayos clínicos de fase 3, doble ciego, aleatorizados y controlados con placebo, que arrojaron una eficacia de 91,4% siete días después de la segunda dosis y por encima del 95% a 21 días de la segunda dosis cuando los voluntarios formaron una respuesta inmune estable.
Los suministros de vacunas para el mercado mundial serán producidos por los socios internacionales de RDIF en India, Brasil, China, Corea del Sur y otros países.
Además de con Rusia, el Gobierno argentino firmó contratos para la adquisición de vacunas contra el coronavirus con la farmacéutica AstraZeneca y Covax (mecanismo de compra colectiva impulsado por la Organización Mundial de la Salud -OMS-), por el que llegarían 9 millones de dosis a fines de febrero, y mantiene negociaciones con Pfizer, Sinopharma, Sinovac y Janssen.