¿Qué sucede con el consumo de alcohol, medicación y tabaco durante la cuarentena?
El Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA), de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), viene estudiando el impacto a nivel psicológico que tiene el confinamiento prolongado que atraviesan varias zonas del país.
En algunas provincias en las que el nivel de contagio de Covid-19 no fue amplio, ya se han retomado muchas de las actividades y la posibilidad de circular libremente. En otras, como en la zona metropolitana que integran la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires (AMBA) las restricciones siguen siendo más duras y permanece el aislamiento social, preventivo y obligatorio.
El estudio presentado esta semana por el equipo del OPSA muestra cómo varió el estado psicológico de las personas en aislamiento entre los días 7 a 11 de la cuarentena y el período posterior a los 50 días.
El resultado no fue alentador: en el período relevado creció la sintomatología psicológica clínica. En la muestra de la segunda semana de cuarentena la prevalencia de riesgo de trastornos psicológicos ascendió a 4,86% y en la semana posterior a los 50 días creció a 5,7%. "Ello significa que alrededor de 5 de cada 100 personas registran sintomatología clínicamente significativa, por lo que se encuentran en condición de riesgo psicológico", apuntan los investigadores de la UBA.
Se registró además que los más jóvenes son más propensos que los mayores a mostrar estos síntomas, que las mujeres presentan también más malestar que los hombres de la muestra y que cuánto menores son los ingresos económicos de la persona evaluada, mayores son los síntomas.
"De acuerdo a nuestro estudio, en ambas muestras, los adultos jóvenes reportan mayor sintomatología que los adultos mayores. Una línea de explicación es que las personas de menor edad afrontan estresores mayores característicos del ciclo vital, incertidumbre en cuanto a la vivienda, inserción profesional, laboral, parejas menos consolidadas, embarazos, hijos pequeños. En Argentina, los niveles de pobreza son más altos en los adultos jóvenes, quienes por lo tanto son más vulnerables, presentan mayor inestabilidad laboral, menores recursos en general", explicaron al respecto los investigadores de la Facultad de Psicología.
"Podría pensarse que la población de mayor edad percibe a la cuarentena obligatoria como una protección frente al riesgo al cual se encuentran expuestos y reciben estas restricciones de manera positiva. Asimismo, en esta población la restricción propia de la cuarentena obligatoria tiene un menor impacto en la medida en que muchos de ellos se encuentran retirados o jubilados", añadieron.
Sobre las diferencias de género, los investigadores no descartan que el mayor estrés de las mujeres se deba a diferencias en "la cantidad de tareas que desempeñan y la presión social que reciben así como la discriminación y violencia de la cual son objeto". Otras explicaciones destacan factores biológicos como los cambios hormonales y su impacto en el estado de ánimo.
"El impacto psicológico de la cuarentena es altamente relevante y debe considerarse junto a otros aspectos sanitarios en la implementación de la cuarentena. La mayor duración de la cuarentena se correlaciona con mayor impacto psicológico negativo en casi todos los indicadores", concluye el reporte.
Antecedentes
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Los efectos psicológicos de las cuarentenas se estudiaron en diferentes ocasiones y países. Este reporte asegura que el período de aislamiento más largo que fue estudiado desde este aspecto duró 21 días en Liberia, en el año 2015 por el brote de ébola.
"Desde el aspecto psicosocial, la cuarentena obligatoria suele ser una experiencia desagradable para quienes la sufren: separación de los seres queridos, pérdida de libertad, incertidumbre sobre el estado de la enfermedad y aburrimiento, con considerables pérdidas económicas", indican los investigadores de la UBA.
Toman como antecedente tres estudios que demuestran que la prolongación de la cuarentena se asocia con una peor salud mental siendo los síntomas de estrés postraumático, conductas evitativas e ira los más prevalentes, y que observan asociación entre bajos ingresos, trabajos independientes y trabajos sanitarios con mayores niveles de síntomas psicológicos.
También se evaluó que la no adherencia a los tratamientos médicos producto de la evitación es uno de los efectos psicológicos de las pandemias y las cuarentenas que más impacto produce. Y que los aspectos psicológicos juegan un rol importante en el afrontamiento a la pérdida de seres queridos y en el incremento de la xenofobia y estigmatización de sectores sociales.
El impacto psicológico de la cuarentena en la Argentina
El OPSA administró la encuesta de manera online a personas de Capital Federal, Provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Tucumán. La primera se hizo a los 7-11 días del aislamiento obligatorio y participaron 2631 casos. La segunda muestra se tomó entre el día 50 y 55 del aislamiento y respondieron 2068 personas.
