Arroz yamaní: qué es y por qué deberías incluirlo en tu dieta
La globalización ha hecho que los productos que se consumen en las diversas culturas del mundo se hayan difundido mucho más allá de las fronteras geofráficas y culturales. Así, hoy es posible conseguir alimentos de casi cualquier parte del mundo en cualquier parte del mundo. Esto ha fomentado también la conocida "comida fusión", que combina productos de distintas gastronomías y los une para hacer platos innovadores y disruptivos.
El arroz yamaní es un tipo de arroz integral originario de Japón. Crece libremente en climas templados y fríos, es un arroz de grano corto, de color dorado y muy resistente. Al ser consumido, el arroz cocido tiene una textura muy suave con un sabor dulce que recuerda al de la nuez. Este arroz se conserva durante meses en lugares secos y oscuros en envases sellados herméticamente.
El arroz yamaní es el preferido por quienes siguen una dieta macrobiótica debido a su pH equilibrado y su fácil digestión. Se trata de un alimento con una gran cantidad de propiedades positivas para el cuerpo.
¿Cuáles son los beneficios nutricionales del arroz yamaní?
Es fuente de vitamina B. Este tipo de arroz es una gran fuente de vitaminas del grupo B, lo cual implica que se constituye como beneficioso para la digestión, el metabolismo de los carbohidratos y el sistema nervioso.Fuente de fibras. Es un alimento que tiene un elevado contenido de fibras solubles. De esta forma favorece la salud intestinal y regulariza la concentración de azúcar en la sangre y de las grasas.Reduce la presión arterial. De este modo, es posible afirmar que es un alimento hipotensor. Está especialmente indicado para aquellas personas que padecen de problemas cardíacos y renales.No tiene gluten. El arroz no contiene gluten y es totalmente hipoalergénico. Su consumo puede favorecer a los pacientes que padecen de enfermedades crónicas y algunos tipos de cáncer, así como la enfermedad celíaca.
Es desintoxicante. El germen de yamaní contiene fitina o ácido fítico, el cual ayuda a expulsar los venenos y toxinas del organismo.
Es de fácil digestión. Es un cereal altamente tolerado por el hígado, esto se debe a que contiene un almidón de fácil digestión.
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¿Cómo cocinarlo?
Al ser un arroz menos refinado aporta elevados niveles de energía, hidratos de carbono y proteína. Su digestión es lenta y sacia rápidamente, incluso más que el arroz común.
Se recomienda colocar en una olla dos tazas de arroz yamaní y cuatro o cinco tazas de agua y una cucharadita de sal. Se lleva al fuego y cuando empiece a hervir se debe tapar la olla y bajar el fuego. Luego de veinte minutos el grano debe estar seco. Se apaga el fuego y se revuelve con una cuchara de madera. El tiempo de cocción es más largo que el del arroz común. Se puede consumir inmediatamente o guardarse en la heladera en un envase de vidrio con tapa y consumirse luego. Se recomienda acompañarlo de legumbres.
4 recetas con arroz yamaní
Además de tener una gran cantidad de propiedades desde el punto de vista nutricional, el arroz yamaní es muy versátil al momento de cocinar. Como ingrediente se adapta a casi cualquier comida y son cientos las combinaciones que se pueden hacer para incluirlo en la alimentación.
Wok de pollo y vegetales con arroz yamaní
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La combinacion del arroz yamaní con otros grupos de alimentos, como el pollo o la carne, y con vegetales permiten construir platos nutritivos y muy completos. Una de las formas más ricas de consumirlo es hechos al wok.
Para hacerlo se necesitan agua, pollo, por supuesto, y los vegetales que le gusten a cada persona. Cebolla, zanahoria, berenjenas, zuchinis, choclo, remolacha, champignones, entre otros, son algunas de las verduras y hongos que se le pueden agregar a la preparación para hacerla más rica y completa.
Asimismo, se puede combinar con semillas para incluir algunos de los nutrientes que estas contienen.
Para condimentarlo se le puede agregar salsa de soja, pimienta, aceite de oliva, sal, aceite de canola, cúrcuma, u otras especias que hagan la preparación más sabrosa y gustosa.
Hamburguesas de arroz yamaní
Otro de los clásicos para comer este tipo de arroz. Las hamburguesas de arroz yamaní son una forma perfecta de comer este plato maravilloso para quienes no consumen carne, o han reducido su ingesta, o simplemente quieren probar nuevas opciones.
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Al igual que en el wok, para hacer hamburguesas el arroz se puede combinar con una gran cantidad de vegetales que hagan de este plato una opción rica y nutritiva. Zanahoria, cebolla, morrones e incluso legumbres -lentejas, garbanzos, porotos- son algunos de los ingredientes que se pueden agregar a esta preparación. Para hacerlas se debe cocinar el arroz y una vez terminado ese proceso se le deben agregar el resto de los componentes, también cocidos. La preparación se debe ligar con huevo, para que mantenga la consistencia, y se deben formar pequeños medallones, que sí o sí es necesario cocinar antes de reservar. Es importante mencionar que el huevo no se puede congelar porque pierde su consistencia, por lo que siempre que se quieran conservar este tipo de alimentos se deben cocinar previamente.
Risotto de arroz yamani y calabaza
Esta opción es ideal para aquellos que disfruten de platos calientes y sabrosos, pero sin componente de proteína animal. Perfecta para veganos y vegetarianos.
Cocida la calabaza y el arroz, se deben mezclar en un wok o en una sartén amplia y se le puede agregar cualquier ingrediente del que los comensales gusten. Desde condimentos, como el pimentón o la cúrcuma, hasta otros elementos como ajo, cebolla, morrón, perejil y semillas.
Al momento de servirlo se le puede agregar -para quienes consuman productos lácteos- unas hebras de queso por encima, a modo de presentación, que le darán un toque visual muy lindo y un gusto muy sabroso.
Budín de arroz integral y espinaca
¿Un budín de arroz? Claro que sí. No solo se puede comer en risotto o en wok, sino que también se puede usar para hacer budines salados y renovar las comidas cotidianas.
Para hacerlo se necesitan arroz, espinaca, huevos, algo de pan rallado, y cualquier otro ingrediente que el cocinero o cocinera elija. Ajo, cebolla, cebolla de verdeo, queso rallado, y condimentos varios.
Batido el huevo, cocido el arroz y blanqueada la espinaca, se deben mezclar los ingredientes y volcarlos en un molde para budín previamente aceitado o forrado con papel manteca. Esa preparación se lleva al horno, durante cerca de veinte minutos, y listo, ya está listo el budín para el almuerzo o la cena. A diferencia de las opciones anteriores, este plato se puede comer frío o caliente, lo cual le da un toque de versatilidad.