Dólar, tasa, tarifas y FMI: llegan inversores del banco JP Morgan para entender a la Argentina post devaluación
Después del temporal que vivió la Argentina con la crisis del dólar, que produjo un fuerte cambio en la política económica, los principales bancos e inversores han comenzado a recalcular cómo quedó el país en materia económica y financiera.
Más allá de las conference calls que se realizan habitualmente, muchos han optado por venir directamente a Buenos Aires para develar un misterio: ¿cómo siguen las "macrinomics"?
Según pudo saber iProfesional, uno de los que arribará al país para estos business trips es una nutrida delegación del famoso banco JP Morgan.
La entidad, con fuerte presencia y oficinas en la City, desembarcará con importantes financistas (representantes de fondos de inversión que actúan como clientes) para conocer, de primera mano, los próximos pasos del Gobierno.
También están interesados en indagar sobre la situación general de la economía tras el cimbronazo del dólar.
Este medio pudo confirmar que "en los próximas días, o a lo sumo la semana entrante", llegará la comitiva que ya tiene pautada reuniones en el Ministerio de Hacienda, Finanzas y en el Banco Central, entre otras carteras.
"También vienen a hablar con consultores políticos y economistas del sector privado. Buscan información confiable y un diagnóstico preciso sobre cómo está el país", afirma el director de una importante boutique financiera local, que oficia de anfitriona recurrente para ejecutivos del exterior.
"Es un momento complicado. Y si bien muchos inversores optaron por desprenderse de activos argentinos, hay que tener un timing muy fino para saber si conviene volver a apostar. Aún no está tan claro", indica.
El panorama que viene trazando el JP Morgan, cuyo copresidente a nivel mundial es el argentino Daniel Eduardo Pinto, no es precisamente alentador.
En la previa de los festejos patrios del pasado 25 de Mayo, el banco publicó un lapidario informe sobre Argentina: no sólo le aconsejó a sus clientes que redujeran sus posiciones en activos del país sino que pintó una perspectiva económica bastante sombría:
- Ajustó a la baja el crecimiento del PBI para 2018 y 2019, proyectando un 1,5% y 2,1% respectivamente
- Pronosticó que la inflación será más alta que la prevista: 26,6% en 2018 y 19,8% en 2019, a raíz de las presiones del dólar sobre los precios
- Prevé que el bache financiero a "tapar" en los próximos 24 meses será de u$s50.000 millones, de modo que el país requiere de un préstamo muy abultado del Fondo Monetario Internacional.
"Una línea de crédito del FMI ayudaría al financiamiento de los próximos meses. A raíz de las fragilidades externas, ante un 2019 que será electoral y condiciones financieras globales más apretadas, urge estar más neutrales (con la Argentina)", afirman Diego Perreira y Lucila Barbeito, los economistas del banco.
En la jerga financiera, esta expresión se traduce en una clara invitación a disminuir el peso de los papeles ligados al riesgo local dentro de los portafolios de inversión.
El JP Morgan espera una política fiscal mucho más dura, una tasa real (por encima de la inflación) superior al 10% e intervenciones del BCRA para evitar mayores saltos del tipo de cambio.
"Los episodios de las últimas semanas traerán un impacto negativo en el crecimiento y en la inflación. Esto podría disparar un reacomodamiento del escenario político entrando en las elecciones del 2019 y sumaría incertidumbre en los próximos trimestres", advierte el JP Morgan.
La visión de directivos de fondos de inversión traídos al país por el banco y llevados a las reuniones protocolares tampoco es demasiado auspiciosa.
"En general, no hay demasiado optimismo con la Argentina. La economía se fue frenando, la inflación sigue alta y los países vecinos no ayudan", es el diagnóstico de un avezado hombre de negocios que arribó al país en uno de los viajes.
De este modo, hace referencia a un escenario complicado para la región, en el marco de un Brasil que también se desaceleró y ante una crisis política que también golpea a la Argentina.
"Como si esto fuese poco, se presenta un calendario electoral que puede cambiar el mapa. En Colombia, por ejemplo, llegó a segunda vuelta un ex guerrillero con ideas populistas. La región ya no seduce bajo este clima de inestabilidad", describe.
