El Gobierno lanza la nueva "canasta navideña" compuesta por 5 productos: cuánto cuesta y dónde se vende
La Secretaría de Comercio Interior, que depende del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, acordó una canasta navideña compuesta por cinco productos a $250, y el combo de sidra y pan dulce a $165, que estarán disponibles a partir del jueves en comercios de todo el país.
En las grandes cadenas de supermercados se comercializará a $250 el conjunto compuesto por:
- sidra
- pan dulce
- budín
- garrapiñada
- turrón
La canasta estará accesible en las góndolas y deberá estar identificada con la cartelería alusiva a las fiestas.
El combo de sidra y pan dulce estará disponible a $165 en las sucursales de supermercados nacionales y también de las cadenas regionales, y a $150 en los comercios mayoristas.
Todos los productos podrán adquirirse a partir del jueves 3 de diciembre, hasta agotar stock, en más de 2.400 bocas de expendio de todo el país en las sucursales de Carrefour, Cencosud (Jumbo, Disco y Vea), Coto, Día, La Anónima, Walmart, Vital, Maxiconsumo, Diarco, Yaguar, Makro, Rosario Compras (Santa Fe), Zorzon (Chaco), Almacor (Córdoba), La Frontera (Corrientes), La Yunta (Mendoza) entre otros.
El acuerdo se alcanzó luego de las reuniones que mantuvo la Secretaría de Comercio con los representantes de las principales cadenas nucleados en ASU, CAS, FASA y CADAM. El año pasado la canasta llegó a los consumidores a $199 y con de seis productos.
El Gobierno, con la lupa puesta en los precios
Fiel a su estilo, sin grandes anuncios, Martín Guzmán sigue dando pasos para convertirse en un "superministro". El titular del Palacio de Hacienda avisó que se pondrá al frente de la denominada "mesa de coordinación" de precios, un espacio en el que el Gobierno y las empresas de alimentos negociarán los futuros aumentos de precios.
Hasta ahora, la responsabilidad máxima del tema precios pasaba por Matías Kulfas, a través de la secretaria de Comercio Interior, Paula Español. No significa que estos funcionarios vayan a ser removidos de sus tareas. Lo novedoso es que Guzmán pasa a ser el referente, estratega y máximo responsable del área precios, de la que hasta ahora era ajeno.
La decisión de crear una "mesa de coordinación" de precios llega justo en la previa a una negociación clave con las empresas fabricantes de alimentos, que vienen reclamando ajustes en los programas regulados por el Gobierno: Precios Máximos y Precios Cuidados.
Ayer mismo, en la Copal -la cámara que agrupa a las empresas alimenticias- el principal tema abordado se refirió a la novedad que transmitió el ministro de Economía. "Estamos buscando pistas de lo que se viene", se sinceró, en diálogo con iProfesional, uno de los empresarios más escuchados en la Copal.
"La mesa de coordinación será central en nuestra estrategia", señaló Guzmán en declaraciones al diario Página/12 el fin de semana. "Será un elemento central en la coordinación de los precios. No es la política antiinflacionaria per se, pero sí es importante", agregó.
Cuando le preguntaron sobre la intención de las compañías de recomponer sus tasas de ganancias, Guzmán fue concluyente: "Los márgenes de ganancias de las empresas tienen que respetar la premisa de que haya un aumento del salario real porque es fundamental para potenciar la recuperación económica".
El ministro adelantó que las empresas formarán parte de la mesa de coordinación, aunque no precisó si se refería de manera excluyente a los fabricantes o si también incluirá a las cadenas de supermercados, un actor principal en la dinámica de precios, sobre todo de los alimentos.
Objetivo: domar la inflación en 2021
La estrategia del ministro respecto de los precios de los alimentos será clave para el año que viene: Economía se puso un objetivo de una inflación cercana al 30% para todo 2021. Y busca que, después de tres años recesivos con pérdida del poder adquisitivo, los salarios le ganen a los precios en medio de una expansión económica.
Para lograrlo, una de las cuestiones básicas pasará por la contención de los precios de la comida. Para Guzmán será clave llegar a sucesivos acuerdos con la industria y las cámaras de supermercados para evitar desbordes. Ya sea por incremento en los precios como por faltantes en las góndolas.
