Tras conocer los números fiscales de mayo los analistas si bien no se muestran sorprendidos del resultado sí advierten cierta inquietud en cuanto a que el equipo económico habría abandonado la senda de la moderación y el proceso de reordenamiento macro.
Reconocen que mucho no se puede hacer en materia fiscal si no se encaran cambios estructurales por el lado del gasto, dado que por el de los ingresos no hay margen. La única mejora, más allá del efecto blanqueo y otras fuentes extraordinarias, viene por la baja de los subsidios, como señala el economista Fausto Spotorno del Estudio Ferreres (OJF).
Lo que también está claro es que los números de mayo reflejan la decisión de haber postergado pagos y gastos, sobre todo, al comienzo de la nueva gestión. Mucho de ello se explica por la excesiva precaución de los nuevos funcionarios a la hora de autorizar libramientos y contratar nuevas obras y servicios.
"En función a los datos oficiales se puede inferir que el gasto público primario del Gobierno nacional creció un 38,9% interanual en mayo, mostrando así una clara aceleración respecto de lo que fue el comportamiento del gasto en los primeros cuatro meses del año cuando aumentó a un ritmo anual del 24%", advierte el economista Hernán Hirsch.
Esto es un ritmo de expansión similar al de la era K, cuyo crecimiento fue del 35% entre 2011 y 2015. Según el economista de FyE Consult "este elevado ritmo de crecimiento del gasto primario obedeció a una política de obra pública que comenzó a arrancar buscando estimular la inversión; a una política de seducción a las provincias con la intención de recuperar gobernabilidad vía mayores transferencias monetarias; y a cierta normalización en la ejecución de varias partidas del gasto (bienes y servicios, por ejemplo)".
Sobre el comportamiento de lo que resta del año la consultora advierte que los datos adelantados de ejecución presupuestaria correspondiente a la primera mitad de junio no muestran señales de moderación hacia delante.
Los pagos realizados entre mediados de mayo y de junio, estarán mostrando que el gasto público primario experimentó un crecimiento del 38,6% interanual entre mediados de mayo y junio en relación con igual período de 2015, registrando una aceleración en relación con el gasto ejecutado entre principios de año y mediados de mayo (21,4% interanual).
Esta aceleración del ritmo de ejecución del gasto público está respondiendo, según FyE a la decisión de impulsar la inversión y la obra pública (29,1% versus 0,7% interanual en el primer cuatrimestre); la decisión de reganar sustentabilidad política vía mayores transferencias a las provincias y al sector privado, donde la totalidad de las transferencias crecieron a un ritmo del 46,9% interanual entre mediados de mayo y junio de 2016 (cuando en lo que va del año lo venía haciendo al 23%); y a la normalización de la ejecución del gasto en bienes y servicios y en otras partidas (21,1% vs. -24,4% interanual).
Por su parte Spotorno señala a Ámbito Financiero que si se mantiene el panorama actual el déficit fiscal de este año será similar al del año pasado, pero al igual que con la inflación, lo importante es la tendencia con que cierre el año.
Por lo visto hasta ahora la tendencia es positiva ya que el rojo fiscal tenderá a bajar, en términos del PBI, lo mismo que parece mostrar la inflación. De todos modos espera ver cómo se comporta la inversión en obra pública ya que en los últimos tiempos lo que se ha visto ha sido un mayor número de llamados y aprobaciones de licitaciones.