¿Serías el primero en ponerte la vacuna contra el coronavirus? Una encuesta reveló cuántos argentinos lo harían
El 38% de los argentinos aceptaría ser de los primeros en aplicarse la vacuna contra el coronavirus, mientras que un 45% preferiría esperar un tiempo antes de hacerlo, según se desprende de los resultados de una encuesta difundidos en las últimas horas. El sondeo fue realizado por el Centro de Opinión Pública (COPUB) de la Universidad de Belgrano.
En ese estudio, el 38% de los encuestados estaría de acuerdo con encabezar la fila de vacunados contra el coronavirus, una vez que se complete la fase final de investigación y desarrollo del fármaco. En tanto, el 45% preferiría por lo menos esperar un tiempo antes de aplicársela.
En el mismo sentido, el 61% se mantiene optimista respecto de la posibilidad de contar con una vacuna contra el COVID-19 antes de fin de año, mientras que el 28% es pesimista al respecto, y el 11% desconoce qué pasará.
En la misma encuesta, el 41% de los participantes de la encuesta calificó como mala la gestión de la pandemia de COVID-19 por parte del Gobierno, mientras que el 35% la consideró buena, el 19% la juzgó regular y el 5% dijo no tener opinión formada al respecto.
El 86% manifestó cansancio ante las restricciones impuestas con el propósito de evitar el contagio, mientras que apenas el 10% dijo no sentirse "nada agobiado" por las medidas de distanciamiento social.
"Los resultados indican que la caída en la aprobación de la gestión de la pandemia muestra una tendencia prácticamente irreversible en proporción inversa con el aumento de casos, de muertes y el tiempo transcurrido", analizó Orlando D’Adamo, director del COPUB.
En junio, la evaluación de la gestión del Gobierno sobre el COVID-19 como buena sumaba un 68%, en julio había descendido a 53%, en agosto siguió bajando hasta 42% pero sólo el 15% la calificaba como mala, mientras que en septiembre (40% buena contra 42% mala) los guarismos resultaron muy parecidos a los de octubre.
La última muestra fue realizada en la Ciudad de Buenos Aires entre 450 personas mayores de 18 años de edad.
Qué efectos secundarios puede producir la vacuna rusa contra el COVID-19
El gobierno nacional confirmó el lunes que podría adquirir 25 millones de dosis de la vacuna contra el COVID-19 que está produciendo el gobierno de Rusia.
El presidente Alberto Fernández ratificó este lunes por la noche que el Estado Nacional "tiene la posibilidad de adquirir, entre diciembre y enero, 25 millones de vacunas Sputnik V" contra el coronavirus producidas en Rusia y aseguró que encargó que se desarrollen "todos los pasos necesarios para garantizar que cuenten con el debido registro".
Fernández dijo además que igualmente "seguimos tratando con distintos investigadores, fabricantes y gobiernos para tener acceso a cualquiera de las vacunas que actualmente se encuentran en fase 3" de investigación.
Se asegura que unos 40.000 voluntarios participan de los ensayos de fase 3 para comprobar la efectividad de la vacuna rusa en la producción de anticuerpos contra el COVID-19 y también su seguridad.
El Presidente señaló que "la Federación Rusa, a través de su Fondo Soberano, se comunicó semanas atrás con nuestro Gobierno para saber si estábamos interesados en contar con una cantidad determinada de dosis de la vacuna, la cual se encuentra actualmente en un estadio avanzando de fase 3".
"Por ese motivo encomendé a la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, y a mi asesora Cecilia Nicolini la tarea de viajar a Rusia para conocer los avances de esta vacuna, su seguridad y su capacidad para generar inmunidad", añadió.
El primer mandatario aclaró en declaraciones relevadas por Télam que "también les pedí expresamente que lleven a cabo todos los pasos necesarios para garantizar que cuente con el debido registro, como el resto de las vacunas que estamos contemplando adquirir".
"Se trata de un avance muy importante, porque si todo sale según lo esperado nuestro país estará en condiciones de comenzar a vacunar a la población de riesgo entre el final de este año y el comienzo del próximo", ratificó Fernández.
Aplicación y efectos secundarios de la vacuna rusa
La Sputnik V se constituyó el pasado 11 de agosto en la primera vacuna contra el coronavirus oficialmente registrada en el mundo por un gobierno, tras seis meses de pandemia y, según los resultados publicados en la revista médica británica "The Lancet", el producto genera anticuerpos y no provoca incidentes adversos.
Días después del anuncio, el primer lote de la vacuna superó las 15.000 dosis y se distribuyó a manera de prueba en distintas regiones de ese país.
El grupo de expertos encontró que dos formulaciones -una congelada y otra liofilizada- de una vacuna que consta de dos partes, son "seguras" porque no identificaron reacciones adversas de gravedad en más de 42 días, e indujeron respuestas de anticuerpos en todos los participantes en un plazo de 21 días.
Los resultados secundarios de los ensayos -no tan relevantes como los primarios- demostraron, según los científicos, que las vacunas producen, en un plazo de 28 días, la respuesta de la denominada célula T, que detecta y mata patógenos invasores o células infectadas.
El fármaco utiliza partículas no vivas creadas a base de adenovirus, dijo Alexander Guíntsburg, director del Centro Nacional de Investigación Gamaleya, el organismo detrás de la vacuna. "Las partículas vivas son las que pueden reproducirse. Las partículas usadas carecen de esa función", puntualizó Guíntsburg en un programa del canal Rossiya 24. Así, las partículas del coronavirus en la vacuna no pueden dañar el organismo, subrayó Guíntsburg.
Según el científico, las partículas del coronavirus pueden causar molestias, porque cuando se inyecta un antígeno ajeno el sistema inmunológico funciona de forma más activa y, en casos como este, el paciente puede experimentar fiebre.
Durante los ensayos clínicos del fármaco, la temperatura de los voluntarios alcanzó los 37 grados y, a veces, los 38. Pero este problema "se soluciona con paracetamol", dijo Guíntsburg.
Los ensayos se llevaron a cabo en dos hospitales rusos con 76 adultos de entre 18 y 60 años, que se aislaron tan pronto se registraron para participar en las pruebas clínicas y permanecieron en los centros médicos durante los primeros 28 días.
Los resultados secundarios de los ensayos (no tan relevantes como los primarios) también llevaron a pensar, según esto, que las vacunas producen, en un plazo de 28 días, la respuesta de la denominada célula T, que detecta y mata patógenos invasores o células infectadas. Entre algunos de los hallazgos, vieron que ambas formulaciones resultaron seguras y se toleraron bien, y entre los factores adversos más comunes figuraron dolor en el lugar de la inyección (en un 58% de los participantes), hipertermia (en un 50%), dolor de cabeza (un 42%), astenia (un 28%) y dolor muscular y de articulaciones (24%).