Ginkgo biloba: usos, propiedades y cómo tomar esta planta medicinal única en su tipo
El uso de plantas medicinales es cada vez más común entre quienes necesitan curar ciertas afecciones para no quieren recurrir a los fármacos. Así, son cada vez más las variedades en estudio y las posibilidades que se descubren en diferentes especies.
Una de las que está en boca de todos es la planta de Ginkgo Biloba. Es una planta medicinal procedente de China cuyas hojas se utilizan principalmente en distintos tratamientos para trastornos del cerebro o de bajo flujo sanguíneo.
El ginkgo biloba es uno de los árboles más antiguos que existen, y su uso en medicina data desde hace más de 2.000 años.
Ginkgo Biloba: función
Las propiedades de las hojas de Ginkgo Biloba parecen tener efecto sobre la sangre y su circulación, y por ello sus beneficios se encuentran por diferentes partes del cuerpo.
Las semillas de este árbol, además, parecen tener sustancias que son capaces de eliminar ciertas bacterias infecciosas y hongos, aunque también cuentan con toxinas perjudiciales para el cuerpo, por lo que el uso de estas semillas es menos frecuente.
Ginkgo biloba: tomas
La forma de tomar ginkgo biloba más frecuente es mediante una infusión, secando sus hojas; también se puede encontrar en comprimidos, en extractos líquidos o en geles antivaricosos.
Ginkgo Biloba: usos
Las hojas del Ginkgo Biloba han demostrado su eficacia para múltiples tratamientos, entre los que se encuentran:
- La ansiedad.
- Diversas funciones mentales: mejora la memoria, la velocidad de pensamiento o la atención, entre otras.
- La demencia: entre ellas, la causada por el Alzheimer.
- Los problemas de visión en personas con diabetes.
- La vasculopatía periférica: es una enfermedad que provoca una mala circulación sanguínea en las piernas que provoca dolor y sensación de pesadez.
- El síndrome premenstrual.
- La esquizofrenia.
- La discinesia tardía: una patología que hace que los músculos se muevan de forma involuntaria.
- Vértigo y mareos.
Existen numerosas enfermedades para las que también se suele emplear el Ginkgo Biloba pero para las que no existen suficientes pruebas que demuestren su eficacia como:
- La pérdida de memoria relacionada con la edad.
- La disfunción sexual.
- El trastorno afectivo estacional: aquellas personas que sufren una depresión con el cambio de estación.
- Asma.
- La dependencia a la cocaína.
- La hipertensión arterial.
- La esclerosis múltiple.
- El zumbido en los oídos.
- Las cardiopatías.
- La dislexia.
- La fibromialgia.
- Cánceres como el colorrectal, de estómago, de ovario y de páncreas.
- Las hemorroides.
- Las migrañas.
- El síndrome de Raynaud: un trastorno de los vasos sanguíneos.
- La conjuntivitis alérgica estacional.
- Los accidentes cerebrovasculares.
- El colesterol alto.
- La arterioesclerosis: el endurecimiento de las arterias.
La dosis estándar de extracto de Ginkgo Biloba para mejorar la salud mental es de 120 a 240 mg, 1 a 4 horas antes de un examen, por ejemplo. Como suplemento la dosis es de 40 a 120 mg, 3 veces al día. Lo ideal es que este suplemento sea ingerido en conjunto con las comidas para facilitar su absorción.
Ginkgo Biloba: críticas
El Ginkgo biloba es una planta milagrosa, según dicen quienes la defienden, capaz de vacunarnos contra la demencia, de mejorar la memoria, de protegernos de los ataques al corazón y de curar desde el cáncer gástrico hasta el tinitus, pasando por el glaucoma, la esclerosis múltiple, la disfunción sexual y el vitíligo
Sin embargo, la ciencia viene tumbando en los últimos años todas las propiedades del Ginkgo Biloba, sobre todo asociadas a las capacidades cognitivas, atribuidas a esta planta extraordinaria.
Para empezar, un trabajo francés con 2.800 septuagenarios con problemas de memoria concluyó que el Ginkgo Biloba no sirve para evitar el alzhéimer. Después de cinco años, los 1.400 ancianos tratados con Ginkgo Biloba desarrollaron la enfermedad en la misma proporción que los otros 1.400 que fueron tratados con placebo. Este estudio, publicado en The Lancet, confirma las conclusiones de otro anterior publicado en 2009 en JAMA: comparado con el placebo, el uso de Ginkgo biloba (120 mg. dos veces al día) no evitó deterioro cognitivo en ancianos sanos.
