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Banco Central aumenta la tasa, alienta la "bicicleta financiera", resta inversión y suma crí­ticas del Gobierno

El Banco Central aumenta la tasa, alienta la "bicicleta financiera", resta inversión y suma crí­ticas del Gobierno
09/11/2017 - 11:35hs
Banco Central aumenta la tasa, alienta la "bicicleta financiera", resta inversión y suma crí­ticas del Gobierno

Sorpresa y malestar. Ambas sensaciones son las que predominan en la conducción económica y en el "ala política" del Gobierno, luego de que Federico Sturzenegger decidiera subir (una vez más) la tasa de referencia.

Fueron dos puntos y medio en apenas un par de semanas, de modo tal que el tipo de interés escaló hasta un impactante 28,75% anual.

"Innecesario", se sincera uno de los funcionarios del Gabinete económico, a quien el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, consulta casi a diario. 

En el anochecer del último martes, la "mala onda" era inocultable en uno de los despachos oficiales más concurridos del área económica.

La visión de las fuentes consultadas -que piden no ser mencionadas por la sensibilidad del tema y para evitar fricciones con el Banco Central- es que la estrategia de Sturzenegger atenta contra el ritmo de recuperación de la actividad. 

Para peor, tomó esa decisión justo en momentos en que los principales indicadores muestran una reactivación, incluido el del consumo masivo, que venía postergada.

Como contrapartida, la cúpula del Banco Central argumenta que haber elevado el costo del dinero (a su mayor escalón en 15 meses) responde a la reticencia de la inflación a bajar a los niveles apuntados por el Central.

Claro que la iniciativa también debe ser leída en lenguaje político: a esta altura, a nadie escapa el respaldo del que goza Sturzenegger por parte del propio Mauricio Macri. 

"Muchos de nosotros reconocemos que sin ese espaldarazo, ni él ni nadie podría ser tan audaz en el manejo de la política monetaria", admite uno de los hombres clave en la gestión económica.

La última escalada fue comunicada mientras el propio Sturzenegger se encontraba en los Estados Unidos acompañando a Macri en su visita relámpago para convencer a empresarios de que traigan sus dólares al país para inversiones productivas. 

"No hay mejor lugar para invertir que la Argentina", aseguró el Presidente a los representantes de las multinacionales americanas más importantes.

Si bien es una invitación a que efectúen desembolsos de largo plazo en la economía real, lo cierto es que muchos financistas ven una contradicción entre ese convite y una tasa de interés tan alta que los tienta a direccionar sus dólares pero la "bicicleta" financiera.

De hecho, uno de los funcionarios consultados por iProfesional tiene una definición tajante ante la pregunta sobre la actitud del banquero central: "Con tasas reales del orden del 9,5% anual, existe claramente un costo que se está pagando en la economía". 

"Con un nivel más bajo, Federico también podría combatir la inflación y, además, ayudaría a que la actividad pueda crecer con más fuerza", asegura la fuente.

Las quejas por el "costo de oportunidad" La visión de quienes comparten con el titular del Banco Central decisiones que influyen sobre la actividad económica es que este apretón monetario, más temprano que tarde, se pagará con un menor crecimiento. 

"No hay dudas de que eso va a suceder. ¿Por qué aumentarías el costo del dinero si no estás convencido de que esa suba va a frenar la demanda? No podemos ser negacionistas", se sincera la misma fuente.

Según los cálculos del equipo económico, la economía podría reflejar una expansión de entre el 6% y el 7% en el corto plazo si no fuera por este baldazo de agua fría lanzado desde Reconquista 266. 

"Hay un costo de oportunidad que impone la actual política de mantener tan altas las tasas", agrega el funcionario.

Esta preocupación se ha expandido en Casa Rosada. El "ala política" cree que la medida perjudicará a las pequeñas y medianas empresas, que son las que requieren de financiamiento barato para competir y crecer en el mercado.

Una pequeña anécdota ilustra ese recelo. Apenas salió el comunicado del Banco Central anunciando el incremento de la tasa, uno de los hombres del Presidente llamó por línea interna a otro funcionario, también con despacho en la Rosada, que sigue muy de cerca las cuestiones económicas. 

Le preguntó lo obvio:

-"¿Y? ¿Qué te parece lo de Sturze?"

-"Mal, nos va a pinchar el crecimiento. Además olvidate de ver creación de empleo en la industria".

-"¿Vos decís que otra vez habrá un parate?"

-"Digo que habrá crecimiento pero más bajo. E intuyo que hasta será innecesariamente desbalanceado, por eso me refería a la industria. Las Pymes van a sufrir la medida".

Los argumentos del CentralSturzenegger suele moverse solo. Es decir, sin abrirle el juego a nadie del Gobierno, a excepción del Presidente, con quien mantiene un diálogo casi cotidiano. 

El banquero central "chapea" con esta cercanía ante sus interlocutores y sólo comparte ideas con su equipo y un reducido grupo de economistas de la City en quienes confía. 

