¿La libre flotación alcanzó su límite?: la "mano" de bancos públicos sugiere un nuevo techo del dólar debajo de $18
No fue una escapada más: esta vez, la suba del dólar y la posterior actitud de las autoridades pudieron haber marcado un punto de inflexión.
Concretamente, en el mercado se instaló la sensación de que la flotación cambiaria -defendida por Federico Sturzenegger como el dogma de fe del Banco Central- tiene un límite.
Con la divisa a punto de ebullición y cerca de superar el "techo psicológico" de los $18, sucedió lo que hasta ahora el Gobierno se jactaba de no hacer: intervenir mediante la venta de billetes para calmar a los inversores.
Sobre el cierre del lunes, la repentina participación de dos bancos públicos, vendiendo alrededor de u$s80 millones, fue el comentario obligado entre operadores y analistas.
Esto, ya que en un momento parecía que la cotización iba a sobrepasar el precio pronosticado por analistas recién para fin de año.
Si bien el Banco Central no intervino de forma directa -sino a través del Banco Provincia y Banco Nación-, en el mercado no quedaron dudas sobre el nivel de preocupación que llevó a los funcionarios el repunte del billete.
Y es lógica tal inquietud. El contexto político pre-electoral y una inflación que no se logra domar por completo hacen que el ambiente no esté para "jugar con fuego".
Mucho menos, con una de las variables más sensibles a la hora de poner el voto (por todos los temores que despierta en la sociedad) y por el impacto en el resto de los precios de la economía.
Por cierto, la decisión de intervenir en el mercado contrastó con esa prescindencia tan defendida por el Banco Central.
Semanas atrás, cuando el dólar había tocado un máximo de $17 para luego retroceder, Sturzenegger abogó la tesis de que se había estabilizado por el simple juego de oferta y demanda.
En su visión, una de las virtudes del sistema de flotación, acaso la principal, es que permite que el tipo de cambio real se adapte a las distintas situaciones que debe enfrentar.
"Resulta indispensable contar con un esquema de tipo de cambio flotante, que le brinde a la economía la flexibilidad suficiente como para responder ante eventos externos desfavorables", expresaba Sturzenegger.
Para apoyar su argumento, recordó que desde la salida del cepo el precio del dólar se elevó en el 51% de los días y descendió en el 49% restante, casi sin intervención oficial.
Si la flotación es el sistema preferido, es de prever entonces que será utilizado de manera casi permanente. Salvo, claro está, cuando la cotización se escape de una banda de flotación preestablecida.
El piso y el techo de esa franja en la que se puede mover libremente no son comunicados oficialmente. Sin embargo, el mercado ya tiene la gimnasia suficiente como para poder decodificarlos.
Muchos recuerdan cuando, en febrero de 2016, al poco tiempo de haberse desarticulado el cepo, la divisa se escapó sorpresivamente a los $16.
El cimbronazo que generó fue tal que el BCRA tuvo que dejar de lado su premisa de no intervener en la oferta y demanda salir rápidamente a vender dólares de modo directo.
Fueron u$s450 millones en tan sólo dos días, con el claro objetivo de calmar el temor en la sociedad y, además, para moderar el impacto inflacionario (algo que finalmente no pudo lograr).
Pasó el tiempo y se han vuelto a encender las alarmas. Una vez más, este lunes se intentó evitar una disparada mayor a la que ya venía ocurriendo en estos últimos días.
La diferencia es que en aquel entonces (febrero 2016) el "techo psicológico" se ubicaba en $16. Ahora, dieciséis meses después, en $18.
¿Por qué los funcionarios se decidieron nuevamente a actuar? Porque perciben el alto peligro de que el alza del billete derribe una de las principales banderas proselitistas del oficialismo: su lento pero exitoso combate a la suba de precios.
Un claro indicio de esta preocupación lo aporta el Ministro del Interior, Rogelio Frigerio, quien afirma: "El Banco Central va a impedir que haya zozobras en las familias argentinas respecto a la inflación o al tipo de cambio".
"Lo hará usando todas las herramientas que tiene a su alcance", completa.
Precisamente, una de esas herramientas han sido los bancos públicos, que salieron este lunes a vender u$s80 millones ante un mercado con clara tónica compradora y escasa oferta.
Por cierto, este aporte sirvió para tranquilizar las agitadas aguas, si bien no pudo evitar que el billete verde concluya la jornada en alza.
"Como era lógico de esperar, en algún momento el Banco Central iba a ponerle límites a una suba sin control como la que se venía registrando", expresa Fernando Izzo, de ABC Cambios.¿Por qué volvió a subir?El dólar se mostró este lunes al alza ante la persistente presión de una fuerte demanda y la notoria contracción de una oferta que, más bien, pareció estar a la espera de nuevos incrementos.
