Brasil, en estado de shock: un juez anuló la asunción de Lula y Dilma denunció un golpe institucional

Luego de que el juez federal Itagiba Catta Preta Neto suspendiera la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva como jefe de Gabinete de ministros de Dilma Rousseff  minutos después de la jura en el Planalto, la mandataria emprendió contra los "golpistas" que intentan llevar al país al "caos y la confusión social"

El magistrado llegó a la conclusión de que el nombramiento es nulo por entender que hubo crimen de responsabilidad: considera que el ex presidente busca ser funcionario para evadir la causa Petrobras en la que se lo acusa corrupción. 

Inmediatamente el Gobierno apeló la decisión. En lo formal, el ex presidente es ya ministro de la Presidencia de Brasil, pero no podrá ejercer las funciones de su cargo hasta que se resuelva la decisión judicial que suspendió su nombramiento.

Minutos antes de la decisión del juez, durante la ceremonia de asunción, Dilma había cargado contra "los golpistas"."Queremos saber quién autorizo su divulgación, cuando no tiene nada contra los valores republicanos", agregó.

Advirtió además que los golpes de Estado comienzan con ese tipo de prácticas "ilegales" y aseguró que el diálogo que mantuvo con su antecesor en esa escucha fue "absolutamente republicano".

"Convulsionar a la sociedad brasileña a base de mentiras, de métodos inadecuados y de prácticas criticables viola principios y garantías constitucionales, viola derechos de los ciudadanos y abre precedentes gravísimos. Los golpes comienzan así", advirtió la mandataria.

Asunción convulsionadaLula asumió el cargo de ministro de la Presidencia del Gobierno, en medio de protestas de grupos opositores y manifestaciones de apoyo.

Salpicado por sospechas de corrupción, Lula juró en un acto realizado en el Palacio presidencial de Planalto, que fue cercado por cientos de personas que expresaban su apoyo al Gobierno o su rechazo al ingreso del exmandatario al gabinete.

A la ceremonia asistieron decenas de parlamentarios de la base oficialista que recibieron a Lula y a Rousseff al grito de "no habrá golpe", en alusión al trámite con miras a un posible juicio político contra la mandataria, que será retomado este jueves en la Cámara de Diputados.

También estaban presentes legisladores de la oposición, algunos de los cuales gritaban "vergüenza" y se enzarzaron en un breve duelo de coros con el oficialismo.

El nombramiento de Lula como jefe de Gabinete, el cargo más influyente del Gobierno, ha generado un terremoto político por los problemas que el ex mandatario enfrenta en la Justicia, que se agravaron con la difusión de unas polémicas grabaciones que sugieren que la mandataria intentó influir a su favor.

"Las circunstancias actuales me dan la oportunidad de sumar al gobierno al mayor líder político de este país. ¡Sea bienvenido querido compañero, ministro Lula!", dijo Dilma al resaltar la sintonía de Lula con el pueblo brasileño. "No hay obstáculos a nuestra disposición de trabajar juntos por Brasil", aseguró la mandataria.

"Brasil enfrenta dificultades económicas y políticas y no puedo prescindir de nadie", advirtió Dilma al referirse a Lula, y convocó a líderes oficialistas y opositores a sumarse a la solución de los problemas del país. Y aseguró que desde el comienzo de su segundo gobierno hubo quienes han querido sacarle el mandato "de forma golpista".

Al comienzo del evento dentro de Planalto hubo gritos y polémica entre los presentes por un diputado que quiso protestar contra el evento y fue retirado por la seguridad. "Saludo a los brasileños y brasileñas valientes que están aquí presentes", y saludó con "alegría y convicción" a Lula y los nuevos ministros Eugênio Aragão (Justicia),Mauro Lopes (Secretaria de Aviación Civil) y Jaques Wagner (Jefe de Gabinete Personal).

Dilma dijo que fue un privilegio tener a su lado a Jaques Wagner, quien ocupaba el cargo de Jefe de Gabinete hasta la entrada de Lula al gabinete.

Partidarios y detractores de Lula estuvieron presentes en la zona de la Explanada de los Ministerios, frente al Palacio de Planalto. Se registraron agresiones entre ambos grupos y cinco personas fueron detenidas, todo en medio de un masivo despliegue policial.

Además, al menos 300 manifestantes intentaron invadir el edificio del Congreso Nacional.

Dos diputados del PT salieron del acto en la Presidencia y conversaron con manifestantes partidarios del gobierno presentes en las afueras de Planalto, pidiendo calma, según informó el portal Brasil247.

Una de las ausencias más resonantes fue la del vicepresidente de la República, Michel Temer, quien avisó que no acudiría al acto porque -según dijo- el nombramiento de Lula "representa un problema".

El faltazo fue interpretado como una señal de distancia del PMDB (principal aliado del PT en la coalición oficialista) de la gestión de Dilma. El PMDB viene discutiendo si abandona el gobierno.