Cuánto costará llenar el tanque de nafta luego de que el Gobierno libere el precio del petróleo
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, anunció el fin del "barril criollo" y anticipó que desde el 1º de octubre los precios de los combustibles en la Argentina ya no dependerán de la regulación estatal, sino que serán establecidos por “el mercado”.
De esta manera, el funcionario de Cambiemos dio por concluido de manera unilateral el acuerdo de precios que mantenía con las petroleras, y por el cual había una suba programada para el mes próximo.
Tras la decisión del Gobierno, la pregunta que hoy todos se hacen es cuánto costará el litro de nafta. Y mientras los estacioneros independientes aseguran que debería bajar en los próximos días unos $3,5 pesos, los expendedores calculan que el combustible aumentará entre 7% y 10% después de las elecciones del 22 de octubre.
"Deberían bajar 20 centavos de dólar (unos $3,5)" por litro de combustible, razonó el titular de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes (AESI), Manuel García. Pero aclaró que "eso no ocurrirá".
"Es una medida electoralista", afirmó e indicó que el Gobierno "seguirá manejando los valores".
"Acá, el precio lo va a seguir manejando el ministro de Energía (Juan José Aranguren) porque tiene la manija a través de la petrolera (YPF)", dijo el representante de los empresarios independientes de la comercialización de combustibles en todo el país.
Y recordó que esta misma situación se observó hace 26 años, cuando en 1991 el gobierno de Carlos Menem impulsó la desregulación petrolera con la promesa de que los valores de las naftas y el gasoil iban a bajar, algo que luego no ocurrió.
García consideró que como la empresa YPF es manejada por el Gobierno y controla el 60% del mercado de los combustibles líquidos, será la Casa Rosada la que pondrá los precios de las naftas y el gasoil "de acuerdo a las necesidades fiscales y políticas del momento".
El empresario consideró que por la necesidad política que le impone las elecciones legislativas de octubre, el gobierno de Mauricio Macri salió a decir que liberaba el mercado con la posibilidad de que los precios se reduzcan, sin haber dado precisiones al respecto.
Y recalcó que hay un componente fiscal muy importante en el negocio del petróleo. "El Estado recauda u$s10.000 millones al año por este sector", señaló.
Sin embargo, en la Casa Rosada, advierten que nada debería cambiar en el corto plazo. "El tipo de cambio y el petróleo crudo están en un moderado equilibrio", afirmó este martes Aranguren.
"El acuerdo que tenían las empresas productoras de crudo con las refinadoras está suspendido para el mes de octubre, debido a que se cumplió una condición. Por lo tanto se recuperó la libertad de mercado", sostuvo el funcionario nacional.
En diálogo con periodistas acreditados en la Casa Rosada, el integrante del Gabinete señaló que "si continúan los precios internacionales en el nivel que están, continuará hasta fin de año cuando definitivamente el nivel de precios en el mercado lo establezcan las empresas libremente, tanto las que venden crudo como las que venden combustible".
Consultado sobre la posibilidad de que a partir de esta decisión del Gobierno se incrementen los valores del combustible, Aranguren remarcó: "La respuesta es no".
Y confió en la "sensatez" de las petroleras a partir del cambio.
"Confío en que después de muchos años en que los actores económicos estuvieron de alguna manera maniatados por una administración que controlaba a veces por teléfono, confío en la sensatez de todos los actores económicos", finalizó.
Cómo se actualizará el precio
A partir de octubre, los precios de las naftas y el gasoil se moverán en línea con la cotización internacional del petróleo, por lo que tenderán a aumentar o a bajar al mismo tiempo que en el resto del mundo.
Para tomar la medida, en el entorno de Mauricio Macri esperaban que el precio local del crudo esté en la misma línea que la cotización internacional del Brent, el tipo de petróleo que se extrae principalmente en el Mar del Norte y funciona como referencia.
El petróleo representa cerca del 80% del costo de producción de las naftas y el gasoil. De manera que su variación inclinará los precios finales que pagarán los consumidores locales.
Será el corolario de un trabajo de acoplamiento de precios que inició el ex ministro de Economía Axel Kicillof y profundizó la gestión de Macri a través de acuerdos promovidos con la cadena productiva del petróleo por el ministro de Energía, Juan José Aranguren.
La brecha entre el precio internacional del Brent y el crudo local (el precio del barril de Medanito, en la provincia de Neuquén) se redujo de u$s25 a u$s4 por barril.
En otros términos, la diferencia que se registraba en diciembre de 2015, entre u$s50 y u$s75 para aquellos parámetros, ya había descendido a principios de julio a u$s51 contra u$s55.
Este lunes el barril de Brent alcanzó una cotización de u$s58, con lo que se dio la ansiada paridad que buscaba el Gobierno.
La reducción paulatina de esa brecha implicó la eliminación progresiva del barril criollo, que contempló un precio sostén interno reconocido a las productoras locales para evitar un desplome aun mayor de la inversión y sus efectos negativos sobre el empleo, en especial en la Patagonia.
A principios de año, Energía facilitó la puesta en marcha de una fórmula para transparentar los precios de los combustibles, que bajaron a principios del segundo trimestre. Pero esa cuenta considera el precio local del petróleo, que está por encima de los valores internacionales.
El realineamiento del crudo con las referencias internacionales es uno de los objetivos que se propuso el Gobierno cuando todavía era una fórmula electoral tras los nombres de Macri y Gabriela Michetti, que discutía sobre las cuestiones macroeconómicas a resolver tras una eventual victoria.
La discusión, en cambio, pasa porque concretará la vuelta a las cotizaciones de mercado.Efecto devaluaciónAdemás del petróleo, los precios de las naftas y el gasoil venían dependiendo de otros factores, como los biocombustibles (la intención oficial es que en algún momento sus precios converjan con los de mercado) y la paridad entre el peso y el dólar.
La marcha de la moneda es un elemento crucial. Dado que la compraventa de crudo está dolarizada, la devaluación del peso implica desde el punto de vista de las petroleras que necesitan más billetes para hacer frente a la misma compra de crudo.
El futuro alineamiento del precio local del crudo con los valores internacionales implicará mantener constante su valor en dólares.
De manera que una devaluación pronunciada en el marco de una baja en la cotización del petróleo puede obligar a los automovilistas a pagar más, en pesos, para llenar el tanque.