Los súper contraatacan: por qué endurecieron discurso y exigen fuerte baja impositiva
Luchar contra la informalidad. Reducir los impuestos (laborales y de los otros). Mejorar la rentabilidad. Son las condiciones que los principales supermercados del país definen como básicas para que hayan nuevas inversiones en el sector. También demandaron más rapidez en los cambios.
Fue la postura común que los ejecutivos de seis de las principales cadenas del país dejaron en claro en las Jornadas ASU de supermercadismo que se realizaron en La Rural en donde también expresaron que había llegado el momento de hablar. Parece que se mantuvieron en un silencio que les jugó en contra durante mucho tiempo.
Alfredo Coto, Agustín Beccar Varela, presidente de Walmart, Daniel Fernández, de Carrefour, y Federico Brown, de La Anónima coincidieron en la última mesa del encuentro mencionado. Antes, se habían manifestado en la misma dirección, Jean Christophe Tijeras, CEO de Libertad (Grupo Casino) y Matías Videla, gerente general de Jumbo Argentina.
Todos se quejaron de la carga impositiva. Desde el IVA hasta ingresos brutos ("el más bruto de los impuestos", tal como lo calificó Brown), pasando por el impuesto al cheque, las comisiones de las tarjetas de crédito, las cargas laborales y las tasas municipales. Y de la desventaja doble que eso representa frente a la informalidad que también presenta otra parte del sector.
"Nuestro mayor problema es la informalidad, que equivale al 38,8% del sector", disparó en el momento de su presentación, Videla, que no ahorró en mostrar en gráficos los costos que pagan los supermercados por cada concepto, y en comparación con lo que ocurre en otros países de la región, básicamente Chile, Uruguay, Brasil y Perú.
Y en esos gráficos mostró, por caso, el 21% de IVA que paga la Argentina contra el 17% de Brasil o el 19% de Chile. También, el 35% del impuesto a las ganancias argento contra el 28% de Perú o el 15% de Colombia. El 4,6% de Ingresos Brutos, que sólo existe en la Argentina, por lo que resulta incomparable y el 34,6% de la carga tributaria por empleado contra el 32,2% de Brasil, el 30% de Colombia, el 22,6% de Chile y el 17,5% de Perú. Datos provenientes, en todos los casos, del Centro Interamericano de Administraciones Tributarias o de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Videla achacó a la informalidad del sector la clave para resolver el problema a partir de tener cuentas equilibradas. Porque eso permitirá tener un mercado más grande. Un discurso que va en línea con lo que vienen manifestando desde las distintas asociaciones empresarias, como AEA o, inclusive, industriales, como la UIA.
"Los costos domésticos de la Argentina son de los más altos de la región", reafirmó Tijeras, de Libertad, quien describió que, en comparación con Brasil "la diferencia es de 24%" al hacer un paralelismo general. Y reclamó la necesidad de que se invierta más en rutas y en trenes.
Videla y Tijeras dejaron la mesa caliente para el ingreso de sus colegas de La Anónima, Coto, Walmart y Carrefour.
Coto se refirió al "flagelo del canal informal" como uno de los aspectos que más daña al sector, aún cuando reconoció que desde el Gobierno se está trabajando en ese tema. Al ser consultado sobre qué segmento es el responsable de esa situación, Daniel Fernández, de Carrefour, dijo que "es difícil ponerle nombre y apellido a la informalidad, porque también hay integrantes de la cadena de valor" que participan de esa situación.
Atado a la informalidad aparece el tema de la rentabilidad. Agustín Beccar Varela, de Walmart, enfatizó que "la rentabilidad del 2% (que presenta el sector) es de las más bajas de la región" y que hasta ahora eso no se sabía porque no se habían decidido a hablar.
Y una cosa está atada a la otra. Así lo plantearon desde Carrefour cuando Fernández advirtió que "hay un número de actores informales plenos y parciales. Sobre el precio final de un producto el 40% son impuestos, y la rentabilidad está muy lejos de ese porcentaje".
Fue el momento de la pregunta obligada. Si las futuras nuevas inversiones que todos dejaron picando en el aire, y hasta condicionaron al devenir de las próximas reformas, dependían de los cambios tributarios sobre los que se trabaja en la actualidad.
Beccar Varela advirtió que "es un elemento más pero también las decisiones se toman en base a los costos. La Argentina está en desventaja (respecto de los países vecinos) y el incentivo a la informalidad es muy grande".
