Mona Gallosi y Supervielle: algo más que una noche de cocktails

Un cocktail es una experiencia, una sensación, un viaje, un disfrute.  Es aquello que puede relajarte tras un día largo de trabajo, pero sobre todo que puede disfrutarse en cualquier lugar y momento. 

Ya asentada como figura de la gastronomía y con su imagen empapelando la ciudad de Buenos Aires, Mona Gallosi disfruta de lo que hace. Carismática a la hora de hablar y didáctica cuando se expresa, la bartender logró crear un ambiente de risas y disfrute en el Bar 878.

El evento no sólo consistió en la degustación de los cocktails preparados por Mona, sino que implicó una experiencia de aprendizaje y una nueva forma de apreciar las bebidas que consumimos día a día. 

En lo que fue una “clase lúdica”, los clientes del Banco aprovecharon la oportunidad para relajarse a mitad de la semana, disfrutar de las aptitudes de Mona y hasta algunos se animaron a preparar sus propias versiones de los cocktails. 

La vida de Mona no siempre estuvo marcada por la coctelería:  “Primero me mandaron a La Plata y estudié dos años de comunicación, luego me vine a Buenos Aires y terminé la carrera de diseño de indumentaria, pero me di cuenta de que eso no era lo mío, que yo era gastronómica”.

Gallosi empezó su carrera en la barra del Empire Thai por una necesidad laboral y ahí descubrió su gran pasión. Tras más de diez años decidió independizarse: “Si quería avanzar en la gastronomía no podía trabajar solamente en relación de dependencia en el bar de alguien.Empecé con el asesoramiento de bares y a firmar  lo que hacía. Luego me independicé y las marcas me empezaron a  descubrir”.

No queda la menor duda de que Gallosi disfruta y sabe bien lo que  hace. Ya sea si uno la escucha en la radio o la observa cuando da una charla, es evidente la pasión que siente por la profesión que eligió,en la cual también tuvo que pasar por momentos difíciles: “Cuando me independicé tuve miedo. Durante los primeros tres meses realizaba entre uno o dos  eventos por semana. Pero un amigo mío me dijo que esté tranquila, que al principio es difícil, pero que yo tenía las condiciones para poder salir adelante y así fue”.  

Mona pasó de montar y desmontar una barra chiquita que trasladaba en su auto a tener una empresa con empleados que dependen de ella.

Parte de la clave de su éxito está en haber encontrado la manera de convertirse en una empresaria de la gastronomía: “Mi trabajo no es estar sólo detrás de una barra, implica generar cosas todo el tiempo, expresarme, comunicar bien, aprovechar al máximo  mis conocimientos  de diseño.Los utilizo en mis cartas, en cómo me visto, en el traje de los que trabajan conmigo”. 

Cien por ciento emprendedora (faceta que aprendió de su padre), Mona asegura que el éxito para poder dedicarse a lo que hace está en dos cosas: su visión optimista y su instinto. “Soy una persona muy positiva, siempre miro el vaso medio lleno y eso me sirve para salir adelante, pero además confío mucho en mi instinto,  es lo que termina haciendo que me incline por una cosa u otra”.

¿Por qué decidió dedicarse a la gastronomía? “Soy bartender porque me gusta hacer feliz a las personas y eso lo puedo hacer a través de lo que preparo, eso es lo que más disfruto de mi profesión”.

Mona Gallosi, un ejemplo de que emprender y amar lo que uno hace, es posible.