• 22/12/2024

Empezó en Estados Unidos el juicio contra Monsanto por el uso de glifosato

El productor Dewayne Johnson acusa al herbicida de la multinacional, Roundup, de provocarle un cáncer incurable tras fumigar durante dos años ese producto
10/07/2018 - 09:13hs

Desde el lunes y por los siguientes dí­as, Monsanto (ahora en poder de Bayer) enfrenta en Estados Unidos una demanda llevada adelante por un productor que tras dos años de usar glifosato, se le diagnosticó cáncer.

Según un cable de la agencia AFP, el juicio contra la empresa lo inició Dewayne Johnson, un estadounidense de 46 años que fumigó Roundup por más de dos años. La misma es la primera relacionada con este producto y sus posibles efectos cancerí­genos que desemboca en la Justicia.

El proceso se inició oficialmente a mediados de junio con la designación de un juez, pero los debates en profundidad comienzan este lunes después de una serie de audiencias técnicas. Está previsto que dure al menos tres semanas en San Francisco, en el oeste del paí­s.

Vendido desde hace más de 40 años, el Roundup, uno de los herbicidas más utilizados en el mundo, contiene glifosato, una sustancia muy controvertida que es objeto de estudios cientí­ficos contradictorios sobre su carácter cancerí­geno.

Monsanto, que podrí­a verse obligado a pagar millones de dólares en daños, siempre ha negado firmemente cualquier conexión entre el cáncer y el glifosato.

Dewayne Johnson "pelea por su vida" después de que le diagnosticaron un linfoma no Hodgkin incurable hace dos años, dice uno de sus abogados, David Dickens, del bufete de abogados Miller, especializado en la defensa de personas ví­ctimas de productos defectuosos.

"No es culpa de la suerte", no se debe a un problema "genético", "es por su exposición continua al Roundup y a Ranger Pro" (un producto similar de Monsanto), que él roció entre 2012 y 2014 en los terrenos escolares de la ciudad de Benicia, en California (oeste), asegura Dickens.

"Y eso podrí­a haberse evitado", afirma el abogado, acusando a Monsanto, que acaba de ser adquirida por la alemana Bayer, de ocultar deliberadamente al público la peligrosidad de sus productos.

Los abogados de Johnson aún no han establecido la cantidad que pretenden reclamar, pero hablan de un "juicio multimillonario".

Sin embargo, no será fácil para Dewayne Johnson, cuyos abogados deberán demostrar un ví­nculo entre su enfermedad, que le causa muchas lesiones cutáneas, y la fumigación del glifosato.

La pregunta es: "¿Es la exposición de Johnson al glifosato lo que le causó cáncer? No causó su cáncer", afirma Sandra Edwards, de despacho de abogados Farrella, Braun y Martel, una de las abogadas de Monsanto.

Durante el juicio, "verán mucha información y ciencia", asegura, señalando que ha habido "estudios que han seguido por años y años a personas que han utilizado estos productos" sin concluir que les provocaron cáncer.

"Legalmente, es extremadamente difí­cil responsabilizar a una compañí­a por casos especí­ficos de cáncer u otras enfermedades relacionadas con pesticidas", dice Linda Wells, de la ONG de combate a los pesticidas Pesticide Action Network North America.

Pero "si el señor Johnson gana este caso, será un gran golpe para toda la industria de pesticidas", agrega Wells.

El caso es tanto más complejo porque hay muchos estudios y decisiones contradictorias sobre el glifosato.

Contrariamente a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), California ha puesto al glifosato en la lista de cancerí­genos. Y en ese Estado, todo fabricante que tenga conocimiento del carácter cancerí­geno constatado o presunto de un producto debe obligatoriamente hacerlo figurar en el envase.

El glifosato también está clasificado como "probablemente cancerí­geno" desde 2015 por el Centro Internacional de Investigación del Cáncer, un organismo de la OMS, a diferencia de las agencias europeas, la Efsa (seguridad alimentaria) y la Echa (productos quí­micos).

El glifosato es particularmente polémico en Europa. Tras la decisión de la Unión Europea en noviembre de renovar la licencia del herbicida por cinco años, el gobierno francés se comprometió a dejar de usar esta sustancia para sus principales usos en tres años.