¿Cuándo dejaremos de usar barbijo y volveremos a la vida normal?: esto dice uno de los creadores de la vacuna Pfizer
Uno de los fundadores de BioNTech, empresa que elabora junto a Pfizer una de las vacunas más avanzadas contra el Covid-19, habló sobre el tiempo que le tomaría a la humanidad volver a tener una vida como la que tenía antes de la pandemia.
De acuerdo con Ugur Sahin, CEO de BioNTech, "podríamos volver a la vida normal a mediados del próximo año".
Así lo dijo en una entrevista con la cadena Sky News, en la que también mencionó que las personas de Reino Unido podrían vacunarse desde el próximo mes. Por ello, el gobierno de ese país se está preparando para comenzar con la vacunación, incluso en estadios. Aunque comentó que los tiempos también están relacionados a las aprobaciones legales.
Todo depende del éxito que puedan tener los proyectos de vacunas y tratamientos contra del coronavirus, pero expertos dan pronósticos favorables y creen que el próximo mes ya se tendría una vacuna en el mercado, como es el caso de la Pfizer y BioNTech, que dicen que su vacuna es efectiva en un 90% de acuerdo con lo visto en las pruebas.
Sin embargo, también hay expertos que no ven bien que se hagan públicos resultados parciales y prefieren esperar a que termine la fase tres de las pruebas, es decir, el ensayo clínico con pacientes.
En tanto, la Unión Europea cuenta con cerrar un contrato con BioNTech y Pfizer para adquirir 300 millones de dosis destinadas a los 27 países miembros del bloque comunitario.
Un inmigrante que se ha convertido en una esperanza
Sahin es un investigador de 55 años que llegó a Alemania con sus padres, dos inmigrantes turcos, a los cuatro años, y ahora, a través de su farmacéutica BioNTech, se ha convertido en el rostro de la "esperanza global" en la lucha contra el Sars-CoV2 (nombre científico del coronavirus de tipo 2), que causa el Covid-19.
"El padre de la vacuna milagro", así lo califica el sensacionalista diario Bild, el más leído de Alemania; "Ugur Sahin: un visionario modesto", resume la cadena informativa; "Una historia de éxito nacida en Colonia", apunta "Express", popular rotativo regional de Renania del Norte-Westfalia, donde se encuentra esa ciudad.
El común denominador entre las distintas formas de enfocar el perfil del fundador de BioNTech es su condición de germano-turco. Un niño llegado al país junto a sus padres en los años 60, como tantas otras familias turcas.
No es el único rostro de la esperanza depositada en esa vacuna, ya que lo acompaña su esposa y colega Özlem Türeci, dos años más joven, igualmente de raíces turcas, aunque nacida en Alemania -en Lastrup, en el centro del país-.
Este matrimonio de científicos germano-turcos fundó BioNTech en 2008, con apoyo de varios socios. Presiden su junta directiva, de la que asimismo forman parte los estadounidenses Sean Marett y Sierk Poetting.
Es una empresa relativamente joven, con una plantilla de 1.320 empleados, hasta ahora concentrada en la investigación de terapias inmunológicas para pacientes de cáncer. El mayor éxito de Sahin, hasta ahora, fue el Premio Alemán contra el Cáncer, en 2019.
Sahin, nacido en Iskender y profesor de Oncología Experimental en Maguncia, como su esposa, empezó a trabajar en la aplicación de sus investigaciones en el coronavirus en enero.
A Sahin y Türeci les corresponde el papel de "inventores" de la tecnología con que se ha desarrollado la vacuna. A sus socios estadounidenses, el de producirla y distribuirla a escala global en el más corto tiempo posible. El objetivo es alcanzar los 1.300 millones de dosis para el próximo año, lo que la farmacéutica de "la mina de oro" no lograría por sus propios recursos.
El "dream team", en acción
Para Kromayer de MIG, Tuereci y Sahin son un "equipo de ensueño" en el sentido de que reconciliaron sus visiones con las limitaciones de la realidad.
La historia de BioNTech dio un giro en enero, cuando Sahin se encontró con un artículo científico sobre un nuevo brote de coronavirus en la ciudad china de Wuhan y le sorprendió lo pequeño que era el paso desde medicamentos de ARNm contra el cáncer hasta vacunas virales basadas en ARNm.
BioNTech asignó rápidamente alrededor de 500 empleados para trabajar en varios compuestos posibles y logró ganar al gigante farmacéutico Pfizer y al farmacéutico chino Fosun como socios en marzo.
Matthias Theobald, un colega profesor de oncología en la Universidad de Mainz que ha trabajado con Sahin durante 20 años, dijo que su discreción oculta una ambición implacable de transformar la medicina, ejemplificada por el salto de fe para obtener una vacuna COVID-19.
"Es una persona muy modesta y humilde. Las apariencias significan poco para él. Pero él quiere crear las estructuras que le permitan realizar sus visiones y ahí es donde sus aspiraciones están lejos de ser modestas", dijo Theobald.
Sahin dijo a Reuters el lunes que la lectura equivalía a una "tasa de éxito extraordinaria", pero que no sabía a principios de año qué tan difícil sería la tarea en general.
"Ciertamente no es algo que uno fácilmente pueda expresar como científico serio, pero estuvo dentro del dominio de las posibilidades desde el principio".