Desde Perón hasta Macri: así evolucionó la inflación en la Argentina
La inflación ha sido una constante de la historia argentina de las últimas décadas. Salvo períodos excepcionales (el más prolongado fue el de la convertibilidad), la economía argentina registró un nivel inflacionario elevado.
Resulta significativo señalar que solo 5 de las 26 presidencias analizadas registraron variaciones de precios menores a los dos dígitos, mientras que en el extremo opuesto, seis presidentes tuvieron inflaciones anuales que alcanzaron los tres dígitos.
Esta es una de las conclusiones a las que se arribó en un profundo estudio realizado por la Unidad de Estudios y Proyectos Especiales de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), que muestra que durante los últimos 100 años, la tasa de inflación promedio fue de 105% anual, siendo el máximo histórico de 3.079% en 1989.
"Considerando la persistencia y la magnitud del fenómeno, y los efectos adversos que la inflación tiene en la economía, la búsqueda de una solución debería ser una prioridad para las autoridades públicas y los diversos actores involucrados", agrega el reporte.
A continuación, las tasas de inflación promedio que tuvieron lugar durante las últimas 26 presidencias:
Inflación histórica en Argentina: 1943-1974
Desde el primer dato oficial de precios al consumidor en enero de 1943 hasta la muerte de Perón en julio de 1974, fueron 14 los presidentes argentinos (incluyendo los constitucionales y los de facto).
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La mayor variación interanual de precios durante este período se registró a mediados de 1959 bajo la presidencia de Arturo Frondizi, con una tasa de inflación que superó el 120%, según la CAC.
Sin embargo, el presidente que experimentó una mayor tasa de inflación promedio durante su período de gobierno fue el presidente de facto Alejandro Lanusse con un 63,4% de inflación anualizada en sus poco más de dos años en el poder. En el extremo opuesto se ubica Héctor José Cámpora, con una inflación anualizada de -30,1%.
Inflación histórica en Argentina: 1974-1989
Los años siguientes al fallecimiento de Perón en 1974 significaron una etapa de profunda inestabilidad económica y social para la Argentina, en un contexto de crisis de la deuda latinoamericana.
En términos del nivel de precios, esta conflictividad produjo que en el año 1989 se alcanzara la máxima tasa de inflación del país, bajo la presidencia de Raúl Alfonsín.
La variación de precios promedio de ese año fue de 3.079%, registrándose también una devaluación histórica (el tipo de cambio registró un aumento de 4.771% anual con respecto al dólar).
"La pérdida de valor de la moneda fue tal que durante este período se realizaron dos cambios de símbolo monetario: en el año 1983 se reemplazó el Peso Ley por el Peso Argentino, y en 1985 este último fue sustituido por el Austral", recuerda el informe.
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Inflación histórica en Argentina: 1990-2019
A partir de la Ley de Convertibilidad del año 1991 que fijó la paridad del Austral con el dólar, y la posterior sustitución de aquella moneda por el Peso, comenzó en Argentina un período de drástica reducción de la inflación y posterior estabilización del nivel de precios, registrándose incluso años de deflación.
Sin embargo, la inflación promedio durante la presidencia de Carlos Menem fue significativamente elevada (69,7% anual), producto a la variación de precios registrada durante los primeros años de su gobierno.
Vale destacar que la inflación fue alta en su primer mandato (147,5% anual) y nula en el segundo (0% anual). La recesión de finales de los años noventa se tradujo también en un período de deflación: durante los dos años de la presidencia de Fernando de la Rúa la variación de precios fue negativa, con una tasa anualizada de -1,1%.
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Sin embargo, "la devaluación de 2002 impactó en el nivel de precios durante la presidencia de Eduardo Duhalde que tuvo una inflación anualizada de 29,3%. Tras un período de estabilidad de precios, la inflación volvió a ser un tema de preocupación nacional desde 2007, cuando la tasa anual superó el 20%. Estos niveles de inflación (no reflejados en los indicadores oficiales de precios, que fueron sistemáticamente alterados hasta 2015) caracterizaron a la mayor parte de los años de gobierno de Cristina Kirchner", explica la CAC.
Luego, la administración de Mauricio Macri, enfrentada a los efectos inflacionarios de la unificación cambiaria y la actualización de las tarifas de los servicios públicos, no consiguió reducir estos guarismos. De hecho, durante su gestión, la inflación promedió el 40 por ciento.
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El dato: por qué en años impares es menor que en los pares
El economista Martín Calveira, investigador del Área de Economía del IAE Business School de la Universidad Austral, hizo un repaso por la reciente historia nacional, desde 2011 a la fecha, para analizar cómo ha variado la inflación y la economía en años de elecciones legislativas y presidenciales (años impares), con respecto a la de los períodos no electivos (años pares).
"El fenómeno de recurrencia de los últimos años puede tener un elemento no económico que explique cierta dinámica, vinculado con la coyuntura político-electoral de cada año", explica el especialista.
"Se evidencia que la economía argentina continúa replicando los ciclos de volatilidad real y nominal desde, al menos, el último cuarto del siglo XX. Expansiones de cierta aceleración -muchas veces sesgadas desde el consumo y financiadas por capitales de corto plazo- se transforman en recesiones profundas con inflación (en el extremo llegando a niveles de hiperinflación) y volatilidad que luego deben ser corregidas a través de estabilizaciones de shock o, en otros casos, graduales afectando la distribución de la riqueza", detalla.
"Paralelamente, la política maximiza su estrategia para establecerse o continuar en el Poder Ejecutivo, resultando que en años de elecciones se eviten ajustes, se realicen políticas expansivas en aras de evitar o minimizar el ciclo recesivo y se eviten realizar (o continuar realizando) las correcciones necesarias, sin tener en cuenta las consecuencias de corto plazo, principalmente, sobre la inflación", agrega el experto.
"Esa dinámica parece observarse en la historia económica argentina reciente. Desde 2011, en años de elecciones legislativas y presidenciales (años impares), el crecimiento de la economía es mayor al de los períodos no electivos (años pares) en los cuales se establece un período de contracción de la actividad; conformando un ciclo económico no iniciado principalmente por factores netamente económicos, tales como aumentos súbitos de precios de bienes exportables o influjos masivos de inversión", plantea.
¿Por qué sucede esto? Según el experto, "los factores estarían determinados desde la perspectiva de la política económica gestionada, es decir, por la economía política nacional a los efectos de optimizar su estrategia de no interferir en las decisiones de los votantes desde la coyuntura económica derivada de los efectos de la política económica".
"Períodos en los cuales son necesarios los ajustes sobre las distorsiones de precios relativos, estabilizar el tipo de cambio y la convergencia hacia un nivel menor de déficit fiscal primario; no son tenidos en cuenta en los años de elecciones. Por el contrario, son los años siguientes, años pares, donde parece generarse una necesidad imperativa de estabilizar las variables", completa.
Para conocer qué prevé el mercado en materia de inflación para este 2020, hacé clic en esta nota.