Murió Fabián Tomasi, el icono mundial de la lucha contra Monsanto y los agrotóxicos
Este viernes por la mañana, falleció Fabián Tomasi, un exempleado rural de 53 años cuya exposición a las fumigaciones de agrotóxicos le produjo una polineuropatía que afectó su cuerpo y se convirtió en un ícono global de la lucha contra los fertilizantes químicos y, en especial, de la firma Monsanto.
El cuerpo de Tomasi alterado por el uso de agroquímicos fue retratado en la tapa del libro "Envenenados", una investigación del periodista Patricio Eleisegui, donde se perciben los estragos producidos por la "polineuropatía severa" o "enfermedad del zapatero".
"Soy la sombra del éxito sojero", señaló en una entrevista, mostrando cómo su trabajo como fumigador en la empresa Molina y Compañía S.L.R., en la localidad de Basavilbaso, provincia de Entre Ríos, fue el desencadenante de la enfermedad, que alteró la tonicidad de sus músculos y la forma de su cuerpo.
Falleció Fabian Tomasi. En Basavilbaso, Entre Ríos. Historia clave de mi libro #Envenenados, los agrotóxicos minaron su salud hasta este final. Se va un símbolo de la lucha contra las fumigaciones. Alguien determinante a la hora de entender este modelo que mata. #FabianTomasi pic.twitter.com/hTNIAIM29K — Patricio Eleisegui (@Eleisegui) 7 de septiembre de 2018
"Mi caso es extremo por haber trabajado sin ningún cuidado. Pero no hay que perder de vista que son sustancias destinadas a matar. Esto es inviable, no hay manera de tirar millones de litros de veneno al ambiente y pensar que eso no va a provocar ningún daño", había explicado.
"Llegábamos a casa y la cara nos ardía. Estar vivo es un milagro. Cargábamos los aviones con veneno. Abríamos los tanques de 20 litros y al sacar las tapas se te pegaba todo el veneno en las manos. Comíamos debajo de las alas de los aviones, donde el veneno goteaba", relató Tomasi.
El ícono mundial contra el uso de agrotóxicos publicó una carta en la revista "La Garganta Poderosa" donde describió los síntomas de su enfermedad.
"Afecta todo mi sistema nervioso y me mantiene recluido en mi casa. Mis primeros síntomas fueron dolores en los dedos, agravados por ser diabético, insulinodependiente", detalló.
Y completó: "Luego, el veneno afectó mi capacidad pulmonar, se me lastimaron los codos y me salían líquidos blancos de las rodillas. Actualmente tengo el cuerpo consumido, lleno de costras, casi sin movilidad y por las noches me cuesta dormir, por el temor a no despertar".
A pesar de sus padecimientos, Tomasi también fue un activista contra las multinacionales productoras de agroquímicos.
"Recibí muchas amenazas por visibilizar lo que nos hacen comer, respirar y beber a diario. Ya no basta con decir 'Fuera Monsanto', porque las cadenas de maldad hoy se extienden al resto de las compañías multimillonarias y se enredan con el silencio", había denunciado.