Por el paro, el Gobierno abre canales con CGT para relanzar reforma laboral y evitar desborde salarial
El Gobierno se convenció de reforzar los canales de diálogo con el sindicalismo para poder avanzar con la reforma laboral, despejar el temor a un desborde salarial y contener las demandas por pérdida de empleo.
Esa fue una de las principales conclusiones que dejó el paro general de ayer de la CGT, la medida más fuerte desde que asumió Mauricio Macri y que tuvo como principal mensaje la exigencia de un cambio en la política económica y la "reapertura general de paritarias".
Las señales de acercamiento empezaron a tomar forma ayer por la tarde luego de los cruces entre sindicalistas y funcionarios, cuando ya era innegable el impacto de la huelga, lo que quedó reflejado en la falta de medios de transporte, la parálisis de sectores importantes de la industria y el cierre de comercios.
Desde diversas áreas del Ejecutivo confirmaron a iProfesional entonces la intención de retomar las conversaciones y la necesidad de relanzar los cambios en materia laboral, dejando atrás sus cuestionamientos al paro que horas tacharon de "político".
"No hay agenda pactada, pero estamos abiertos al diálogo. Vemos positivo que salgan los proyectos de reordenamiento laboral", dijeron cerca del ministro de Trabajo, Jorge Triaca.
En la cartera laboral, incluso, reconocen la posibilidad de efectuar modificaciones a la letra del texto, que excluye el aguinaldo, premios y adicionales de la indemnización por despido, reconocida en la Ley de Contrato de Trabajo. "Lo de las indemnizaciones se puede charlar", aseguraron en la cartera laboral.
De hecho, Triaca tenía pautadas reuniones previamente al paro para revisar la reforma laboral junto a la central obrera. Pero el clima de creciente conflictividad, alimentado por la devaluación, el acuerdo con el FMI y la presión de los sectores duros, derivó en la huelga que interrumpió las negociaciones.
Ahora, la idea es avanzar de nuevo con los sectores dialoguistas, conformados por los "gordos" (grandes gremios de servicios) e "independientes". Una de las opciones que se baraja es quitar los viáticos del cálculo de la indemnización.
De ese modo, el macrismo busca mantener al margen a los Moyano, a quienes les achaca haber boicoteado la reforma laboral en diciembre pasado y las recientes negociaciones con la cúpula sindical, luego de que los recibiera el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
En una conferencia de prensa que hubo el lunes por la tarde en el primer piso de Azopardo, el triunviro Juan Carlos Schmid, cercano al camionero, le respondió al funcionario que en horas previas había cuantificado las pérdidas provocadas por la protesta en $29.000 millones.
"En el último mes se perdieron $11.000 millones sin que haya ningún paro", dijo Schmid, en referencia a la venta de divisas para frenar la suba del dólar.
El dirigente portuario estuvo acompañado por sus compañeros del triunvirato, Carlos Acuña y Héctor Daer, así como por una docena de miembros del consejo directivo, incluido el moyanismo, aunque no estuvo presente Pablo Moyano.
Si bien hubo críticas duras al Gobierno, los líderes de la CGT se mostraron "abiertos al diálogo" a la vez que tomaron distancia de los cortes y el acto en Obelisco realizados por los sindicatos "combativos".
Allí, el delegado Rubén "Pollo" Sobrero pidió un paro de 36 horas y "un plan de lucha hasta que caiga el Gobierno".
El flamante ministro de Producción, Dante Sica, es otra de las figuras que cobró un rol estratégico para acercar a los sindicalistas.
El funcionario se reunió el martes pasado con el titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló, según confirmaron a iProfesional en su entorno.
Fue luego de que el gremialista denunció la semana pasada más de 40.000 despidos y suspensiones desde 2015. Sica lo conoce a Caló por haber participado en los congresos de delegados que todos los años convoca la organización en Mar del Plata.
Pero el economista además está a cargo de las mesas sectoriales inauguradas por su antecesor Francisco Cabrera. En efecto, el triunvirato y los gremios industriales esperan una reunión con él en breve por la apertura del comercio exterior y las importaciones.
La solicitud formal surgirá este jueves en un encuentro en Azopardo junto a empresarios Pymes, impulsado por Rodolfo Daer, líder del sindicato de Alimentación, y su hermano Héctor, el triunviro. Por lo pronto, el funcionario y exdirector de la consultora Abeceb recibió el lunes a los industriales de la UIA.
El otro punto que preocupa al Gobierno es el esquema de negociación salarial. En las últimas horas, el sindicato de Comercio avanzó en conversaciones con las cámaras de la actividad para reajustar la paritaria.
Luego de obtener un 15%, su expectativa es lograr un 10% extra para redondear un 25%. De esa forma, seguirá el camino de Camioneros, el gremio encabezado por Hugo Moyano, que la semana pasada ratificó dicha cifra ante el Ministerio de Trabajo, tal como lo adelantó el domingo iProfesional.
Por otra parte, Daer participará este miércoles de una audiencia en la sede de Callao de la cartera laboral, a la que también fue convocada la Federación de la Industria Alimenticia (Fippa).
El líder del gremio alimenticio señaló a este medio que "si no cerramos un 25%, vamos de inmediato al paro". Los empresarios de la industria vienen de sufrir en carne propia la huelga general de este lunes, que paralizó líneas de producción completas en las fábricas, tal como se podía observar en las fotos que recibió Daer durante la jornada de sus propios delegados.
El paro en todo el país, por otra parte, puso en marcha otro proceso clave que es seguido de cerca en la Casa Rosada: la renovación de autoridades en la CGT previstas para el 22 de agosto.
En la central obrera aseguran que a partir de ahora comenzó la cuenta regresiva para la definición de una conducción con un único secretario general, en reemplazo del triunvirato que volvió a mostrarse unido después de mucho tiempo.
El primer paso será la inminente convocatoria al comité confederal, encargado de llamar a un congreso electoral.
"La idea es que estén todos dentro: moyanismo, UOM, Smata, taxistas, ferroviarios, gastronómicos (liderados por Luis Barrionuevo), todos menos la CTA", señalaron fuentes sindicales.
Las dificultades para negociar con el Gobierno alientan el espíritu de reunificación. Pero ese no es el único motivo. El lunes, en la propia cúpula algunos reconocían que el paro fue de carácter "defensivo".
No tanto por el temor al escenario recesivo que anticipan en la Rosada, sino por la presión creciente de la izquierda en comisiones internas, líneas y hasta sindicatos, que el sábado reunieron 4.000 delegados en el estadio de Lanús.
Ese habría sido uno de los factores que, pese a los subsidios en manos del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, le impidieron esta vez frenar a la Unión Tranviaria Automotor (UTA), el gremio de colectiveros y trabajadores del subterráneo. Y lo mismo, con los ferroviarios.
El fenómeno podría repercutir incluso sobre la pauta salarial. El sindicato del subte de los denominados "metrodelegados" exige la reapertura de paritarias y un 30% de aumento en total.
La misma cifra definió en asambleas el sindicato del neumático, liderado por el trotskismo. De avanzar por ese camino, las dos organizaciones podrían desplazar a Moyano de la punta del ránking salarial y empujar hacia arriba la expectativa de otras actividades.
Justo cuando el Gobierno busca que las paritarias sean inferiores al 27%, el piso de inflación proyectado en el memorándum enviado al FMI.