Se analizó la práctica de algunas conductas problemáticas tales como el abuso de alcohol, drogas ilegales y tabaco en el contexto de aislamiento.
Al consultar qué hacían las personas cuando experimentaban malestar psicológico estos días en sus casas, la investigación pudo comprobar que se incrementó la automedicación y la ingesta de estas sustancias.
Entre los dos períodos analizados por el OPSA, "se incrementó el uso de medicación sin prescripción médica (automedicación) del 10,53% al 13,54%, el consumo de alcohol del 8,1% al 11,51%, la consulta psicológica del 4,79% al 7,83% y la conversación con confidentes amigos del 37,06% al 42,07%. El uso del deporte se incrementó del 13,34% al 14,94%".
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A la vez, "se redujo el grupo que no experimenta malestar del 38,5% al 31,58%. Dicho de otro modo, casi el 70% de los participantes experimentan malestar psicológico a los 50-55 días de cuarentena obligatoria", detalla el informe.
Dentro de aquellos que recurren a la medicación para manejar esos malestares (ansiedad, ánimo, insomnio) se observa un incremento asociado a la duración de la cuarentena, del 54,38% al 72,30%.
Al hacer foco en qué tipo de medicación tomaron los encuestados, se encontraron alzas en todas las categorías (ansiedad, "nervios", ánimo, relajación, dormir) entre los dos períodos evaluados. Por el contrario, disminuyeron los objetivos de la toma de medicación relacionados con enfermedades o condiciones médicas (hipertensión, diabetes, alteraciones tiroideas, etc.,)
Solo el 14,02% de los participantes del último muestreo están recibiendo tratamiento psicológico, aunque más del 37% confiesa que considera que lo necesita.
Consumo de alcohol, tabaco y sustancias
Con respecto al consumo de tabaco, alcohol y drogas ilegales, se registró una disminución del consumo de tabaco y un aumento del consumo de alcohol al comparar las muestras de los dos períodos mencionados. Y no se observaron diferencias significativas con respecto al consumo de drogas ilegales.
La cantidad de personas que dijo estar consumiendo tabaco durante la cuarentena obligatoria pasó de 29,7% en la muestra de marzo y abril a 26,3% en mayo
El alcohol es la sustancia más elegida: el 37,5% lo utilizaba en el primer muestreo y en el segundo pasó a ser el 41,1% del total.
Los que dijeron haber utilizado drogas ilegales son menos del 10,5%.
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"El consumo de todas estas sustancias es una de las conductas problemáticas que se implementan para manejar el malestar psicológico. Si bien proporcionan un alivio porque impactan en la neurotransmisión produciendo placer o sedación, pasado su efecto deterioran la salud global. Resulta importante incluir el riesgo de alcoholismo, en todas sus formas, en las intervenciones psicosociales", aseguran los investigadores.
Problemas para dormir en cuarentena
La cantidad de participantes que manifestaron tener alteraciones del sueño durante la cuarentena pasó del 73,7% al 76,06%.
"Estas alteraciones son uno de los síntomas más frecuentes tanto en los trastornos de ansiedad como en la depresión. La disminución de la actividad física y la menor exposición a la luz solar en las grandes urbes alteran los ciclos del sueño", evaluaron desde la UBA.
Los que dicen dormir menos horas en aislamiento eran el 14% en la muestra tomada en abril y son casi 1% más en la realizada en mayo. La cantidad de gente que dice dormir más horas, por otra parte, decreció de 44,20% al 36% de la muestra.
Lo que se notó finalmente fue un incremento de la cantidad de personas que sufren insomnio, que eran el 41,5% al inicio del estudio y ahora serían 48,98%.
"La 'huida' al mundo del sueño parece ser un recurso frente a la frustración de la vida en cuarentena. El insomnio, por el contrario, es la típica alteración del sueño en los trastornos depresivos y también puede estar asociado a preocupaciones acerca del curso de los eventos, la repercusión financiera, el desorden en los horarios, la dieta, siestas e innumerables factores alterados por este cambio en los hábitos y rutinas de las personas", diferencia el informe.
Vida sexual
Alrededor del 44% de los participantes del estudio consideran que su vida sexual es "nada" o "poco" satisfactoria, y no hubo significativas diferencias en este aspencto entre los dos períodos estudiados.
"A lo largo de la cuarentena obligatoria, más del 80% de los participantes informaron que su vida sexual empeoró", remarcaron los investigadores de la UBA.
Esto sumado a que más de la mitad de la población encuestada no realiza ninguna de las actividades que se consideran saludables durante el aislamiento -actividad física, meditación, práctica religiosa o yoga- ofrecen un peor panorama, ya que conductas saludables permiten tolerar la cuarentena, amortiguando su impacto en el malestar psicológico.