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Mendoza extrema: en un lugar remoto, 3 aventureros hacen nuevos vinos de altura

El proyecto se llama Estancia Uspallata. Cuentan con apenas cuatro hectáreas con las que elaboran tres etiquetas. Su Malbec se despega de lo común 
17/11/2017 - 15:57hs

"Cuando necesito desconectarme del ruido de la ciudad, viajo a Mendoza. Apenas salgo del aeropuerto, compro las provisiones necesarias para mi estadí­a y voy a la finca, porque ahí­ no hay nada de nada", resume Ariel Saud, empresario que en Buenos Aires tiene una compañí­a de ingenierí­a, especializada en hidráulica, y que encontró en medio de las montañas de esa provincia su lugar en el mundo. 

"Salir a la madrugada a recorrer los viñedos y observar cómo la luna se refleja en las montañas y sentir lo imponente de esa soledad es una experiencia que nunca habí­a sentido antes", continúa su relato sobre la pequeña finca de cuatro hectáreas que tiene la particularidad de estar emplazada en lo alto de Uspallata, a 2.000 metros sobre el nivel del mar. De ahí­ el nombre de la bodega: Estancia Uspallata. 

"Son los viñedos más altos de todo Cuyo. No hay en ninguna de las provincias que conforman esta región otro proyecto a esa altura", agrega el reconocido enólogo Alejandro Sejanovich, que ya le agarró el gusto a tomar proyectos "extremos", dado que también está trabajando (siempre junto a su socio y compañero de aventuras, Jeff Mausbach) en Estancia Los Cardones, una bodega emplazada en un rincón solitario del Valle de Tolombón, en Salta, cerca del lí­mite con Tucuman. 

Haciendo un poco de historia, Saud relata que la propiedad (de una extensión de más de 40.000 hectáreas) la adquirió su padre a principios de la década del '80.

"Nunca habí­a ido, por cuestiones de tiempo... la familia, el trabajo. Pero él siempre me habí­a insistido en que fuera a conocerlo. Luego, una vez que falleció, en el año 2000, me propuse ir a visitar ese campo. Y la verdad que quedé impactado", rememora.

"Mi papá me decí­a que ese era un lugar ideal para hacer vino, que habí­a un microclima muy particular. Y cuando me encontré en el lugar, entendí­ su visión. Y me propuse cumplir ese sueño", agrega. 

Ahí­ comenzó la fase de experimentación. Como estaba en duda cómo serí­a el ciclo madurativo y qué variedades resistirí­an bien ese clima mucho más fresco que el promedio de Mendoza, Saud se juntó con un ingeniero agrónomo y lo primero que hicieron en 2008 fue colocar sensores de temperatura para evaluar los cambios.

Una vez testeado el factor climático, comenzaron plantando Pinot Noir y luego probaron con unas 18 hileras de Malbec. "Se dio espectacular", afirma Saud.

También plantaron Cabernet Franc, pero se encuentra tdaví­a en fase de experimentación. 

La primera cosecha data de 2015 y se elaboraron apenas 9.000 botellas. Y la idea es que siempre se mantenga como un proyecto de producción bien limitada, dado que el plan es plantar como máximo unas 20 hectáreas. 

Los vinos 

Actualmente, el abanico de vinos está conformado por tres etiquetas.

Estancia Uspallata Brut Nature Pinot Noir - Precio sugerido: $800

Proviene de una zona puntual del viñedo. En nariz es un espumante que muestra el dominio de la fruta roja bien fresca y un perfil de levadura no tan invasivo. En ese sentido es sutil y no está sobrecargado. Al paladar exhibe una mousse delicada, con una acidez bien marcada. Avanza con más de esa fruta, con un dejo cí­trico, fresco y perdurable. 

Estancia Uspallata Pinot Noir 2015 - Precio sugerido: $800

Un Pinot Noir que  se luce con una fruta roja clásica, con ese dejo terroso tan caracterí­stico. Tiene elegancia y posee relativa complejidad; se nota el potencial y la búsqueda que irán afinando, añada tras añada, los enólogos. En boca es bien Pinot Noir, con su paso seco, sus taninos definitivamente pulidos y un gran equilibrio general. La fluidez y la frescura son su marca registrada.

Estancia Uspallata Malbec 2015 - Precio sugerido: $1.000

Como parte del proceso de búsqueda, los enólogos realizaron una maceración previa con racimos enteros y escobajos. Esto redunda en una nariz diferente, fresca. Tiene la caracterí­stica fruta roja pero además, exhibe un llamativo perfil entre herbáceo y mentolado, con un dejo a pino. En boca fluye bien largo, con una textura de extrema delicadeza. Un Malbec que recién está haciendo sus primeras "horas de vuelo" pero que ya va mostrando mucho de su diferencial. 

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Por Vinos & Bodegas - [email protected]

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