"No me gustaría tener que subir la tasa exageradamente", aseguró a uno de sus interlocutores luego del "apretón" anterior. 

Quienes trabajan con él a diario coinciden en que mantiene en absoluta reserva las medidas que va a tomar y nunca filtra sus decisiones de corto alcance.

En cambio, sí se muestra propenso a compartir sus ideas y no niega que la tendencia de la tasa de interés de referencia es alcista

Desconoce cuál será el escalón final. Es decir, cuánto más deberá ajustarla para poder dar cumplimiento a la meta que se autoimpuso: inflación de entre 10% y 12% (no más) para 2018.

Por lo pronto, desde el Banco Central señalaron que la decisión de elevar nuevamente el costo del dinero respondió al hecho de haber detectado que el mercado se estaba manejando con expectativas inflacionarias muy elevadas.

Concretamente, 23% para 2017 y 16% para 2018, varios puntos por encima de la meta oficial (17% y 12% respectivamente).  

Para alinear esas expectativas, Sturzenegger endurece su postura. "¿Ahora me van a creer o no"?, parece desafiar a las consultoras.

A diferencia de los funcionarios que invalidan esta estrategia y la tildan de exagerada, el número uno del BCRA sostiene que la economía crecerá en 2018, tal como lo indica el Presupuesto elaborado por el Gobierno. 

Además, comparte con sus íntimos que la expansión será liderada por la construcción, el agro y el sector energético.

"El campo pone un piso firme al crecimiento del año próximo", argumenta Sturzenegger, al tiempo que destaca que la producción de autos repuntará 20% en 2018. Entiende que ambos sectores será claves para una mejora de la economía.

Recurrir a una alta tasa de interés, para domar al índice de precios, tiene al atraso cambiario como otra de sus consecuencias adversas.

¿Por qué? Básicamente porque el constante ingreso (oferta) de dólares (para aprovechar los altos rendimientos en pesos) aplasta la cotización de la divisa estadounidense, lo que le resta competitividad a la economía.

Sturzenegger no minimiza este tema, al punto que advierte: "Vamos a tener que seguir lidiando con el tipo de cambio".

Esta dinámica podría acelerarse, ya que el rendimiento de las inversiones en moneda local ahora alcanza el 30% anual.

La autonomía, puesta a debateLas últimas medidas de la autoridad monetaria pusieron en el tapete otra cuestión decisiva: la tan mencionada "independencia" del BCRA.

Sturzenegger se vale de esa libertad que le otorga la Carta Orgánica para tomar decisiones. Pero esa autonomía -al dejar de lado a los hacedores de política económica- termina levantando polvareda.

Tiempo atrás, iProfesional reveló que funcionarios de peso -como los vicejefes del Gabinete económico, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui- estimulaban la llegada de nuevos directores al Banco Central. 

El objetivo era "marcarle la cancha" a Sturzenegger, abrir el juego. Hubo dos nominados: la economista Marina Dal Poggetto (Estudio Bein) y Guillermo Nielsen (hombre cercano a Sergio Massa). 

Por ahora, la formalidad de esas designaciones viene postergada y es casi seguro que este último sea reemplazado por otro economista del riñón peronista. Los tiempos los maneja directamente Macri.

Celosos del poder de Sturzenegger, en el ala política quienes critican al banquero argumentan: "Todo gira en torno a su criterio y discreción. Una sola persona, asesorada por su círculo íntimo".

Entienden que esto conlleva "un riesgo muy grande". Por eso, este grupo es proclive a conformar, en el BCRA, un Consejo de Política Monetaria que siga las buenas prácticas de otros bancos centrales muy respetados.

Bajo esta metodología, las decisiones son colegiadas, a partir de un voto por cada miembro e integrantes de igual jerarquía.

Además, las discusiones y los puntos de vista son publicados para que todos sepan las diferentes posturas en temas que resulten de interés.

"Hasta que ese cambio no ocurra, sólo podremos hablar de una institucionalidad superficial", afirma uno de los funcionarios más ásperos con la gestión en el Central.

Una de las principales críticas al trabajo del histórico economista del PRO radica en que "en el ahorro de las personas se observa lo opuesto a lo que porfía Sturzenegger: la evolución de los plazos fijos en pesos cae en términos reales" (crecimiento descontada la inflación).

Seguramente, el próximo episodio de tironeos (por ahora ocultos detrás de bambalinas) surgirá cuando el INDEC divulgue la suba de precios de octubre. 

El monitoreo de la inflación "núcleo" será clave para intuir los próximos movimientos de Sturzenegger.

Con la perspectiva de una nueva alza en las tarifas de electricidad y gas, quedan pocas dudas respecto a que el índice de precios concluirá el año más arriba que los actuales niveles. 

Será momento de nuevas críticas y fuego cruzado entre Sturzenegger y sus detractores, en el marco de una tensión que se torna difícil de ocultar.