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¿Vuelve el Fútbol para Todos?: Alberto Fernández da señales sobre cuál será su postura

Ante el nuevo panorama político, muchos hinchas, dirigentes y empresarios se preguntan si Alberto Fernández restaurará el sistema de televisación estatal
29/10/2019 - 18:22hs
¿Vuelve el Fútbol para Todos?: Alberto Fernández da señales sobre cuál será su postura

Los tiempos de nuestro país son extremadamente vertiginosos. Lo que sucedió hace dos años parece haberse perdido bajo una pila interminable de acontecimientos nuevos y por lo tanto, aparentemente más importantes.

El 27 de junio de 2017 se realizaron las últimas transmisiones del Fútbol para Todos, un programa implementado por el Gobierno de Cristina Kirchner con el objetivo de transmitir, inicialmente, partidos de la primera división argentina por la Televisión Pública.

Cuando todo comenzó, en el año 2009, la AFA tenía contrato vigente con TyC, pero la cifra que abonaba la empresa -a partir del contrato estipulado- no alcanzaba a cubrir las necesidades de la entidad que nuclea a los clubes argentinos, ya que varios de ellos se encontraban en grave crisis. A partir de esta situación, intercedió el gobierno Nacional y ofertó por los derechos de transmisión $600 millones, casi el triple de lo que había recibido la AFA de TyC.

La entidad comandada entonces por Julio Humberto Grondona, optó por rescindir el contrato con la productora privada y aceptar la oferta estatal. Esta situación desató una puja judicial con acusaciones cruzadas: la AFA denunciaba a TyC de negociar los derechos de televisión a todo el mundo sin haberle dado participación, mientras TyC reclamaba una cifra de miles de millones de pesos por el perjuicio de los derechos perdidos. Finalmente, y sin quedar demasiado clara, la situación se habría resuelto con una indemnización de más de $1.000 millones.

A partir de 2015, con la asunción de Mauricio Macri como Presidente, la situación cambió. Hubo dos años de transición entre aquellas transmisiones exclusivas de la TV pública, financiadas únicamente con publicidad estatal, y lo que es hoy la televisación a manos de una empresa privada.

Entre 2015 y 2017, Guillermo Marín se encargó de gestionar el programa por pedido del Presidente. Telefé, Canal 13 y Canal 9 pudieron transmitir también varios de los partidos, pasando sus publicidades en el entretiempo y hasta hubo algunos cambios de periodistas. Muchos, muy identificados con la gestión kirchnerista abandonaron la tarea, como el "relator militante" Javier Vicente. Algunos otros, que se habían alejado cuando se rompió el contrato con TyC, como Sebastián Vignolo, retornaron.

Posteriormente, tras una licitación en la que se presentaron varias ofertas, como la de ESPN y MediaPro, una alianza entre las empresas Fox y Turner terminó por quedarse con los derechos de televisión de la Superliga Argentina de Fútbol. Este fue otro cambio importante, que llegó casi de la mano del cambio en la televisación: la intención de armar una liga atractiva que pudiera venderse a diversos países del mundo y controlada por los propios clubes de primera división, aislada del poder de AFA.

El contrato de Fox-Turner con el fútbol argentino se vence en 2020. Actualmente, la Superliga cobra por temporada aproximadamente $ 3.200 millones. Sin embargo, para el año que viene, algunos dirigentes pretenden aumentar la ganancia en casi un 40%, por lo que no está confirmado que vaya a seguir la misma empresa.

La visión de Fernández

El Presidente electo Alberto Fernández, durante la campaña, ha evitado hablar demasiado del tema, haciendo alusión a que tiene temas mucho más importantes para tratar.

iProfesional pudo saber que el ex jefe de Gabinete estará pendiente de la renegociación del contrato de televisación del fútbol argentino, pero no está en sus planes que el Estado desembolse una cantidad como la antes mencionada para las transmisiones.

Desde el Frente de Todos consideran prácticamente imposible que la Argentina pueda realizar un gasto de esta naturaleza antes de recuperarse en otros tantos aspectos, lo que demoraría al menos dos años.

Pero, si se tiene en cuenta que el contrato vence en 2020 y que, difícilmente, el nuevo contrato tenga una vigencia menor a dos o tres años, parece complicado pensar en que, al menos durante su primer mandato, retorne el Fútbol para Todos.

Desde varios sectores dirigenciales vinculados al fútbol, con buena llegada al nuevo Gobierno, sí plantean una posible reestructuración de la organización en cuanto a entidades.

El final del mandato de Macri coincidirá con el fin de la presidencia de Daniel Angelici en Boca, quien, además, era uno de los principales impulsores de la idea de la Superliga.

El CEO de la Superliga, es Mariano Elizondo, quien no representa los intereses de ningún club, sino que tiene la tarea exclusiva de administrar esta estructura y generar el producto más rentable posible. Elizondo llegó al cargo por consenso, con buena relación con Marcelo Tinelli y también con dirigentes del gobierno saliente.

Lo cierto es que varios presidentes de clubes, que se han visto un poco alejados del manejo del fútbol local por relaciones personales o por vínculos políticos, como Hugo y Pablo Moyano, Rodolfo D’onofrio e incluso, Víctor Blanco, que ha sabido mantenerse en buenos términos con casi todos, pretenden recuperar el control.

Además, Claudio "Chiqui" Tapia, quien también ha visto mermado su poder a partir de la creación de la Superliga, pretende, con el apoyo concreto de otros dirigentes de clubes y de rango nacional, que todo vuelva a estar bajo la órbita de la AFA.

El fútbol y la política en nuestro país han tenido una estrecha vinculación desde hace casi ochenta años. De hecho, cada nueva configuración del panorama nacional ha impactado, tarde o temprano, en el mundo del fútbol.

La pasión que despierta el deporte en general en nuestro país es un instrumento que el poder político nunca desprecia. Seguramente, en este caso, la urgencia de otras cuestiones demore un poco el efecto que este tipo de cambios suele causar. Sin embargo, todo parece indicar, que, así como sucedió a nivel nacional, el poder podría cambiar de manos.