La revista Neurology publicó un estudio que rebatía otro preliminar de corto alcance que aseguraba que el Ginkgo Biloba mejoraba las capacidades cognitivas de enfermos de esclerosis múltiple, que suelen consumir preparados derivados del ginkgo para combatir el deterioro mental. Nada de nada: "Desgraciadamente, no hemos visto ninguna mejora gracias al Ginkgo Biloba", zanjó Jesús Lovera, responsable del estudio.
Más recientemente, la revisión de toda la literatura científica publicada sobre la relación entre la planta japonesa y la memoria mostró que tampoco sirve en este sentido. Los comprimidos de Ginkgo Biloba se venden para estudiantes en exámenes para que mejoren la retención de su temario, pero según el estudio las pastillas "no tienen ningún impacto a ninguna edad, y pueden ser una pérdida de tiempo y dinero".
El responsable de este estudio, Keith Laws, explica a Materia que no sólo no tiene un impacto positivo, sino que incluso en algunos estudios, la planta perjudicó las capacidades de algunos de los miembros de los grupos de control. "El Ginkgo Biloba no sirve para funciones cognitivas como la memoria, la atención o la resolución de problemas en personas sanas de todas las edades", explica.
El problema de esta planta de Ginkgo Biloba es que se usa como medicina sin tener reconocida esa categoría, denuncia Laws. "No está regulada como un producto medicinal, por lo que la gente se puede permitir hacer todo tipo de afirmaciones grandilocuentes sobre sus propiedades, por lo general bastante vagas e imprecisas, con expresiones como que mantiene o ayuda a la memoria", critica este profesor de la Universidad de Hertfordshire.
Por si fuera poco, el Ginkgo Biloba puede ser incluso gravemente perjudicial en algunos casos, como en los enfermos de epilepsia, según ha demostrado el profesor Eckhard Leistner. En su estudio, alerta de que deben tenerse muy en cuenta estas graves contraindicaciones para evitar sustos con pacientes propensos a las convulsiones.
"Estos medicamentos pueden ser peligrosos para las personas predispuestas para las convulsiones, como los epilépticos. Hasta el 1% de todas las personas sufre de ataques epilépticos al menos una vez en su vida", explica Leistner. "Es especialmente peligrosa si se comen semillas crudas o tostadas, porque contienen ginkgotoxina, una sustancia tóxica que provoca convulsiones e incluso la muerte, según varios casos registrados en Asia", advierte este investigador de la Universidad de Bonn.
Curiosamente, el único estudio que avala la mejora de facultades gracias al Ginkgo Biloba están avalados por una firma que los comercializa en Alemania, explica Leistner: "Nadie ha podido reproducir sus resultados". Según un estudio de 2007 realizado por la Comisión Europea, el 13% de los alemanes que consumen medicina natural usa el ginkgo, solo por detrás de los franceses y su 29%. Entre Francia y Alemania suman más de 130 de los 171,5 millones de euros que movieron los preparados de ginkgo en la Unión Europea en 2005.
"El dinero es lo que explica que se siga recomendando esta planta", denuncia Laws. "Se calcula que las ventas de estos preparados en EEUU generan 500 millones de dólares al año". Tanto en Europa como en EEUU, el ginkgo se atiene a las leyes de seguridad alimentaria, que no son tan estrictas como las de los medicamentos, y que no obligan a comprobar los reclamos de manera tan estricta.
La Agencia Europea del Medicamento inició a finales del pasado año un proceso de consultas a científicos e interesados (PDF) para poner en orden la consideración de esta planta y sus derivados. En este momento, la Agencia está analizando la información para determinar qué hacer de ahora en adelante con el ginkgo.
Eso podría cambiar el actual mosaico regulador europeo, donde son 12 los países de la Unión que prohibían su uso o restringen seriamente su consumo mientras el resto permiten su compraventa. En España, se pueden comprar cajetillas de comprimidos con los principios activos del Ginkgo Biloba por unos seis euros en adelante, como medicamento y sin receta.
El Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa de EEUU ya ha tomado nota de que el ginkgo no sirve ni contra la hipertensión, ni contra el cáncer, ni contra la pérdida de facultades asociadas a la edad. Sin embargo, el 11% de los norteamericanos que consume medicinas naturales compra ginkgo.
