La Argentina, la de mejor cobertura de seguridad social en la región

Uno de los desafí­os estructurales para América latina es que, en promedio, casi 5 de cada 10 ocupados se desempeñan en la informalidad y, por lo tanto, no cotizan para la seguridad social.

Pese a la alta informalidad, pero gracias a la moratoria previsional, la Argentina se encuentra mejor posicionada que sus pares: los cotizantes sobre la población ocupada alcanzaba el 53,9% en 2015, tras avanzar 10 puntos en diez años, lo que derivó en avances en cobertura por encima de la media. En tanto, sólo 4% de los mayores de 65 años no percibí­a ni salario ni pensión, porque el 81,8% cobraba sólo pensión; 9,1%, salario y pensión, y 5,1% sólo salario.

Así­ lo describió la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su informe "Presente y futuro de la protección social en América Latina y el Caribe", que dice que los sistemas existentes en la región están en una encrucijada marcada por la necesidad de responder a necesidades de cobertura, de suficiencia (nivel de las prestaciones) y de sostenibilidad (capacidad de garantizar coberturas y prestaciones).

En América latina, la proporción de cotizantes subió ocho puntos en una década hasta 2015, pero cuenta con 44,6% de cotizantes. Con ese ritmo de aumento en la cobertura, la región demorarí­a 70 años en llegar a una cobertura casi total.

En tanto, en toda la región, 50% de las personas mayores de 65 años no tení­a acceso a una pensión (51,6%) en 2015, aunque la cobertura se incrementó 6,3 puntos desde 2005. Esta desventaja es mayor para las mujeres (56% no recibe pensión) que para los hombres (39%).

"Hablamos de unos 145 millones de trabajadores que no cotizan en una región donde la población está envejeciendo, lo cual puede impactar su futuro y el de sus familias", expresó el Director Regional de OIT para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar-Xirinachs, al presentar el informe en la Ciudad de México.

"En los últimos años han habido progresos innegables, pero persisten grandes brechas de cobertura que deben ser atendidas de forma imperiosa", remarcó.

El informe señala que la coyuntura económica favorable permitió a la región aumentar la protección social y combinar las prestaciones con componentes no contributivos, pero resultó en incrementos de la carga tributaria.

Y que aún, en promedio, el gasto en protección social para la región (sin salud) es de 4,9% del PBI y en salud, de 3,3% para 2015, cuando la OCDE destina 14,5% y 6,2%, respectivamente.

La OIT es pesimista respecto de que "puedan caer significativamente" los í­ndices de informalidad, ya que requiere que los paí­ses incrementen sus tasas de crecimiento al 5 o 6% en forma sostenida. "Los efectos podrí­an verse amortiguados o postergados en la medida en que fueran exitosas las polí­ticas de formalización", indicó.

Y destaca que en varios paí­ses hay un proceso de debate sobre las pensiones y su cobertura, lo que incluye a la Argentina.

Otros factores estructurales que plantean desafí­os incluyen: el crecimiento del empleo en los sectores de servicios, que tienen condiciones laborales relativamente menos formales que la industria; la creciente participación de la mujer en el mercado de trabajo, que ocurre desproporcionadamente en ocupaciones de menor productividad y más precariedad; la disminución del bono demográfico y el envejecimiento de la población, que eleva las tasas de dependencia; el crecimiento de las clases medias, que formulan mayores demandas de protección social, y las debilidades en las capacidades institucionales.

Y agrega como retos en la región: la volatilidad macroeconómica y el gasto procí­clico, el cambio tecnológico, las amplias brechas de productividad y el cambio climático.