¿Cuánto creció la deuda externa desde que asumió Macri?
Argentina se endeuda. La confianza de los mercados internacionales le abrió otra vez las puertas al crédito y el presidente Mauricio Macri hizo uso de él. Los datos oficiales llegan hasta junio pasado y marcan una suba de 20 puntos en la deuda, hasta los u$s307.295 millones, equivalentes al 56% del PIB.
Hay que buscar en consultoras privadas para tener la cifra a diciembre: u$s342.000 millones, un 35% más que hace dos años. El Observatorio Fiscal Federal estima que la ratio deuda-PIB ya es del 60%. La deuda sube, pero el consenso general es que aún es sostenible. Las discrepancias surgen con el largo plazo, sobre todo porque la verdadera batalla es contra el déficit fiscal, el origen de las necesidades de dinero fresco.
La llegada de Macri ha sido un verdadero shock de confianza y los bonos de la deuda argentina son ahora muy codiciados. A cargo de conseguir financiamiento, Macri puso a Luis Caputo. El ministro de Finanzas negó que la ratio actual sea peligrosa para la economía argentina, y la ubicó en torno al 28,5% del PIB si no se toman en cuenta los intereses.
"Es un índice bajo con respecto los países desarrollados y de la región. Como dijimos muchas veces este endeudamiento es transitorio y perfectamente sostenible. [La ratio] se estabilizará en niveles cercanos al 37% y descenderá a partir de 2021", dijo Caputo.
A la oferta de dinero externo, Argentina ha sumado intereses bajos, como nunca antes. "Hemos reducido el diferencia de tasa con respecto a los vecinos y otros países de la región en un 80%. Hoy nos separan apenas 200 puntos de países como Perú y Colombia, cuando en la década pasada supo ser de más de 1.000 puntos. Nos estamos financiando a las tasas más bajas de la historia, incluso más que en los años 90, cuando había niveles de 12 y 12,5 puntos. El promedio de 2017 fue levemente inferior a 4,5 puntos. Esto nos permite elegir este sendero", explicó Caputo.
El viento de cola aún sopla para Argentina y hay consenso en torno a la sostenibilidad actual del modelo de endeudamiento. "Si tomamos las condiciones que prevalecen en este momento y continuamos con la estrategia de gobernabilidad y dirección en materia económica, la situación de la deuda es manejable", dice Daniel Marx, exdirector del Banco Central, ex secretario de Finanzas y jefe negociador de la deuda externa argentina entre 1989 y 1993.
El problema es en el largo plazo. Para Marx, "no hay un momento en el que uno dice que se está pasando un hito" de sostenibilidad. "Todo depende de las condiciones", dice, aunque admite que con el tiempo aumenta el grado de vulnerabilidad, según consigna El Pais.
"Hay un crecimiento de la deuda por el desequilibrio fiscal y la falta de competitividad. Y como la vulnerabilidad aumenta es importante mantener la dirección de la economía y los supuestos que estaban en el rumbo inicial", opina.
Para Juan Carlos Latrichano, catedrático de historia macreconómica en la Universidad de La Matanza (ULaM), la gran batalla es contra el déficit, porque "han vuelto los déficit gemelos, el fiscal y el externo".
"La balanza comercial viene muy mal y pinta para récord en Argentina, con un rojo de 8.000 millones en dólares. El Gobierno no ha podido además dominar el fiscal y las letras del Banco Central ya superan la base monetaria", dice. El escenario es complicado, según Latrichano, siempre que no se corte la provisión de fondos externos. "El gobierno todavía tiene aire", explica, "pero todo depende del acreedor. Los aplausos externos son para la galería, porque la realidad es otra. Nosotros éramos los chicos mimados del Fondo Monetario Internacional (FMI) antes del 2001 y ahí terminamos. El dinero no tiene corazón".