El árbol Ginkgo Biloba es una planta poco común desde el punto de vista botánicos. Contiene unos compuestos -ginkgoloides- con una estructura inusual que no se dan en ninguna otra parte de la naturaleza, muy usados en la medicina tradicional china y japonesa para el tratamiento de diversas dolencias porque mejora la circulación sanguínea.
Con ese pretexto se comercializa en España contra mareos, vértigos o mala circulación en las piernas "basado exclusivamente en su uso tradicional", según reza en su prospecto. Sin embargo, los preparados de ginkgo se recomiendan para tantas cosas que es casi imposible ponerle coto: depresión, demencia, dolor de cabeza, problemas de vejiga, hipertensión, mareos…, contra los que poco ha demostrado en el laboratorio
Ginkgo biloba: su origen
Ginkgo biloba es un árbol de los cuarenta escudos o nogal del Japón, único en el mundo, sin parientes vivos.
La especie Ginkgo Biloba constituye uno de los mejores ejemplos de relicto o fósil viviente conocidos y existe hace 250 millones de años.
El nombre original de este árbol en chino es «albaricoque plateado». En algunas partes de China se conoce actualmente con el nombre de bái guǒ, que significa «fruta blanca».
Esta palabra fue introducida al japonés en el siglo XVII.
El científico alemán Engelbert Kaempfer, el primer occidental en ver la especie (en 1690), anotó el nombre de la misma con la extraña escritura Ginkgo en lo que parece un simple error de transcripción.
El nombre de «árbol de los 40 escudos» se debe al precio que pagó un aficionado parisino a un horticultor inglés por la compra de cinco ginkgos al precio de 40 escudos cada uno.
Clasificación y origen
Durante muchos años fue difícil clasificar el Ginkgo biloba, hasta que se decidió colocarlo en una división aparte (filo) Ginkgophyta, conformada por un solo orden, Ginkgoales (Engler 1898), y una sola familia clasificada por Engler en 1897, Ginkgoaceae.
La familia Ginkgoaceae está compuesta por dos géneros extintos, Ginkgoites y Baiera (conocidos por sus hojas fosilizadas), y uno vivo, Ginkgo, con una única especie: Ginkgo biloba.
El Ginkgo biloba puede alcanzar 35 m de altura, con copa estrecha, algo piramidal y formada por uno o varios troncos. Sus ramas, generalmente rectas y empinadas, son gruesas y rígidas ya en los ejemplares jóvenes, aunque la ramificación en éstos suele ser laxa, e incluso pobre. La corteza es de color pardo grisácea o pardo oscura, con surcos y hendiduras muy marcadas.
Las hojas, de color verde claro y de entre 5-15 cm, son planas y en forma de abanico con nervadura dicotómica; las nacidas en los brotes largos suelen presentar muescas o lóbulos.
Los sexos están separados, presentando los ejemplares masculinos inflorescencias amarillas agrupadas en amentos cilíndricos, muy numerosos y que nacen en los brotes cortos. En los femeninos, las flores se encuentran en grupos de 2 o 3, produciendo una semilla blanda de color marrón amarillento y textura carnosa que suele confundirse con una drupa, tornándose al madurar verde grisáceas; la cual es comestible. Al abrirlas despiden un olor rancio ya que contienen ácido butírico. Tratándose de una gimnosperma, sus semillas no se forman en un ovario cerrado con una pared que las protege. Botánicamente, las estructuras parecidas a drupas que produce la planta femenina no son «frutos», pero son semillas con un caparazón de dos capas, una carnosa y blanda (sarcotesta) y otra dura interna (sclerotesta). Dentro de esta última está el protalo de color verde claro y que constituye la parte comestible del «fruto». Está rodeado por una fina envoltura más o menos traslúcida de color pardo-anaranjado; el embrión se sitúa en posición apical.
Ginkgo biloba: efectos secundarios
La toma de Ginkgo Biloba puede ocasionar algunas molestias, sobre todo si se ingiere en exceso:
- Molestias estomacales.
- Dolor de cabeza y mareos.
- Estreñimiento.
- Latidos fuertes de corazón.
- Reacciones alérgicas en la piel.
El Ginkgo Biloba no está indicado para las personas con las siguientes condiciones:
- Las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
- Los niños menores de cinco años.
- Aquellas personas con sangrados frecuentes o que toman medicamentos que fluidifican la sangre.
- Las personas que han sufrido ataques epilépticos o convulsiones.