Bolsonaro: el candidato brasileño a la presidencia se encuentra en estado "grave" tras la agresión
El candidato a la presidencia brasileña Jair Bolsonaro, acuchillado en el estómago el jueves, sigue en estado "grave" y requerirá otra cirugía "grande", informó este lunes el Hospital Israelita Albert Einstein en Sao Paulo, donde el político de ultraderecha está internado.
"Pasados los cuatro días después de la herida abdominal por arma blanca, el estado del candidato a la Presidencia de la República, Jair Bolsonaro, aún es grave y permanece en terapia intensiva", precisó el hospital en un comunicado.
Bolsonaro, de 63 años, pasó por una colostomía tras ser apuñalado la semana pasada en Juiz de Fora, localidad de Minas Gerais, y "será necesaria una nueva cirugía de gran tamaño posteriormente para reconstruir el tránsito intestinal y retirar la bolsa de la colostomía", explicó el cuerpo médico del Albert Einstein, donde el candidato se encuentra desde el viernes.
El comunicado aclara que el paciente no muestra señales de infección y que mantiene una sonda gástrica, práctica habitual en grandes cirugías y traumas abdominales.
El excapitán del Ejército fue apuñalado el jueves durante un acto de campaña. El presunto agresor, Adélio Bispo de Oliveira, un exmilitante del partido de izquierda Psol, fue detenido de inmediato. En sus primeras declaraciones a la policía, dijo que estaba "cumpliendo una misión divina, una misión de Dios".
Bolsonaro, que ha centrado su campaña en posiciones polémicas como la defensa del porte de armas y el ataque a grupos minoritarios, debe quedar fuera de actos campaña hasta los comicios del 7 de octubre. Pero se mantiene presente en las redes sociales.
"Continuamos al frente de la disputa (...) ¡De ninguna manera estamos fuera del pleito!", tuiteó el domingo.
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Previamente, uno de sus hijos publicó una foto en la que se ve a su padre sentado en una butaca del hospital, con una sonda respiratoria e imitando un arma con ambas manos, en un gesto que durante la campaña ya había levantado polémicas.
La Justicia apura reemplazante de Lula
De cara a las elecciones presidenciales de octubre, el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil denegó el lunes un pedido para extender el plazo de sustitución del encarcelado expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva como candidato. El tiempo para anotar a su reemplazante vence el martes.
La presidenta del TSE, Rosa Weber, consideró que la demanda "no se justifica" y confirmó que el Partido de los Trabajadores (PT) tiene hasta las 19H00 (22H00 GMT) del martes para sustituir el nombre del líder de la izquierda, favorito en los sondeos hasta su exclusión de la contienda el 1º de setiembre.
Si no cumple ese plazo, el PT podría quedar fuera de la contienda.
El candidato del PT a la vicepresidencia, Fernando Haddad, visto por muchos como el potencial reemplazo de Lula, visitó este martes al expresidente (2003-2010) en la cárcel de Curitiba (sur), donde cumple una pena de 12 años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero.
La expectativa entre allegados de Haddad es que en esa reunión, que se desarrollaba por la mañana, Lula zanje la cuestión de su sustitución, indicaron fuentes del PT.
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El directorio nacional del partido se reunirá el martes en Curitiba.
La candidatura de Lula fue invalidada por la llamada "Ley de Ficha Limpia", que determina que ningún condenado en segunda instancia puede presentarse a cargos electorales.
Los abogados de Lula pretendían que el plazo que expira el martes se extendiese hasta el 17 de septiembre, cuando el TSE debe zanjar la totalidad de los casos relacionados con los comicios, veinte días antes de la primera vuelta del 7 de octubre.
Weber también resolvió enviar al Tribunal Supremo Federal (STF) un recurso de Lula que busca dejar sin efecto la invalidación de su candidatura.
Pero es muy poco probable que el STF decida antes de este martes, cuando vence el plazo para nombrar al sustituto de Lula.
El expresidente, de 72 años, fue condenado como beneficiario de un apartamento en el litoral paulista ofrecido por una constructora a cambio de mediaciones para obtener contratos en Petrobras.
Lula enfrenta otras cinco causas penales, pero se declara inocente en todas y denuncia una persecución judicial y mediática para evitar que vuelva al poder.