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Al volante del Renault Kangoo Z.E., el primer auto eléctrico que se vende en la Argentina

Durante un día recorrimos la Ciudad de Buenos Aires con el único auto homologado en el país que no usa combustibles tradicionales
10/05/2018 - 22:39hs
Al volante del Renault Kangoo Z.E., el primer auto eléctrico que se vende en la Argentina

Renault cumplió con la promesa y se convirtió en la primera marca en vender un vehículo 100% eléctrico en el país.

Se trata del Kangoo Z.E., un utilitario que está disponible en dos versiones, con una caja de carga convencional y con otra llamada Maxi, que es más grande.

Su lanzamiento fue la realización de un proyecto que había comenzado a gestarse en 2014, cuando la automotriz anunció que estaba en sus planes lanzar un eléctrico en la Argentina y brindó también la posibilidad de probarlo.

Desde ese momento hasta su lanzamiento, hace unas pocas semanas, la cantidad de modelos ofrecidos en el mundo que funcionan con batería en lugar de combustibles tradicionales se multiplicó, al punto que desde las marcas masivas hasta las más caras y excéntricas tienen alguna propuesta.

Sin embargo, en este país, la situación era diferente y aún parecía lejano.

En este contexto, Renault puso el primer cimiento y logró no solo hacer realidad el lanzamiento del Kangoo Z.E., sino que a la hora de manejarlo se pudo comprobar la simplicidad que traen consigo este tipo de productos.

Durante un día, iProfesional tuvo acceso al vehículo y se pudo manejar por la Ciudad de Buenos Aires.

La prueba empezó en las oficinas de la marca en el barrio de Palermo, donde se retiró el modelo con su batería 100% llena. La carga se realizó mediante la conexión al Wall box, un cargador que demanda unas 6 horas aproximadamente para completar la carga. 

Allí empezó el recorrido, con un prejuicio inevitable: usar un auto eléctrico en la Argentina no es igual que en otros países, donde los hemos probado, y se puede recargar en diferentes puntos.

En este caso, desde Godoy Cruz y Honduras hacia Santa Fe, con calles muy congestionadas, hubo un poco de intranquilidad al pensar que acelerar y frenar cada dos segundos podía provocar una disminución mayor de la carga y no tendríamos otro modo de reponerla.

Sin embargo, esa sensación fue desapareciendo y lo cierto es que al correr los minutos y los kilómetros, ese miedo ya no existió. El medidor no se movía, mostrando que la autonomía es tal cual la declarada, y eso fue dando tranquilidad.

Mientras esa "calma" se recuperaba, se pusp disfrutar el manejo de un vehículo 100% eléctrico, donde toda la atención se concentró en el silencio absoluto del motor.

No solo desde el interior, sino que más aún desde fuera del vehículo, al estar cerca del Kangoo Z.E. no se siente ningún ruido y es lo mismo que esté en marcha o apagado. Solo el indicador con la palabra GO en el tablero, en color verde, indica su estado.

Está equipado con un motor que rinde 60 CV, con 226 Nm de torque máximo y una caja automática con una sola marcha. De esta forma, solo hay que acelerar, ya que frena apenas se levanta el pie del acelerador. Esta desaceleración, que permite la recuperación de energía, es notable.

Es decir, manejar es muy sencillo: con solo colocar la D (Directa) en la caja, arranca y tiene una reacción muy rápida y ágil, al punto que de 0 a 50km/h es de 5,2 segundos. Para pasar de 0 a 100 km/h surgen las limitaciones y lleva 20 segundos.

La autonomía en condiciones reales de uso es de 200 kilómetros, aunque está homologada por 270 km, con una velocidad máxima limitada a 130 km/h.

Otro dato clave: el Kangoo Z.E. es más pesado que la versión convencional que se vende en la Argentina. Eso se debe al paquete de baterías ubicado debajo del piso y entre ambos ejes. Son 1.553 kilos contra 1.275 de una variante Diesel.

El resto del uso es convencional, similar a cualquier utilitario. Aunque en el modo de conducción hay algunos tips que tener en cuenta:

- Velocidad: mientras más rápido se conduce, más energía se necesita para mantener la velocidad.

- Estilo de conducción: La desaceleración y el frenado regenerativo ayudan a optimizar el viaje.- Geografía: manejar cuasta arriba consume más batería. Pero se recupera conduciendo cuesta abajo.

- Condiciones climáticas:

 el clima también influye en el menor o mayor consumo. Con lluvia, se gasta más. No tiene lujos de equipamiento, pero es práctico y más aún pensando en una finalidad laboral, donde lo que importa es el costo final: según Renault, se gastan $20 cada 100 kilómetros recorridos. Con diésel o nafta se necesitarían 10 litros cada 100Km, es decir, un costo aproximado de 300 pesos. 

En cuanto a sus características estéticas, se pueden transportar hasta 650 kilos, pero con dos largos diferentes que admiten 3.500 o 4.500 litros, muy útil según la mercadería, con dimensiones con 4,28 metros de largo y la Maxi, 38 cm más extensa (4,66 m).

Por dentro, sobre la consola central hay una pantalla en la que, además de tener el navegador y central multimedia, permite obtener toda la información de uso de energía y consumos del sistema de propulsión.

El tablero de instrumentos tiene un indicador convencional de velocidad, que marca los 150 km/h como tope (la máxima de este modelo está limitada en los 130 km/h); otro indicador de aguja muestra el nivel de carga de las baterías y el tercero indica en tiempo real la cantidad que energía que se solicita en función de la posición del acelerador.

En seguridad, tiene airbags para el conductor y para el acompañante. ayuda de arranque en pendiente, control de estabilidad y frenos ABS con asistencia al frenado de urgencia.

Finalmente, el sistema de recarga no es un problema. En este caso se completó la batería en las oficinas de Renault, pero quien la adquiera, puede tener el Wall Box por un valor de u$s1500 o u$s2500 en su hogar y cargarlo durante la noche con el equipo de carga que viene incorporado en el vehículo (un cable de 6 metros de largo).

En cuanto a su precio, es de $707.600 o $714.400 en la versión más larga, el doble del valor que tiene una versión tradicional.

¿Se justifica? 

Todo depende de cuál es la finalidad de su uso y de la empresa o particular que lo adquiera.

Para el transporte urbano es muy eficaz y contribuye a disminuir la contaminación ambiental, lo cual está siendo cada vez más importante en las empresas. También, con el tiempo de uso y la mayor amortización, se nota la diferencia de costos con el combustible.

Por último, la comodidad para manejar, especialmente para quienes están mucho tiempo al volante de un vehículo, es realmente un beneficio y la contaminación sonora también disminuye notablemente, lo cual al finalizar el día se agradece.

Después de unas horas, el Kangoo volvió a las oficinas de Renault con el indicador de carga todavía con varios kilómetros por recorrer.

Fue una buena experiencia para ser el primer modelo eléctrico que manejamos en Buenos Aires y una buena apuesta de la marca que logró hacerse realidad y que reivindica al grupo (Renault-Nissan) como uno de los líderes en el mundo en venta de eléctricos.