El Gobierno destinará algo más de $50 millones para filmar a Cristina Kirchner las 24 horas, tras su regreso
Tras la derrota electoral y ante el inminente regreso a las funciones diarias de Cristina Kirchner, el entorno de la Presidenta lanzó una licitación para contratar un equipo que la siga las 24 horas a todos los lugares que vaya ya sea dentro como fuera del país.
Según consignó Clarín, la Jefatura de Gabinete de Ministros decidió contratar a través de la Licitación Pública 24/2013, expediente 0006302/2013, un servicio integral de seguimiento de la actividad de la Presidencia y los Ministerios para registrar y filmar todo lo que ocurra en sus actividades.
Esto sería así ya que, tras la intervención quirúrgica, la mandataria no podrá realizar la misma actividad mediática con su tradicional intensidad como en el pasado, en el que tuvo momentos de más de una emisión diaria ya sea por cadena oficial o con motivo de algún acto público.
Es importante tener en cuenta que esta decisión implicaría un alto costo en equipamiento, infraestructura y personal ya que la intención es recopilar material durante todo el día.
La licitación, entre otras cosas, solicita una cobertura audiovisual dentro y fuera del país con tres cámaras High Definition, el uso de satélites de enlace de alcance global, acoplamiento a redes de fibra óptica, generación de contenidos para la web, transmisión en vivo, generación de efectos de video, edición y posproducción.
Además, en la página 6 del documento, se especifica que "todo el personal técnico y operativo", esté disponible "los siete días de la semana las 24 horas".
De acuerdo a lo informado, una sola empresa se presentó para cotizar. Se trata de Prensa Satelital S.A., que se encarga desde hace varios años de las transmisiones y teleconferencias que hace Cristina, y cotizó el trabajo en $52.258.000.
Uno de los socios fundadores de Prensa Satelital es Pablo Diego Monzoncillo, quien también está vinculado a la televisación del Fútbol para Todos. Está ligado al kirchnerismo prácticamente desde sus inicios, fundando desde el año 2004 empresas del rubro producción televisiva, tecnológicas, e inmobiliario.
¿Tarde para cambiar de estilo?Los especialistas coinciden en que a la Presidenta le será difícil que pueda mantener su estilo de gestión propiamente dicho: ese elevadísimo nivel de involucramiento personal y la casi nula tendencia a delegar poder de decisión en sus funcionarios.
¿Mantendrá el estilo confrontativo? ¿Seguirá pensando que cambiar funcionarios es una señal de debilidad? ¿Seguirá atribuyendo los problemas del dólar a las conspiraciones de los grupos empresariales que la quieren "desestabilizar"?
Entre los analistas, hay quienes no observan un cambio profundo.
"Creo que Cristina va a volver más radicalizada, redoblando la apuesta y acentuando el estilo. Las personalidades no se cambian a cierta edad, ya están muy estructuradas", opina Juan José Sebreli, un ensayista profundamente crítico del movimiento peronista.
Otro analista influyente que descree de los cambios personales es Jorge Asís, para quien no sólo mantendrá el estilo sino que hasta vuelve dispuesta a pasar facturas a dirigentes políticos que especulan con su sucesión.
"Va a marcar diferencias comparativas con todos aquellos que se ubican en el podio para sucederla", afirma.
Y pronostica que, salvo por la dosificación de las apariciones públicas, no es de esperar que su licencia médica la haya inducido a cambios de estilo ni a una voluntad de ceder el protagonismo.
"Ni siquiera piensa en cambios cosméticos. Tendrá la reaparición estelar. Como si fuera Madonna. Con shows selectivos, sin la frecuencia de antaño, cuando se entregaba a las delicias del gobierno oral", agrega Asís.
Desafío al "viejo" estilo de gestión
Pero la gran novedad de este momento es que, además de un revés político en las elecciones legislativas, hubo un quebranto de salud.
De manera que, durante sus primeras apariciones públicas, tal vez más que al contenido de su discurso se le prestará atención a su aspecto y a sucomportamiento.
Las horas previas a su regreso abundaron en especulaciones y versiones respecto de si estaba debilitada, si había perdido demasiado peso o si su capacidad física se encontraba limitada por los problemas cardíacos.