Según este ejecutivo de un fondo internacional, el riesgo para la Argentina es que el ajuste que aún debe hacer el Gobierno hasta termine siendo insuficiente y dé lugar a un escenario de recesión más duradera de la estimada.
"El ajuste será de 1% del PBI, pega más en las proyecciones que en lo que se puede observar hoy en día", señala.
¿Relaciones carnales?
La larga historia del JP Morgan en la Argentina se remonta a la década de 1880.
En ese entonces, ejerció un rol fundamental en el financiamiento del ferrocarril, en la extracción de oro y de otros minerales y en la toma de deuda soberana.
En 1893, J.S. Morgan & Co. contribuyó con un fondo de rescate para salvar a un banco argentino. Desde aquel momento, se convirtió en uno de los principales bancos de inversión del país.
Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1948, Chase National (compañía predecesora) inauguró una sucursal en Buenos Aires para reforzar su presencia local.
En 1978, JP Morgan hizo lo propio. Luego abrió JP Morgan Argentina S.A., allá por 1985.
Actualmente, la nutrida oficina argentina está comandada por Facundo Gómez Minujín, senior Country Officer del banco de inversión.
La entidad es una de las más cercanas a los funcionarios de Mauricio Macri. Sólo considerando el equipo de Finanzas, las tres cabezas salieron de ahí: el ministro Luis Caputo, el secretario del área Santiago Bausili y el jefe de Gabinete Pablo Quirno.
También en el Banco Central hay un "JP Morgan boy", que se encarga de manejar la mesa de dinero cuando las papas queman con el dólar. Se trata del vicepresidente segundo, Demian Reidelm.
Antes que ellos, el mayor exponente había sido Alfonso Prat Gay y quien recientemente cayera en desgracia: Vladimir Werning.
Quien hasta hace poco era mano derecha de Mario Quintana en el Gabinete, fue alejado del Gobierno en medio la "reestructuración" post crisis.
Cambio de opinión
La entidad venía siendo relativamente optimista con la Argentina, pero se produjo una modificación abrupta en escasas semanas.
El 10 de mayo, tras conocerse la decisión de volver al FMI, el JP Morgan había publicado un paper optimista en el que recomendaba a sus clientes mantener sus posiciones "overweight" con la Argentina. Es decir, sugería comprar por encima del promedio de la cartera.
La entidad aseguraba que la "estabilización del país estaba a la vuelta de la esquina". En virtud de ello, recomendaba bonos y activos en pesos para apostarle a las altas tasas.
¿Qué pasó en el medio para que el JP Morgan haya cambiado radicalmente su visión favorable en apenas dos semanas? Los mal pensados dicen que el banco, (como todos en realidad) publicita en sus informes los pasos que ya dio con antelación.
Es decir, cuando recomiendan comprar un activo es porque ya se habían "embuchado" previamente y están a precios altos. La hipótesis es que, como buenos e influyentes inversores, compran barato y venden caro.
Por eso, cuando los bancos aseguran que hay que adquirir un activo, seguramente gran parte del alza esperada ya ocurrió.
¿Habrá entonces recomendado mantener posiciones en la Argentina para ganar tiempo y salir de escena a mejores precios? ¿O ahora está indicando reducir la exposición para volver a comprar más barato en el futuro?
Por lo pronto, el Morgan suele ser uno de los principales anfitriones del país cuando los funcionarios argentinos viajan al exterior.
Tanto es así que en la última visita oficial, a inicios de mayo, y en el marco de las reuniones de primavera del FMI, hizo una importante conferencia que tuvo como frutilla del postre al ministro Caputo.
Cuando aún no se conocía lo que iba a terminar siendo el descalabro final de la crisis, con el pedido de auxilio al Fondo, el Gobierno se encargó de publicitar que en una encuesta entre inversores realizada en ese evento la Argentina fue señalada como la potencial mejor inversión este año.
Los clientes del Morgan esperaban que los bonos locales dieran retornos del 25% hasta fines de 2018, pero esto no pasó.
Ahora, con el panorama económico y financiero derivado del "nuevo" dólar, ese presagio luce, cuanto menos, bastante improbable.