El anuncio de Guzmán llega justo en medio de las negociaciones de las empresas fabricantes de alimentos con Comercio Interior por la continuidad de los programas que regulan los precios de los alimentos industrializados: fideos, aceites, arroz, azúcar y otros productos de la canasta básica alimentaria.
Las principales fabricantes ya están negociando con Comercio el desarme de la lista de Precios Máximos, integrados por más de 2.000 productos. Esos artículos tuvieron leves alzas en sus precios desde el comienzo de la pandemia -marzo último-, y los ejecutivos buscan que el Gobierno vaya deslistando productos de acá hasta fin de enero, que es cuando vence Precios Máximos.
Pero antes de esa fecha, habrá otro momento clave. Más precisamente en la primera semana de 2021. El 7 de enero debería renovarse la lista de Precios Cuidados, que por ahora abarca a más de 300 productos y el Gobierno aspira al menos a duplicar esa cantidad.
Lo que sucede es que los empresarios, antes de comprometerse a una nueva lista de Precios Cuidados -en su mayoría productos de primera marca- pretenden que el Gobierno balice el desarme de Precios Máximos, donde (lo dicho) coexisten más de 2.000 productos con precios prácticamente congelados.
Durante octubre, Comercio Interior sacó de la lista una serie de 100 productos. Había arroz integral, aceite de maíz, conservas de pescado (excepto atún y caballa) chocolates, café en saquitos y cápsulas, vegetales congelados, bebidas energizantes, cosméticos, espumantes, bebidas blancas, vinos, licores y whiskys.
Para los empresarios, ese anuncio fue más una señal que un hecho económico en sí, que tuviera impacto en sus balances. "Los productos que sacaron no llegan al 1% de la facturación" se quejó un ejecutivo en diálogo con iProfesional.
La propuesta de las fábricas radica en que el Gobierno reconozca aumentos de manera gradual y escalonada, con el objetivo de reconocer el incremento de los costos de los últimos meses, como producto de la suba del dólar mayorista (del 35% desde principios de año), que impacta en los precios de sus insumos (envases) y de la logìstica, por las sucesivas subas de los combustibles.
La tensión está expuesta entre los empresarios y los funcionarios. Y por ese mismo motivo, ahora Guzmán se pondrá al frente de esas negociaciones.
La Copal ya avisó que la demora en una resolución favorable a las empresas redundará en faltantes de productos en las góndolas.
"El sostenimiento en el tiempo de la política de Precios Máximos pone en riesgo en lo inmediato el normal abastecimiento de los alimentos y bebidas en nuestro país, generando el cierre de empresas con la consecuente pérdida de fuentes de trabajo de la industria (actualmente más de 400 mil puestos de trabajo directo", escribieron desde la Copal, la cámara que agrupa a las industrias de la alimentación.
Los ejecutivos quieren que el Gobierno les dé un panorama para estos dos últimos meses del año. Que se habiliten algunos ajustes en los precios, pero bajo condición de que el Gobierno ponga punto final al programa de Precios Máximos. Y que sólo se mantenga el plan de Precios Cuidados, que incluye menos cantidad de productos.
El Gobierno puso en marcha el programa de Precios Máximos en la primera semana de marzo, cuando explotó la pandemia. Se congelaron los precios de unos 2.300 alimentos, y se habilitaron dos aumentos de aproximadamente 10% acumulado desde entonces.
¿De cuánto es el atraso en los precios?
Fuentes de distintas cámaras empresarias explicaron a iProfesional que el atraso trepa a entre 20% y 25%, según los distintos rubros.
Uno de los principales retrasos se da en el aceite de girasol. En un documento interno al que tuvo acceso iProfesional, los fabricantes aseguran que están produciendo a pérdida.
Que el costo de elaborar un litro y medio de aceite (antes de embotellarlo) es de $135. Y que el Gobierno obliga a las empresas a vender el producto ya embotellado a $100, que con los impuestos incluidos, los costos de distribuirlo y el margen de la cadena comercial se vende al público a $142.
El Gobierno ya avisó: no aceptará sobresaltos en los precios. Para focalizar las negociaciones quiere demostrar que, aun con brecha cambiaria, la estabilidad del dólar dará mayor previsibilidad a la economía. Guzmán promete que la brecha irá achicándose en los próximos meses, cuando el "mercado" se convenza de que no hará una devaluación disruptiva y que la economía volverá a crecer.