Ahora la preocupación es que sobren dólares: Macri prepara medidas contra capitales golondrina
"Queremos dar una señal contundente al mercado de que no permitiremos que el dólar siga bajando. Muchos ya se empiezan a alarmar porque temen un tipo de cambio bajo, pero no vamos a cometer ese error".
El alto funcionario del equipo económico desliza, en diálogo con iProfesional, que llegó el momento de tomar decisiones.
El Gobierno analiza medidas de urgencia para aplacar lo que en los despachos oficiales ya califican como "una verdadera tormenta de dólares".
Incluso, se abrieron consultas con expertos extranjeros antes de resolver cómo seguir.
La más probable es la reimplantación de los encajes al ingreso de "dólares calientes": los capitales golondrinas que, a la larga, perjudican a la economía.
En principio, la idea es la vuelta al esquema que rigió entre 2005 y principios de 2016: la implementación de un encaje del 30% al ingreso de capitales financieros.
Si se fuera en esa línea, los inversores financieros que traigan sus dólares al país para aprovechar las altas tasas de interés deberán dejar inmovilizado un 30% de los fondos en el Banco Central.
Esos fondos podrán retirarse recién después de un año, el plazo mínimo de permanencia en el país.
No se descartan otras iniciativas. Como la aceleración en la baja de las tasas de interés, que el Banco Central viene promoviendo. Esta idea, no obstante, choca contra las pretensiones de Federico Sturzenegger, el presidente del Banco Central.
Sturzenegger es un ferviente defensor de mantener a rajatabla un plan monetario bien conservador con el objetivo de bajar la inflación.
La realidad, no obstante, convoca a los funcionarios a revisar el programa "día a día". Uno de los expertos consultados en las últimas horas fue Kenneth Rogoff, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional.
El encaje a la entrada de los dólares financieros fue impuesto en 2005 por el ex ministro Roberto Lavagna, también en momentos en que los capitales pugnaban por obtener beneficios rápidos en la Argentina.
En aquel momento, primero se colocó a 180 días y más tarde se extendió a un año. Ahora, el Gobierno de Mauricio Macri debate si vale la pena reinstalar una medida que había sido derogada en enero último.
La decisión se tomará de manera coordinada entre Alfonso Prat Gay y Sturzenegger.¿Por qué baja el dólar?Desde que se levantó el cepo, el Gobierno aligeró las restricciones en el mercado cambiario, con el objetivo de incrementar la demanda de divisas y evitar así una apreciación del tipo de cambio, en medio de la liquidación de la cosecha de soja.
Pero las medidas tomadas hasta ahora parecen no alcanzar para impedir el flujo de dólares calientes.
En las últimas semanas ya se elevó el tope de compras de divisas (de u$s2 millones a u$s5 millones) y también se restringieron las operaciones de Lebac en los mercados extranjeros, a través de Euroclear.
El Banco Central está atento a distintas operaciones que realizan los financistas del exterior para eludir los controles pero, aun así, en el Directorio admiten la dificultad de dar pelea.
Por lo pronto, tras haber arañado los $16 allá por marzo, el billete verde se embarcó en una travesía descendente hasta acercarse más a los $14, caída que se aceleró en los últimos días.
Esta baja básicamente se fue dando a raíz de tres causas:
1- Mayor ritmo en la liquidación de granos (que venía retrasada por las lluvias e inundaciones).
2- El incremento en el nivel de colocaciones de deuda de provincias y empresas (al pagar menores intereses tras la salida del país del default)
3- De las elevadas tasas de interés que se ofrecen para títulos en pesos y que alienta el ingreso de capitales golondrinas (tal como sucede en el caso de las Lebac, que le resta demanda al dólar).
De hecho, son cada vez más las cámaras empresarias y economistas que alertan que la competividad del tipo de cambio comenzó a erosionarse a paso firme.
Cambio de expectativas
"Hay una nueva expectativa cambiaria en el mercado", señaló a un funcionario del equipo económico a iProfesional.
Para las autoridades, el inconveniente es la aparición de este interés de los financistas extranjeros, que pueden agudizar la tendencia a la caída en la cotización.
Sturzenegger ya dijo en su última conferencia de prensa que distinto sería si los interesados fuesen los inversores en la economía real. O las divisas que pudiesen ingresar por el comercio externo.
Mientras esas divisas sirven para alimentar la economía, las que entran para hacer una rápida ganancia financiera terminan siendo nocivas para la actividad en el mediano y largo plazo.
Paradójicamente, los dólares que hasta hace unos pocos meses eran un inconveniente, dada su escasez, ahora son un problema por la repentina euforia en el mercado financiero.