Vacuna contra el coronavirus: estos serán los problemas cuando esté disponible
No es seguro que los científicos puedan desarrollar una vacuna efectiva contra el coronavirus que ha causado la pandemia de covid-19, pero, de ocurrir, podría llevar un año. Sin embargo, el verdadero problema será la distribución y el acceso al tratamiento.
Así lo dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien estimó que la vacuna contra el coronavirus estará disponible "en el plazo de un año", y que cuatro de las 100 investigaciones que hay en marcha a nivel mundial "están en una fase bastante avanzada", señaló ante el Parlamento Europeo donde expuso las previsiones del organismo.
El biólogo etíope explicó que "cuando se descubra la primera vacuna, será difícil, porque los primeros pasos son difíciles, pero tenemos ya 100 candidaturas y algunas ya está en estado avanzado",
Y señaló que el problema cuando la vacuna esté disponible será la distribución y el acceso al tratamiento.
Tedros advirtió que la primera producción de una vacuna no será masiva y no será un bien de acceso universal, y consideró vital el compromiso político para aumentar las inversiones en la producción del tratamiento.
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No obstante, recordó la importancia de tener un "compromiso político a nivel global" para conseguir que exista un "acceso global" a la vacuna, que haga de ella un "bien de acceso público" y no permita que determinados países se aprovechen y "socaven" este objetivo.
La salud es una inversión
El director general de la OMS dijo que la Unión Europea (UE) está en una buena posición para liderar un nuevo modelo social y económico tras la pandemia que pase por la transición ecológica, la equidad y la sostenibilidad.
"El coronavirus ha puesto de manifiesto la importancia de la unidad nacional y la solidaridad global", aseveró Tedros, quien recordó que "el virus se propaga ante la división y sólo se frena con una acción mancomunada".
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También se refirió a la crisis económica y social derivada de la pandemia, que, en su opinión, "ha demostrado que la salud y la seguridad sanitaria no son elementos aislados, sino que son los cimientos de la prosperidad y el desarrollo sostenible".
"La salud no es un costo, es una inversión, y una de las lecciones que hemos aprendido es la importancia de invertir en ella, ya que ahora estamos pagando una factura mucho más elevada", puntualizó.
Tedros pidió a la población que se cuestione su modo de vida, ya que "no podemos volver a las andadas", sino que es necesario "crear una nueva normalidad más sostenible, equitativa, justa, verde e inclusiva", ya que "ahorrar dinero dañando el medio ambiente o poniendo en entredicho la capacidad de respuesta de la atención sanitaria ha demostrado ser un grave error para la economía", concluyó.
A qué paradoja deben enfrentar los desarrolladores de vacunas
Los principales equipos que están desarrollando vacunas contra el coronavirus están alertando a los gobiernos, los funcionarios de salud y los accionistas de que pueden tener un gran problema: los brotes en sus países pueden ser demasiado pequeños para determinar rápidamente si las vacunas funcionan.
Un líder del grupo de la Universidad de Oxford, uno de los más avanzados en ensayos con humanos, admite que la realidad es paradójica, incluso "extraña", pero dijo que la disminución del número de nuevas infecciones en esta época podría ser uno de los grandes obstáculos que enfrentan los desarrolladores de vacunas en el carrera mundial para vencer al virus, según The Washington Post.
A pesar de que los nuevos casos están creciendo en todo el mundo, las tasas de transmisión están cayendo en Gran Bretaña, China y muchas de las regiones más afectadas en los Estados Unidos, los tres países que tienen vacunas experimentales listas para pasar a las pruebas en humanos a gran escala en junio, julio y agosto.
El número cada vez menor de nuevas infecciones en los puntos calientes anteriores es una buena noticia, por supuesto. Pero los desarrolladores de vacunas necesitan un número suficiente de personas infectadas, con y sin síntomas, que circulan en la población general (en las calles, lugares de trabajo, clínicas) para evaluar si la vacuna protege a los voluntarios cuando están expuestos.
Si no hay muchas posibilidades de que los voluntarios se encuentren con alguien con el virus, los investigadores tendrán que expandir sus esfuerzos y posiblemente perseguir brotes en otros países, retrasando la posibilidad de una vacuna exitosa.