GOLPE DE ESTADO

Cómo fue la primera noche de Evo Morales tras renunciar a la Presidencia de Bolivia

El exmandatario mostró en Twitter dónde y cómo fueron las horas siguientes a renunciar a su cargo por presión de las Fuerzas Armadas
ACTUALIDAD - 12 de Noviembre, 2019

El domingo por la tarde Evo Morales renunció a la presidencia de Bolivia luego de que las fuerzas militares se lo solicitaran en medio de las crecientes manifestaciones en el país.

Posteriormente, el exmandatario optó por manifestarse en las redes sociales y generó repercusión con una imagen que publicó por medio de su cuenta personal de Twitter. En la imagen aparece acostado en el piso, mientras mira su celular.

"Así fue mi primera noche después de dejar la Presidencia forzado por el golpe de Mesa y Camacho con ayuda de la Policía. Así recordé tiempos de dirigente. Muy agradecido con mis hermanos de las federaciones del Trópico de Cochabamba por brindarnos seguridad y cuidado", redactó Morales junto a la foto.

Luego de dos jornadas de violencia en las calles y con un país con vacío de poder, Evo Morales pidió asilo político en México y este martes ya volaba hacia ese país.

El presidente electo Alberto Fernández rápidamente se volcó el domingo a las redes sociales con el fin de apoyar a Evo Morales. A través de varios tuits, el compañero de fórmula de Cristina Kirchner aseguró que se trató de un golpe de Estado.

"En Bolivia se ha consumado un golpe de Estado producto del accionar conjunto de civiles violentos, el personal policial autoacuartelado y la pasividad del ejército. Es un golpe perpetrado contra el presidente @evoespueblo, que había convocado a un nuevo proceso electoral", expresó el exjefe de Gabinete.

Y participó en la organización para que Morales pudiera exiliarse en México.

A contramano de las declaraciones del presidente electo, el gobierno de Cambiemos negó que se tratara de un golpe de Estado. Lo hizo a través del comunicado oficial de Cancillería el domingo, donde hablaba de periodo transisión y el lunes lo repitió el ministro de Relaciones Exteriore, Jorge Faurie, en una conferencia de prensa.

 
Sin embargo, dentro de la alianza de gobierno de Mauricio Macri se generó una grieta. Es que algunos dirigentes del Cambiemos consideran que sí se trata de un quiebre del orden institucional y constitucional del país.
 
Uno de ellos fue el macrista Daniel Lipovetsky, que el mismo domingo publicó en Twitter su repudio al golpe de Estado y pidió a la Organización de Estados Américanos (OEA) que intervenga para reponer el orden democrático en el país vecino.
 
 
El radicalismo se sumó a esta postura y así lo dejó en claro también a través de la red social.
 
 
Y hasta la propia excanciller de Cambiemos, Susana Malcorra, aseguró este martes que "objetivamente" se puede hablar de "un golpe de Estado" contra el ahora expresidente del país del Altiplano Evo Morales.
 
"En mi opinión, sí se puede considerar como un golpe de Estado", sostuvo en declaraciones radiales.
 
La exfuncionaria nacional señaló que para llegar a esa conclusión deben tenerse en cuenta que fue interrumpido el mandato de un presidente democráticamente electo, que el procedimiento no es el establecido constitucionalmente, y que las Fuerzas Armadas tuvieron un rol importante en el desenlace.
 
"Que se diera en un contexto muy complejo, y donde hay cuestiones que se pueden poner sobre la mesa como motores que llevaron a la expresión de la gente en las calles, no quita que objetivamente se pueda hablar un golpe de Estado", indicó la exjefa de la diplomacia argentina.
 
 
Al evaluar las diferentes posiciones manifestadas por políticos y funcionarios argentinos en relación a la crisis institucional en Bolivia, Malcorra señaló que "hay una influencia de lectura político-ideológica".
 
En cuanto a la posible solución del conflicto la ex canciller aseguró que "en la región podría generarse un espacio para tender puentes, pero el problema es que la región están muy fracturada y dividida por cortes ideológicos".
 
"Hay que encontrar un grupo de gente que sea respetada y que sean capaces de generar diálogo. Lo más preocupante es que las calles de Bolivia están estallando, y no hay nada bueno detrás de eso", concluyó.

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