Ricardo Fort cumpliría 52 años: 5 datos curiosos de la vida del artista y millonario que seguro desconocías
Ricardo, Ricky, El comandante, quizás el más conocido del clan Fort para el mundo mediático. Este jueves 5 de noviembre hubiera cumplido 52 años, pero falleció el 25 de noviembre de 2013.
Su vida fue acelerada y mediática. Tuvo una faceta de empresario, otra de padre, otra de artista que siempre quiso ser.
Según la revista Forbes, teniendo en cuenta distintas variables (convocatoria, facturación, repercusión en redes sociales), Ricardo Fort era una de las personalidades con más influencia en el mercado del show business argentino.
Contaba con una importante fortuna, abundante presencia en Internet, casi medio millón de seguidores en Twitter, además de que era un importante accionista de una de las empresas de golosinas más destacadas del país, lo que lo situaba entre el décimo y el primer lugar de la lista.
5 datos curiosos sobre la vida de Fort
1. Sus ganas de ser artista
Antes que en la estrella mediática en la que terminó convirtiéndose, Fort quería ser un artista profesional. Fue convocado por Marcelo Tinelli en 2009 para El musical de tus sueños, donde mostró algunas de esas virtudes. Sin embargo, perdió ante Silvina Escudero en una definición marcada por su tenso enfrentamiento con Matías Alé, por aquella época novio de la bailarina.
Mucho antes de que eso sucediera, fue Don Carlos Augusto Fort quien trató de cumplir el sueño de su hijo. Él se contactó con Ramón Ortega, quien aceptó tomarle una prueba al pequeño Ricardo en Miami.
Luego de escucharlo entonar un par de temas el veredicto de Palito fue contundente: "Cantás bien... pero no transmitís". El aspirante masticó bronca, aceptó las críticas y se perjuró mejorar. Estudió para eso durante años y años. Lo intentó por todos los medios. Se dio el gusto de hacerlo en televisión, sí, pero más allá de ShowMatch, lo consiguió solventando sus propios musicales, siendo el dueño del micrófono. "Siempre luché para ser famoso, pero la vida me quitó el poder de demostrar lo que sé", lamentó, poco antes de su final. Porque Ricardo buscó esa consagración hasta su último suspiro.
2. La ostentación como forma de vida
Ricardo Fort nació como heredero de la chocolatera Felfort y siempre vivió una vida con dinero a su alrededor. Así fue que vivió haciendo ostentación de su riqueza.
Sus relojes, sus joyas, sus tapados de piel, sus autos, eran siempre motivo de ostentación para Ricky, pero no siempre fue así.
El pequeño Ricardo, cuando iba al colegio, iba en colectivo a tomar sus clases. Una vez contó esa anécdota en una entrevista con la periodista Pía Shaw. Dijo que "lo tomaba a las 6.30 de la mañana después de haberme levantado a las 6, y me quedaba dormido con la cabeza apoyada contra la ventanilla".
3. Su faceta de empresario (y la de su padre)
Según contó alguna vez el propio Ricardo Fort, Felipe Fort, su abuelo, creó la empresa y la dejó casi quebrada. Él relató que fue Carlos Fort, su padre, quien la hizo crecer de manera exponencial.
"Mi papá era un tipo muy inteligente, pero conmigo era muy frío. Quería que yo laburara en la fábrica", recordó en una entrevista, en referencia a que fue empujado a continuar con el negocio familiar.
Con el tiempo "el comandante" pasó a ocupar el puesto de jefe de desarrollo de productos de Felfort. "Yo cambié la imagen de la empresa -se ufanaba Ricardo-. Conozco todos los secretos de la fábrica, pero no es lo mío. Lo mío es cantar".
4. El "Che" Fort
Fue en El musical de tus sueños donde Ricky Fort se puso en la piel de Ernesto "Che" Guevara. Allí hizo su propia versión de "No llores por mí, Argentina", recreando la escena del célebre y polémico filme de Alan Parker. Aquella noche Fort se llevó varios aplausos con caracterización, aunque el verdadero premio le llegaría mucho tiempo después, cuando pasó a ser El Comandante.
5. El Ricky padre
El mismo hombre que nació en cuna de oro armó con sus propias manos las camas donde durmieron por primera vez sus hijos.
Lo hizo en la ciudad de Los Ángeles, allí donde en febrero de 2004 nacieron los pequeños Martita y Felipe, a través del método de subrogación de vientre.
Ricardo Fort hizo todo ese trabajo mientras sus hijos se recuperaban en la incubadora, mientras los pequeños se fortalecían para salir a la vida y se preparaban para irse con él a su casa.
Bella y Fachero eran los apodos que Fort les había puesto a sus pequeños, que nacieron el 2004 y actualmente tienen casi 17 años.