En pocos pasos: cómo cambiar el nombre de tu WiFi y la contraseña
El router es la principal puerta de acceso a una red doméstica de WiFi, y también a todos los dispositivos que están conectados a ella. Alguien capaz de acceder a él no solo puede aprovechar la conexión, sino que, de tener los suficientes conocimientos, podría tener las llaves para poder acceder a los dispositivos que tenés conectados a ella.
Por eso es muy recomendable cambiar el nombre y contraseña de tu red WiFi del hogar.
Cómo cambiar la contraseña del wifi de tu casa
El primer paso para cambiar las credenciales de tu router es obtener su IP local o puerta de enlace predeterminada. Para ello, si se tiene un sistema operativo Windows, es necesario abrir el menú de inicio, escribir cmd, y ejecutar la aplicación Símbolo de sistema, que sugiere el sistema.
Allí se ingresará en la terminal de Windows, donde el usuario solo deberá escribir el comando ipconfig. A continuación se le mostrarán las diferentes direcciones IP. La que necesitan modificar es la de la puerta de enlace predeterminada, que la persona podrá reconocer porque suele empezar con 192.168.xx.xx. En ese momento se debe copiar ese número y pegarlo en la barra de dirección del navegador para entrar a la configuración del router.
Al hacerlo se le pedirá un nombre y contraseña, que está pegado en el dispositivo, o que lo habrá dejado anotado la persona que hizo la instalación.
Cómo cambiar el nombre de tu WiFi y su contraseña en una Mac y en Linux
En macOS también es posible obtener tu IP local escribiendo ipconfig en su terminal, pero también entrando en Preferencias de sistema -> Red y haciendo click sobre la conexión.
En las distribuciones GNU/Linux como Ubuntu el usuario debe hacer lo mismo, solo debe ingresar en el panel de Configuración, elegir la opción Red y pulsar sobre la conexión.
Por qué cambiar el nombre y clave de la red de wifi
Las operadoras no piensan ni diseñan manualmente cada una de las claves de los routers de sus miles de clientes. Por lo general lo que hacen es delegar en sus propios algoritmos, los cuales de vez en cuando son descubiertos y filtrados. Cuando esto pasa quedan expuestos a todos los usuarios que no las hayan modificado sus configuraciones por defecto.
Estos algoritmos son fórmulas matemáticas con las que las operadoras diseñan sus contraseñas. Por eso, una vez que los atacantes las consiguen puede crear aplicaciones especialmente diseñadas para aprovecharlas para generar contraseñas idénticas a las utilizadas por los operadores.
Esto hace que si un atacante sabe que la persona es cliente de un operador X, sólo tenga que generar contraseñas para ese operador hasta dar con la tuya en cuestión de minutos.
Y es aquí donde entran en juego los nombres de usuario. Ellos de por sí no marcan una diferencia significativa a la hora de proteger directamente tu WiFi, pero pueden delatar a quienes prestan menos atención a sus configuraciones por defecto.
Si la red del hogar tiene el nombre de usuario por defecto de un operador X, tenés más posibilidades de que utilices también la contraseña por defecto que un vecino
Es por eso que si el usuario cambia la contraseña y no se rige por las fórmulas matemáticas de ninguna operadora, a un atacante le costará mucho más poder resolverla en el caso de que sea segura.
Y es que al final no hay una contraseña 100% segura, pero cuanto más difícil sea para alguien que quiera hackear la red hay más probabilidades de que desistan.