Durante la jornada, el minorista tocó un máximo cercano a los $18 en algunos bancos, mientras que el mayorista alcanzó los $17,65 para luego retroceder (producto de las ventas de entidades públicas).
El fuerte impulso inicial se debió en gran medida a que las empresas agroexportadoras liquidaron 32% menos por sus envíos de cereales y oleaginosas al mundo.
Durante la semana pasada, esa cifra había sido de u$s448 millones, contra los u$s664 millones de la anterior, cifras según datos de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).
Ambas entidades representan, de manera conjunta, un tercio de las exportaciones argentinas.
A la menor oferta del campo se le suma un segundo factor que contribuye el alza: la mayor demanda de particulares y empresas para dolarizar sus tenencias.
Tampoco ayudó el volumen total operado (u$s500 millones), que cayó 12% respecto al de la jornada previa.
En otras palabras, el repunte del dólar no fue producto de una "corrida" cambiaria sino, más bien, de una demanda que superó con creces la oferta.
Desde el Gobierno rescata como positivo que bastó que los bancos públicos inyectaran un monto relativamente bajo para calmar al precio.
Según operadores consultados, el Banco Provincia vendió u$s50 millones, provenientes de letras colocadas días atrás, mientras que el Nación aportó los u$s30 millones restantes.
"La intervención de bancos públicos tiene olor a que las ventas no fueron realizadas por operaciones genuinas, sino para ayudar a controlar a un mercado que estaba muy caliente", afirma a iProfesional un reconocido banquero.
Aún así:
- En el segmento mayorista cerró con un avance de cinco centavos. Alcanzó los $17,46 para la venta (luego del récord de $17,65).
- En el minorista finalizó a $17,90 promedio, 24 centavos por encima del cierre anterior.
Desde la City señalan a iProfesional que en algunas entidades privadas (como el Banco Galicia) se llegó a vender a un máximo de $17,95 sobre el final de la rueda.
El mínimo del lunes se encontró en el Banco Nación, con una cotización de $17,25 para la compra y de $17,65 para la venta (cinco centavos más).
El que sí pudo superar el techo psicológico fue un viejo conocido: el blue, que trepó nueve centavos y se negoció a $18,05.Así, la brecha entre el formal y el informal se agrandó 15 centavos.¿Todo bajo control?Los economistas consultados por iProfesional coinciden en que parte del ruido del mercado cambiario se debe al contexto económico y político prelectoral.
También, a la gran rapidez con la que se movió la divisa en las últimas semanas, que ya de por sí venía inyectando más nerviosismo a la City.
"Hay que acostumbrarse a un valor fluctuante, sobre todo en un contexto marcado por la incertidumbre que traen los comicios. Lo que afecta es que escale un 4% mensual, creo que debería moverse un poco más despacio", resume a iProfesional Daniel Artana, economista jefe de FIEL.
"Hoy en día a mí no me preocupa el dólar, ya que está avanzando por debajo de inflación. Incluso, a mi juicio, su precio debería ser un poco más alto, por el fuerte atraso que ha venido acumulando ", completa.
Para Gabriel Caamaño Gómez, de la Consultora Ledesma, lo que sucede es claro: "Hay un mayor nivel de aversión del público inversor a los activos locales y una menor demanda especulativa de pesos. Esto es lo que genera volatilidad y suba del tipo de cambio".
En su visión, esto es consecuencia de la proximidad de las urnas y de las malas señales del Gobierno al mercado, como el intento a gravar renta financiera.
Añade que en la actualidad se está negociando un bajo volumen y es por eso que "inyectando pocos dólares se bajá mucho el precio".
"Lo que más ruido genera es la velocidad de la suba y no tanto el valor en sí, ya que el alza era algo que se preveía", finaliza Caamaño Gómez.
Entre los operadores se comentaba la probabilidad de que esta semana haya otra inminente intervención oficial mediante la aplicación de fondos provenientes de las últimas colocaciones de bonos de parte de YPF.
"En los próximos días, el tipo de cambio podría mostrar una mayor estabilidad, teniendo en cuenta que comenzarían a volcarse al mercado los dólares provenientes de la última emisión de YPF por u$s750 millones", afirman desde la banca de inversión la firma Puente.
Esto indicaría que a partir de la venta de divisas genuinas, aportados desde colocaciones financieras, el Gobierno podría ponerle "techo". Por cierto, se trataría de un tope que haga que no supere los niveles estimados en el Presupuesto para fin de año y tampoco recaliente la inflación.
Por ahora, los datos que arroja el mercado en este rango de precios son los aceptables.
Los futuros del dólar (NDF) en el Rofex negociados para diciembre de este año indican un tipo de cambio implícito de $19,12.
Esto marcaría una devaluación para todo el año del 20%, cifra muy similar a la inflación esperada por los economistas para este agitado 2017.