Trump: Biden deberá demostrar que sus "ridículos" 80 millones de votos no fueron fraudulentos
El presidente en funciones de EE.UU., Donald Trump afirmó que el demócrata Joe Biden solo podrá asumir la presidencia del país si logra demostrar que los millones de votos que obtuvo no fueron ilegales o fraudulentos.
"Biden solo podrá entrar a la Casa Blanca como presidente si puede probar que sus ridículos '80.000.000 de votos' no fueron obtenidos fraudulenta o ilegalmente", escribió el mandatario en un tuit que ha sido marcado por Twitter.
Trump también hizo referencia a un "fraude electoral masivo" en diversas ciudades del país como Detroit (Míchigan), Atlanta (Georgia), Filadelfia (Pensilvania) y Milwaukee (Wisconsin). "¡Tiene un gran problema sin solución!", agregó.
El equipo de abogados de Trump ha emprendido en las últimas semanas varias batallas legales para exigir un recuento de votos en los estados más disputados.
El próximo 8 de diciembre culmina el plazo para resolver disputas electorales en los estados, incluyendo recuentos y disputas judiciales al respecto. Posteriormente, los miembros del Colegio Electoral se reunirán el 14 de diciembre para oficializar el resultado. Para proclamarse ganador, el candidato debe obtener al menos 270 votos electorales.
Pese a que todavía no se ha proclamado oficialmente a un ganador, esta semana la Administración de Servicios Generales del país dio su visto bueno para que se inicie el proceso de transición entre el mandatario electo, Joe Biden y el presidente estadounidense saliente, Donald Trump.
se sigan contando las papeletas en todo el país.
Hasta el martes por la noche, Biden había ganado más de 80.011.000 votos, mientras que el presidente Donald Trump tenía más de 73.800.000. Los votos del presidente lo convierten en el candidato ganador de la segunda mayor cifra de voto popular en la historia de Estados Unidos.
Biden ganó 306 votos electorales, mientras que Trump tiene 232. Se necesitan 270 votos electorales para convertirse en presidente.
Votos en cantidades récord
Los estadounidenses votaron por correo en cantidades récord este año para protegerse de la exposición al coronavirus en medio de una pandemia global y los expertos habían advertido durante meses que habría un recuento de votos prolongado que podría extenderse durante días después del día de las elecciones.
El nuevo récord establecido por Biden refuerza su victoria decisiva sobre Trump, quien aún no ha concedido la elección, aun cuando su administración ha comenzado el proceso formal de transición presidencial después de que la Administración de Servicios Generales reconociera la victoria el lunes.
Varios estados han comenzado a certificar sus resultados electorales, incluidos Pensilvania y Nevada, los cuales completaron su certificación el martes.
Las certificaciones del martes siguieron a una dramática reunión, el lunes, de la junta electoral del estado de Michigan, que también votó para certificar los resultados electorales de Biden después de que uno de los dos miembros republicanos de la junta decidiera abstenerse.
Nuevo gobierno de EE. UU.: 5 conclusiones de la primera ola de nombramientos de Biden
La administración del presidente electo Joe Biden está tomando forma después de que su equipo de transición reveló el lunes una serie de nombramientos en el gabinete y los principales movimientos de personal de la Casa Blanca.
A medida que el intento del presidente Donald Trump de revertir las elecciones fracasa, Biden y su equipo están avanzando y comenzando a dar a los estadounidenses una idea más cercana de cómo planea gobernar.
Esto es lo que se sabe después de la primera ola de nombramientos y contrataciones de Biden.
Biden propone experiencia en vez de grandes nombres
Ningún gobernador demócrata está haciendo planes de vuelo para Washington y los senadores demócratas parecen, les guste o no a ellos y a sus aliados, estar encerrados en sus posiciones actuales por ahora.
A medida que llega la primera ronda de nombramientos, está claro que Biden está eligiendo personas que son, indiscutiblemente, expertas en sus campos en vez de nombres importantes de la política demócrata. Parte de eso es un asunto práctico.
A los demócratas no les fue bien en las votaciones el día de las elecciones y hay poco apetito dentro del partido para arriesgar su control del poder, incluso en los estados o distritos azules, en cualquier cargo poderoso. Las elecciones especiales que siguieron a la partida de algunos legisladores republicanos para la administración de Trump se convirtieron en costosas guerras políticas por poderes que inflamaron las pasiones partidistas, algo que Biden, al intentar restaurar algún tipo de normalidad, está dispuesto a evitar.
