Trabajadores del Bauen realizan una vigilia: por qué ordenan desalojarlos tras 16 años de mantener el hotel
Un grupo de trabajadores del Hotel Bauen realiza una vigilia en la puerta del edificio a la espera de la orden de desalojo prevista para este lunes, ya que venció el plazo para que la cooperativa que maneja el establecimiento desde hace más de 16 años le entregue el inmueble a una empresa que reclama la propiedad.Una decena de empleados se encuentra desde la noche del domingo en la entrada del lugar, ubicado sobre la avenida Callao al 360, en el barrio porteño de Balvanera, indicó Infobae. El grupo tiene programado una serie de actividades para la mañana del lunes, con el objetivo de visibilizar el conflicto, e incluso hay algunos huéspedes alojados en las habitaciones.
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Sin embargo, este lunes 2 de diciembre venció el plazo que dio la Secretaría 18 del Juzgado Comercial N° 9 para que los trabajadores abandonen el edificio.
El conflicto se originó a partir del reclamo de la empresa Mercoteles S.A., que sostiene tener el derecho sobre la propiedad. La compañía asegura que se quedó con la administración del hotel luego de que quebrara la firma que lo gestionaba originalmente.
"Estamos a la espera de encontrar una salida, tanto jurídica como política, que no sea necesartiamente una orden de desalojo, que entendemos que nadie quiere. Ni la gente ni la Justicia ni tampoco los que reclaman el edificio", precisó Federico Tonarelli, vicepresidente de la cooperativa, a TN.
En el 2016, el Congreso aprobó la ley de expropiación del inmueble como un intento de resolver el problema de fondo, pero el presidente Mauricio Macri la veto en los últimos días de diciembre y el tribunal, a cargo de Carla Cavaliere, volvió a ordenar su desalojo.
"Lo que está ocurriendo hoy es que, con tal de que la cooperativa devuelva el edificio nos indemnizarían, pero es una cifra que no nos convence porque es, como mínimo, la quinta parte de lo que invertimos en todos estos años", explicó Tonarelli.
El edificio fue construido por el empresario Marcelo Iurcovich, a partir de los créditos oficiales que otorgaba el gobierno militar en 1978 para ampliar la capacidad hotelera y poder albergar a los turistas que llegaron al país para presenciar el Mundial de fútbol que se disputó aquel año en la Argentina.
En 1997, Iurcovich acordó con el grupo chileno Solari para desprenderse del establecimiento por u$s17 millones. Años después, la empresa quebró y transfirió la propiedad a Mercoteles, que ahora reclama la administración del lugar.