"Un país tiene que saber administrarse -disparó Coto- Me llama la atención la poca administración que tiene el Estado", quien también se refirió a la escasa conectividad existente entre las distintas reparticiones nacionales, provinciales y municipales, que consideró clave para contar con los datos que necesita el Estado.
Fue el momento en que Federico Brown, de La Anónima, lamentó que todos los días se desesperan con nuevos impuestos, especialmente de autoridades municipales. "Esto no resiste el menor análisis. El Gobierno nacional aporta buenas ideas (en cuanto a reducción impositiva) pero hay que ver el rol que jueguen las provincias y los municipios", disparó.
Los ejecutivos de las seis cadenas coincidieron en que el Gobierno tiene un buen diagnóstico sobre cómo encarar parte de los problemas que aquejan al país. Que las reformas impositivas son necesarias. Y se muestran esperanzados en que ayuden en las mejoras. Pero cuestionaron la velocidad con que se vienen implementando ciertos cambios o, inclusive, con la que se introducirán algunas de las propuestas conocidas en los últimos días.
El presidente de Carrefour refirió a los costos del trabajo. Y detalló que "la normativa laboral nos impacta fuerte, es el primer costo que afrontamos, del orden del 18 al 20% de las ventas, según la cadena. Y cuando yo entré al sector, el costo laboral era de 6 o 7%", recordó.
Si bien admitió que los cambios que se introdujeron en años anteriores apuntaron a mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores, cuando se hacen de manera exacerbada, ocurren estas cosas", es decir, el impacto negativo a nivel de generación de empleo.
Consideró, en ese sentido, que "una mayor flexibilidad laboral no equivale a trabajo precario" y que es necesario discutir la necesidad de que los trabajadores puedan ejercer "múltiples tareas" como también desempeñarse con "horarios flexibles", que expuso como parte de las demandas que existen desde diversos grupos de trabajadores.
Hay un diagnóstico oficial sobre el país que es compartido por los supermercados. Pero eso no quiere decir que la satisfacción sea plena.
"El Gobierno tiene las coordenadas correctas pero queremos que vaya más rápido", subrayó Videla. Frase que prácticamente fue replicada por su colega de Walmart quien dijo que "la dirección es correcta, pero nos gustaría que se fuera más rápido. En este gradualismo todos vamos a tener que ceder pero también tienen que aparecer las compensaciones para ello". El ritmo elegido genera impaciencias y quienes comandan los supermercados parecen estar atendiendo fuertes urgencias.
Y son las que tienen que ver con los ataques que viene recibiendo el sector de parte de la política, según interpretaron los integrantes de ASU. Basta recordar a Sergio Massa o a Elisa Carrió apuntando contra los supermercados en plena campaña para dar cuenta de ello.
"Hay cierta idiosioncrasia argentina que es poco capitalista, somos además los que anunciamos los malos momentos -porque los aumentos se registran en los supermercados- y para soportar este estigma algo mal habremos hecho", admitió Brown, de La Anónima.
"Cuando hay cambios (en los precios de los productos) se nota en los supermercados antes que en cualquier otro lugar. Y aunque hoy haya quedado demostrado que nuestros precios son 7% más baratos que los del autoservicio, hay un empeño en mostrar que no es así. No hemos sabido comunicar que en la construcción del precio somos el último eslabón de la cadena pero con baja participación", enfatizó Fernández.
Sobre la inflación, los ejecutivos coincidieron en la desaceleración y en que esto augura un mejor panorama hacia el año que viene.
Previo a la mesa que compartieron los ejecutivos, Osvaldo del Río, director de Scentia, había mostrado que los precios de los supermercados son 7% más baratos que los del autoservicio. Y que si bien se advierte un repunte en el consumo en el segundo semestre, el resultado final de 2017 terminará en 0. Perspectiva que, seguramente, y por los márgenes de error que se manejan en los pronósticos económicos, se repetirá en 2018.
Los supermercados son concientes de esta situación. No obstante se muestran optimistas. Confían en los datos de recuperación del consumo de septiembre, del 4%. Si bien, en octubre volvió a registrarse una caída, la expectativa es que el último trimestre del año finalice con cifras positivas.
"El 2018 va a ser mejor", ensayó Fernández, presidente de Carrefour, a modo de título, sobre las perspectivas para el supermercadismo. Previo a ello, en los pasillos del auditorio de La Rural en donde se realizó el encuentro, se mostró expectante en que el consumo mejore.