Tiembla Wall Street luego de las últimas encuestas que muestran a Trump por delante de Hillary
Las últimas encuestas que dan una leve ventaja al candidato republicano están pegando en el humor de los inversores en Wall Street, que vienen apostando fuerte a manos de Hillary Clinton.
Este Halloween, lo que dio miedo a Wall Street fue la posibilidad de que el caso de los emails que afecta a la candidata demócrata a la Presidencia de Estados Unidos (EU), Hillary Clinton, dé alas a su rival republicano Donald Trump.
A Wall Street le preocupa el temperamento de Trump y su tendencia a recurrir a gestos de populismo para atraer votos, sobre todo habida cuenta de ejemplos recientes que han provocado una ola de turbulencias como la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
Y si hay algo que sí le gusta a Wall Street es un presidente demócrata y un Senado republicano, pues piensa que eso equilibra poderes y, al fin y al cabo, tanto la política como los negocios se benefician por las ventajas del regateo y la negociación.
"El mercado ha apostado a la victoria de Clinton y ahora parece haberse ido todo por el desagüe", señalaba a la cadena financiera CNBC el vicepresidente de operaciones en Charles Schwab, Randy Frederick.
"Creo que vamos a estar todos enganchados al televisor con este escándalo de Hillary Clinton", acotó.
De cualquier forma, Wall Street ya sabe que, gane quien gane, las épocas postelectorales no son precisamente buenas para los mercados, entre otras razones porque quien ocupa la Casa Blanca tiene que aplicar las medidas más duras al inicio de su mandato.
El nerviosismo por el resultado electoral promete colmar de esa incertidumbre tan poco popular en los mercados al mercado neoyorquino hasta el martes 8 de noviembre, el día D.
Precisamente, como consecuencia de las últimas encuestas, los principales indicadores bursátiles de los EE.UU. operan con clara tendencia decreciente, liderados por el Nasdaq, que pierde cerca del 1%.
Ello en medio de una situación en la que el espectáculo debe continuar y todos los sondeos han aportado su grano de arena para añadir la máxima emoción al sprint final de Hillary Clinton y Donald Trump para conquistar la Casa Blanca.
Cuando falta una semana exacta para el primer martes después del primer lunes de noviembre, las encuestas publicadas registran un empate técnico entre ambos candidatos, así que, como suelen decir los cronistas deportivos, todavía hay partido.
Según un sondeo realizado por ABC News/The Washington Post y publicado este martes, el candidato republicano Donald Trump aventaja a su rival demócrata Hillary Clinton por un punto, la primera vez que encabeza una encuesta desde mayo,
El magnate atesora una intención de voto del 46%, frente al 45% de Clinton.
Según el análisis del Washington Post, pese a que la demócrata mantiene una ventaja en la votación temprana, el entusiasmo de sus partidarios cayó detrás de Trump durante las entrevistas combinadas del sábado y el domingo.
El escándalo de las filtraciones de los correos electrónicos de la ex secretaria de Estado, sumado a que el fin de semana pasado trascendió que el FBI se dispuso a revisar los nuevos correos electrónicos en la computadora de Anthony Weiner, ex congresista y esposo de la ex ayudante de Hillary, Huma Abedin, acrecentó las esperanzas de los partidarios republicanos.
Sin embargo, según las mediciones, las noticias del fin de semana no modificaron de modo significativo el apoyo general del electorado demócrata, aunque sí se registró una caída en el fuerte entusiasmo.
De 53 a 43 por ciento, más partidarios de Trump dicen estar "muy entusiasmados" con él, en comparación con el jueves y el viernes, cuando el borde de Trump era insignificante (53 por ciento frente a 51 por ciento), consignó el medio estadounidense Washington Post.
El republicano no tardó en reaccionar a los nuevos datos. "Wow, ahora lideramos la encuesta @ABC/@washingtonpost por 46 a 45. Hemos subido 12 puntos, la mayoría antes del escándalo de Hillary", escribió Trump.
El diario The Washington Post destacó que el sondeo tiene un margen de error de 2,5 puntos porcentuales (lo que implica que ambos candidatos están empatados), pero también puso de manifiesto el verdadero desplome del entusiasmo que los electores de Clinton muestran por la propia candidata.
