Sueños Compartidos: Casación activa una causa por evasión
La Cámara Federal de Casación Penal decidió que debe investigarse la presunta evasión de aportes previsionales de la Fundación Madres de Plaza de Mayo respecto de Pablo Schoklender, en el marco de la causa "Sueños Compartidos".
Según se indicó en Tribunales, la Sala I de Casación declaró inadmisible un recurso extraordinario de la defensa de Pablo Schoklender (en la foto) en donde se cuestionaba la decisión de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico que revocó la falta de mérito.
De este modo, indicaron fuentes judiciales, los jueces validaron un fallo de esa instancia en donde se ordenó que se investigue la omisión supuesta de depositar los aportes al Régimen de la Seguridad Social respecto de los empleados de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, por el período abril 2008 a julio de 2011 (ambos inclusive).
Qué es el Caso Shocklender
El 30 de mayo de 1981, en el barrio porteño de Belgrano, Mauricio Schoklender y Cristina Silva fueron asesinados por sus propios hijos, Pablo y Sergio Schoklender, en un crimen que conmocionó a toda la Argentina. No solo por su brutalidad, sino también por los oscuros secretos familiares que emergieron durante la investigación.
El macabro parricidio tuvo como protagonistas a Sergio, de 23 años, y Pablo, de 20. La noche del crimen, Sergio había festejado su cumpleaños con sus padres y su hermana en un restaurante de la Costanera. Pablo, quien mantenía una tensa relación con la familia, aguardaba en el departamento familiar en Belgrano, oculto en un armario. Al regresar, ambos hermanos emboscaron a sus padres, golpeándolos con una barra de acero y asfixiándolos.
Al día siguiente, unos niños encontraron un rastro de sangre que salía del baúl de un Dodge Polara, propiedad de Mauricio Schoklender. Dentro del vehículo, los cuerpos de Mauricio y Cristina fueron hallados envueltos en sábanas, con las cabezas cubiertas por toallas y bolsas de basura. El horror del descubrimiento sacudió al país y reveló sórdidos secretos familiares: Mauricio mantenía una relación con otro hombre, mientras que Cristina era alcohólica y se rumoreaba que mantenía un vínculo incestuoso con su hijo menor, Pablo.
La investigación también desenterró una dinámica familiar extremadamente disfuncional. Se supo que Cristina humillaba constantemente a Mauricio debido a su orientación sexual, lo que habría sido un factor desencadenante en el trágico desenlace de esa noche.
Tras el crimen, los hermanos huyeron a Mar del Plata, donde comenzaron a planear su fuga del país. Bajo identidades falsas, se alojaron en el Gran Hotel Dora e idearon un plan rocambolesco: organizar una cena de lanzamiento de una supuesta línea de lanchas para escapar por mar. Sin embargo, el plan fracasó, y ambos tomaron caminos separados en su huida.
Sergio fue detenido en un hotel alojamiento, donde había pasado la noche con una mujer, un día antes de que pudiera continuar su fuga disfrazado de gaucho y montado a caballo. Pablo fue capturado en Tucumán, también con un caballo, planeando escapar hacia Bolivia. Ambos fueron sentenciados a cadena perpetua, y aunque Sergio, en su libro "Esta es mi verdad", intentó alegar que ellos no fueron los verdaderos asesinos, sus afirmaciones fueron rechazadas por la justicia argentina.