Por eso, no serán detalles menores la duración de sus discursos, la fluidez de su exposición, su gestualidad, su tono de voz. A partir de allí quedará más claro cuál será el estilo de la Cristina post-licencia médica.
En ese contexto, la gran pregunta es si cambiará su modo de concentración de poder o si comenzará, aunque más no sea por obligación, a delegar.
Para algunos analistas, el interinato de Amado Boudou -justo en un momento de turbulencias económicas y con evidente falta de coordinación entre los funcionarios del área- dejó al descubierto la necesidad de un cambio en el estilo de gestión.
"En los días de la licencia de Cristina se vio que las posibilidades del sistema para funcionar eran mínimas, por no decir nulas. Más que un riesgo de parálisis, se evidenció una crisis de régimen: el enfoque político de los últimos 10 años está absolutamente centrado en un mecanismo de decisión personal", afirma el politólogo Enrique Zuleta Puceiro.
En la misma línea opina Jorge Todesca, ex viceministro de Economía, para quien lo que quedó al descubierto con su licencia fue la ausencia de un programa que sirva de articulación para la gestión gubernamental.
"Eso hace que todo el tiempo aparezcan nuevas iniciativas parciales, de carácter predominantemente voluntarista. Pero el voluntarismo requiere de una gran dosis de autoridad política; sin la presencia cotidiana de la Presidenta, el voluntarismo se ve muy limitado", argumenta.Agenda estresante
La consecuencia de estas dificultades propias del estilo kirchnerista de gestión fue la dilatación de decisiones en temas urgentes, sobre todo de la agenda económica.
Así, quedaron en el freezer cuestiones como la reforma del sistema cambiario -la habilitación para que haya un mercado secundario donde canjear los bonos al tipo de cambio "blue"- la búsqueda de inversiones, las negociaciones con los acreedores de la deuda externa y la definición sobre ajustes en las tarifas de los servicios públicos.
Pero lo cierto es que ya no hay mucho margen para posponer decisiones, de manera que -en sus primeras jornadas tras el regreso a la función presidencial- Cristina deberá abocarse al análisis de esa agenda recargada.
La ansiedad del mercado por la toma de medidas es bien palpable. Abundan los reportes especializados sobre este tema, al tiempo que los ahorristas y el público en general responden dolarizando activos o consumiendo paquetes turísticos.
"Probablemente se fortalezca el cepo para reprimir aun más la demanda de divisas y se intentará apuntalar artificialmente la demanda de pesos", alerta la consultora Economía & Regiones, que no descarta un desdoblamiento del tipo de cambio.
En tanto que Hernán Lacunza, ex gerente del Banco Central, indica que si una medida de ese tipo fuera tomada en el marco de un acercamiento al mercado, se podrían espantar los fantasmas de un ajuste brusco.
"Si se tratara de un eslabón de un programa más amplio, tendiente a recomponer el acceso al crédito internacional, con iniciativas como el pago de deudas en el CIADI o la negociación con los holdouts podría aportar algún bálsamo al estrés cambiario", afirma.
Es allí donde el "factor Cristina" pasa a jugar su rol central: la Presidenta ha dicho con énfasis que nunca aceptaría ni una devaluación, ni un desdoblamiento, ni una negociación con los "fondos buitres".
De manera que, sólo con su reaparición, es posible que exista autoridad política como para avanzar en estos temas.
Hay más en la agenda inmediata de Cristina, por cierto. Por ejemplo, la nueva fase de la guerra contra Clarín tras el fallo judicial que convalidó la ley de Medios y tras la propuesta de división en seis "mini Clarines".
Es otra de los temas en los que el ámbito político espera señales: ¿querrá "ir por todo", hasta desguazar al multimedios, o su debilidad física la llevará a darse por satisfecha con haber tenido una victoria política?
Existe, además, ansiedad por otras señales vinculadas a la interna kirchnerista, en el sentido de si alentará la formación de una candidatura que compita con Daniel Scioli en el espacio oficialista.
El alta médico de la paciente Cristina Kirchner está firmado. Pero lo que viene en los próximos días no es, lo que se dice, una perspectiva de terapia anti estrés.