Se considera empate técnico cuando la ventaja de un candidato es menor al margen de error de la encuesta. Hillary Clinton sigue por delante de Trump en la mayoría de sondeos, pero su ventaja promedio se ha reducido a 2,5 puntos si sólo se cuentan los votos de ambos candidatos y de 2,8% si también figuran en el sondeo Gary Johnson y Jill Stein, candidatos minoritarios sin posibilidad de ganar, pero capaces de restar a los dos grandes votos decisivos en estados clave.
Y resulta que Clinton ha reducido su ventaja en los sondeos antes de que reflejen el impacto de la "sorpresa de octubre", la nueva investigación abierta por el FBI a la candidata demócrata sobre el uso de su servidor privado de correo electrónico para la correspondencia oficial cuando era secretaria de Estado.
De acuerdo con el sondeo, el entusiasmo por la ex secretaria de Estado cayó siete puntos como consecuencia del escándalo.
En ese sentido, el 53% de los electores de Trump se dicen "muy entusiasmados" con su candidatura, contra apenas 43% entre los electores de Clinton.
Hace apenas una semana, ese "entusiasmo" entre los electores de Clinton era de 51%, de forma que el sondeo detectó un claro enfriamiento entre sus seguidores.
Es decir, que la situación demoscópica es de empate técnico, pero con Clinton a la baja. La candidata demócrata, que ha sufrido un sinvivir durante toda la campaña pero empezaba ya a acariciar la victoria, continuará al borde del ataque de nervios hasta el último minuto, pese a que todos los pronósticos menos uno la señalan todavía como más probable vencedora.
El especialista que más desestabiliza al equipo de Clinton es seguramente el profesor Allen J. Lichtman, de la American University, que pasa por ser el adivino más considerado de los resultados electorales.
Lleva 30 años acertando el ganador utilizando un método estadístico propio. Anunció en el Washington Post que ganaría Trump antes de que trascendieran los escándalos sexuales del magnate pero Lichtman, que no disimula sus simpatías demócratas, ha reiterado que su cálculo sigue apuntando a la victoria del republicano "por el más estrecho de los márgenes".
Tras Lichtman, el que menos posibilidades le da a la candidata demócrata es el portal Fivethirtyeight y le otorga el 76% de posibilidades de ganar. Los demás elevan el cálculo por encima del 80% .
Pero estos no son los datos que más optimismo traen al cuartel general de Clinton. Lo que más les tranquiliza es la movilización de su clientela en el voto adelantado. Hasta ayer ya habían votado más de 22 millones de estadounidenses en los 37 estados que lo tienen regulado.
No se conoce el resultado pero sí consta que en algunos estados clave han votado más electores registrado como demócratas, algo que no solía ocurrir antes.
El equipo de Clinton ha llevado a cabo una campaña sobre el terreno, lo que se denomina el ground game, con una red de miles de voluntarios que arrastran a los potenciales votantes demócratas a las urnas o al voto por correo.
La victoria demócrata siempre depende de una participación alta y eso es lo que está ocurriendo en algunos estados clave. La batallas más reñidas siguen librándose en Arizona, Carolina del Norte, Florida, Iowa, Nevada y Ohio, estados en que las posibilidades de cada candidato son prácticamente a cara o cruz.
Falta por ver qué impacto tendrá la "sorpresa de Octubre" en el resultado, pero su efecto sísmico durará hasta el final. Agentes del FBI no ven posible terminar la investigación antes de las elecciones. Un centenar de ex fiscales han acusado al director del FBI, James Comey, de actuar de manera parcial para interferir en las elecciones, acusación de la que se desmarcó ayer el presidente Obama.
Y a falta de méritos propios, los candidatos siguen planteando las elecciones como un referéndum contra su rival. Trump advirtió ayer en Michigan que "Hillary será objeto de investigación y su elección sumiría a nuestro país en una crisis constitucional que no nos podemos permitir". Por su parte, Clinton insistió en Ohio en que Trump "no está preparado" y representa "un peligro para la seguridad nacional"