Déficit comercial fue el más alto en 23 años pero se reactiva importación de maquinaria e insumos
Cuando se analizan las cifras de comercio exterior referidas al primer semestre del año, se pueden trazar dos miradas: los datos pueden observarse bajo la óptica del "vaso medio vacío", pero también desde la lógica del vaso "medio lleno".
¿Por qué? Básicamente porque el informe dado a conocer este martes por el Indec reveló que el semestre concluyó con el peor déficit en más de dos décadas, como consecuencia de exportaciones amesetadas y de importaciones que muestran un fuerte dinamismo.
De acuerdo con el organismo oficial, el saldo de la balanza comercial cerró el período enero-junio con un déficit de u$s2.613 millones.
Esto implicó, en primer lugar, un abrupto cambio de tendencia respecto del resultado positivo de u$s689 millones que se había observado en igual lapso de 2016.
Pero lo que más preocupa es que se trata del resultado más adverso para el comercio exterior desde 1994.
En efecto, hay que retrotraerse 23 años para encontrar un saldo entre importaciones y exportaciones más desfavorable. En ese entonces, el rojo había llegado a los u$s2.900 millones.
Sin embargo, lo positivo es que gran parte del impulso que muestran las compras al mundo obedece al mayor ingreso de "fierros" y de insumos para la industria.
Los números que celebra el GobiernoAl analizar los datos del primer semestre, se observa que las importaciones siguen estando motorizadas por las importaciones de autos y de bienes de consumo, que concluyeron el primer semestre con un alza del 39% y del 12% en volúmenes, respectivamente.
Sin embargo, siguiendo con la lógica del "vaso medio lleno", se observa que las compras al exterior de bienes de capital -es decir, de "fierros" tanto para el sector privado como para la obra pública- concluyeron el período enero-junio con un salto del 10%, ubicándose así como el tercer gran rubro de mayor crecimiento.
Como contrapartida, si bien las importaciones de bienes intermedios para la industria y las de partes y piezas de bienes de capital tuvieron una performance más modesta en el semestre -con una baja del 1,3% y un alza del 2,6%, respectivamente- la realidad es que la evolución que mostraron en junio muestra un interesante cambio de tendencia.
En efecto, según datos del Indec, las compras al exterior de materias primas, claves para avanzar con procesos productivos, se expandieron en junio a una tasa interanual del 8%, en volúmenes.
En tanto que las de piezas y accesorios para bienes de capital -que incluye desde componentes para el armado de celulares hasta repuestos para maquinaria-, lo hicieron a una tasa de casi 28%.
En este punto, Marcelo Elizondo, ex director de Fundación ExportAr, apunta que "es cierto que las importaciones están creciendo. Pero lo que estamos viendo es una recomposición, porque veníamos de niveles bajísimos".
En este contexto, Elizondo reflota la fórmula que establece que por cada punto que se pretenda crezca la economía, entonces las compras al mundo deberán hacerlo en tres puntos.
"Esto se debe a que la mayor parte de lo que ingresa del exterior está destinado a la industria", completa.
En este sentido, la mayor demanda de insumos y maquinaría está vinculado con un repunte de economía.
Según el Indec, en mayo hubo un crecimiento de la actividad del 3,3%, la mejor marca desde noviembre de 2015, al tiempo que significó la tercera tasa de variación positiva, luego de las alzas de marzo (+1,3%) y abril (+0,5%).
Pobre dinamismo de las exportacionesEn el caso de las ventas al mundo, en junio alcanzaron los u$s5.150 millones, lo que implicó una preocupante caída del 2,6%, respecto del mismo mes del año pasado.
En el primer semestre, en tanto, las mismas totalizaron poco más de u$s28.000 millones, lo que implicó una tasa de crecimiento muy pobre, de menos del 1%.
Según el Indec, a nivel de productos, las mayores caídas de las exportaciones estuvieron vinculadas con el complejo oleaginoso. Así las cosas, en junio:
• Harina y pellets de soja dejaron casi u$s250 millones menos, por las menores compras de Argelia y Vietnam.
• Los envíos de porotos de soja cayeron en más de u$s200 millones, por una baja de la demanda de China e Italia.
• Los despachos de aceite de soja, en tanto, dejaron casi u$s60 millones menos que en junio del año pasado.
Frente a estos números, desde Abeceb afirmaron que "la caída en las ventas al exterior del agro responde en parte a la elevada base de comparación del primer trimestre de 2016".
Sin embargo, la profundización de la caída en estos últimos meses, obedece a "factores coyunturales, que llevan a los productores a demorar la liquidación de su producción a la espera de mejores rendimientos. En particular, al aumento esperado de los precios, se sumaron las expectativas de depreciación del peso que finalmente se concretaron en las últimas semanas".
Según Abeceb, las mejores condiciones económicas de los productores durante esta campaña y el acceso a crédito en dólares otorgan margen para una mayor especulación.
De esta manera, afirmaron que mientras que liquidación de divisas de los industriales oleaginosos y exportadores de cereales cerró el primer semestre 14% por debajo del mismo periodo de 2016, viene "recuperándose con fuerza en julio", en línea con el aumento de precios y a partir de la depreciación del tipo de cambio.
Esto, según los analistas, genera "una señal positiva para las perspectivas de exportación del sector durante los meses venideros".
El problema del "costo argentino"Respecto de las exportaciones, Elizondo afirmó que la Argentina tiene un problema "grave" y es que le vende muy poco al mundo.
En este sentido, el experto mencionó que el país tiene un problema de “competitividad sistemática endógena”.
El experto fue más allá y mencionó que es uno de los diez países del mundo con el "peor ratio de exportaciones contra PBI".
Frente a ello, Elizondo proyectó un preocupante déficit comercial de entre u$s4.000 y u$s5.000 millones para este año.
En relación con la variable competitividad, el IERAL relevó la performance de 15 productos clave de la agroindustria y de las economías regionales y detectó que tan solo dos lograron incrementar su participación en el mercado mundial.
Los otros 13 perdieron market share. Entre los mismos figuran alimentos donde la Argentina debería mostrar una competitividad sólida, tales como trigo, manzanas, naranjas, ajo y ciruelas.
Cabe destacar que a fines de 2015 el Gobierno unificó el mercado de cambios y eliminó impuestos a exportaciones.
Sin embargo, desde el IERAL advirtieron que "recuperar el terreno perdido no será sencillo”.
“Se requiere seguir trabajando en la reducción de costos internos como impuestos, logística, laborales no salariales, en mayor productividad y en la apertura de nuevos mercados, incluida la firma de acuerdos comerciales caso Mercosur-UE", apuntaron.
En esta dirección se expresó el propio ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, quien en el marco de la apertura de la exposición rural, reconoció que el campo “tiene una presión impositiva asfixiante".
El funcionario explicó que “el sector agropecuario lo que necesita es bajar los costos de la logística, mejorar la competitividad, un mejor tipo de cambio y apertura de mercado" y señaló que "con esto vamos a andar mucho mejor, ya que el mundo crece y demanda alimentos”.