Se necesitará muy poca capacitación en el trabajo para los altos cargos de la Casa Blanca de Biden. Lo mismo ocurre con sus designados para dirigir enormes burocracias como el Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Nacional.
Los nominados de Biden para dirigir el Departamento de Estado, Antony Blinken, y el Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, no son nombres conocidos, pero ambos tienen una amplia experiencia en las agencias que tendrán la tarea de dirigir.
La diversidad es una prioridad
La primera mujer en supervisar el Departamento del Tesoro. El primer latino e inmigrante en dirigir el Departamento de Seguridad Nacional (DHS). La primera mujer en liderar la comunidad de inteligencia.
Los anuncios y los informes de estas nominaciones históricas inminentes llegaron en el espacio de unas pocas horas el lunes, cuando Biden anunció que Mayorkas, de origen cubano, encabezaría el DHS y Avril Haines fue la elección de Biden para ser la próxima directora de inteligencia nacional. Janet Yellen está lista para romper moldes por segunda vez. La primera mujer en presidir la Reserva Federal, si se confirma, tendrá la misma distinción como secretaria del Tesoro.
Durante la campaña, Biden prometió que su administración "se parecería a Estados Unidos". Ese proceso ha comenzado y es evidente en la composición de su equipo de transición.
Casi la mitad está compuesta por personas de color y hay más mujeres que hombres en sus filas, según datos revelados por CNN.
Las selecciones son un rechazo fundamental del trumpismo
Traer al exsecretario de Estado John Kerry como su enviado presidencial especial sobre medio ambiente –y darle a ese puesto un asiento en el Consejo de Seguridad Nacional– es un cambio marcado respecto a un Trump que niega el cambio climático y que calificó el calentamiento global como un engaño y sacó a Estados Unidos del acuerdo climático de París.
El simple hecho de contratar personas calificadas para sus trabajos es en sí mismo un rechazo al modelo de Trump, que instaló a donantes, ideólogos de derecha y aliados sin experiencia en posiciones de poder. Esto, en algunos casos, con el propósito expreso de socavar las instituciones que iban a liderar.
Mientras Trump alguna vez buscó nombrar a Heather Nauert, una expresentadora de Fox News que pasó un par de años como portavoz del Departamento de Estado para ser su embajadora en las Naciones Unidas, Biden eligió el lunes a Linda Thomas-Greenfield, una respetada diplomática veterana que más recientemente se desempeñó como subsecretaria de la Oficina de Asuntos Africanos.
Biden está tratando de permanecer en el centro… del partido demócrata. Bromeó sobre el anuncio de su selección para dirigir el Departamento del Tesoro la semana pasada con una promesa inusualmente consciente.
"Es alguien que será aceptada por todos los elementos del Partido Demócrata", dijo, "desde las coaliciones progresistas hasta las moderadas".
El presidente electo, desde el final de las primarias hasta la campaña de las elecciones generales, ha tratado de acabar con la división ideológica en el Partido Demócrata ofreciendo pública y privadamente a los progresistas un asiento en la mesa. Biden ha continuado por ese camino durante la transición.
Aún así, ha forjado roles importantes para su grupo de confianza de ayudantes moderados y asesores de toda la vida. Ese círculo íntimo leal estará al frente y al centro en la Oficina Oval.
Algunas de sus selecciones han sido más populares entre la izquierda que otras, pero hasta ahora se ha mantenido alejado de los nombres más divisivos. Jake Sullivan, designado el lunes para ser su asesor de seguridad nacional, no es un izquierdista. Pero su trabajo durante los últimos cuatro años para involucrar ideas progresistas, junto con su participación en un proyecto de introspección en el Carnegie Endowment for International Peace, se ha ganado a algunos escépticos potenciales.
Se está moviendo rápido
En una especie de continuación de la campaña, el equipo de Biden le está robando oxígeno a Trump al apegarse a su propio guión y al hacer sus propios titulares.
Por ahora, eso significa desplegar constantemente selecciones para los principales puestos de la administración.
Han pasado menos de dos semanas desde que Ron Klain fue nombrado jefe de gabinete de la Casa Blanca. Desde entonces, se ha anunciado a gran parte del personal superior del Ala Oeste y, con la ráfaga del lunes, los puestos de política exterior y seguridad nacional de Biden se están llenando.
La velocidad del proceso, que comenzó antes de las elecciones, ha enviado un mensaje claro a los estadounidenses y a los que están observando desde el extranjero: viene un nuevo gobierno y está listo desde el día uno.