De jungla desierta a playa de ensueño: cómo se construyó uno de los destinos caribeños más buscados del mundo
Un paraje selvático, en la punta más lejana de una isla y rodeado por algunas aldeas de pescadores. Sin ningún tipo de infraestructura y alejado a 200 kilómetros del principal centro urbano. A pesar de sus aguas cristalinas y sus arenas blancas.
Ese fue el lienzo en blanco con el que se topó hace 50 años un grupo de inversores estadounidenses que no dudaron en adquirir 77 km2 de lo que hoy se conoce como Punta Cana, en la República Dominicana.
Dos años más tarde, junto con el empresario local Frank Rainieri, comenzaron a desarrollar la infraestructura y pusieron la piedra fundamental de lo que hoy es uno de los destinos de playa más visitados del mundo, con más de seis millones de turistas por año.
Todo para hacer
La construcción de la zona hotelera de Punta Cana siempre persiguió dos cosas: disfrutar de lo mejor de los paisajes naturales y no descuidar el ambiente.
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El destino ofrece un mar turquesa y aguas cristalinas, un escenario de ensueño donde una suave brisa refresca a los turistas y hace danzar a las palmeras. Un cóctel perfecto para el relax, a tal punto que el cantante Julio Iglesias y el diseñador Oscar de la Renta tienen sus residencias en la zona para conectarse con la naturaleza y la tranquilidad.
En este sentido, el destino caribeño no sólo se caracteriza por tener las mejores playas del Caribe, sino también que cuenta con una amplia gama de atracciones.
Obviamente, los deportes acuáticos acaparan la lista de preferencias de quienes visitan estas playas que se extienden por 64 km, como el buceo por los arrecifes de coral y el windsurf.
Además, se trata de un lugar con atracciones para todas las edades: los niños podrán disfrutar de parques acuáticos, educativos y recreativos.
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En tanto que la Marina de Cap Cana es una buena opción para parejas: se trata de una bahía extensa, ideal para visitar un polo gastronómico que ofrece una carta con los mejores platillos de la cocina local e internacional.
Los más jóvenes pueden disfrutar de la vida nocturna: las calles de República Dominicana se caracterizan por las coloridas performances de los bailarines locales y existe una gran cantidad de discotecas. Entre estas últimas se destaca Coco Bongo, una marca registrada de la noche caribeña.
Así, Punta Cana se convierte en uno de los lugares preferidos a nivel global para los amantes de los destinos de verano. El destino genera el 20% del PBI dominicano y posee más de 43.000 habitaciones, con 2.000 más proyectadas para 2020. Pero todo comenzó con un resort.
El pionero
Para 1978, este paraíso caribeño no tenía un solo hotel. El primero en llegar fue Club Med con su servicio All Inclusive que ya es marca registrada. Así, la compañía de origen francés abrió el camino para que otras cadenas también llegaran a la zona.
No sólo eso: Club Med colaboró con la construcción del Aeropuerto Internacional de Punta Cana, que fue inaugurado en 1984. Hasta entonces, los turistas extranjeros debían recorrer 200 kilómetros por tierra desde la terminal aérea de Santo Domingo, capital de República Dominicana.
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El resort de la cadena francesa es uno de los más elegidos por los argentinos, ya que gracias al modelo All Inclusive pueden "cerrar" el precio de sus estadía, con comidas y atracciones incluidas, sin preocuparse por las intermitencias del dólar y evitando sorpresas.
Una de las atracciones más divertidas de este complejo es el espacio "Creactive by Cirque du Soleil", que incluye desde actividades artísticas a acrobacias para que los gentile members (como la cadena denomina a sus huéspedes) se diviertan, aprendan nuevas habilidades y logren cosas que jamás se imaginaron.
Así, encontrarán en este espacio a actividades de circo como trapecio volador, telas, trampolín, maquillajes artísticos malabares, percusión y danza. También tienen acceso a actividades de entretenimiento, deportes, actividades, shows y night clubs.
De esta forma, se forma el combo ideal para quienes deseen unas vacaciones en un paraje de ensueño, garantizadas por el sello inconfudible de Club Med: gastronomía de primer nivel, actividades para toda la familia, la calidad de atención que hicieron famosas a la cadena y la posibilidad de pagar en cuotas por un servicio todo incluido, dejando las preocupaciones en Ezeiza.