Con más de u$s110.000 millones, Argentina logra el mayor blanqueo del mundo
Aún no se dieron a conocer las cifras exactas, pero ya se sabe que son récord: el "Plan de exteriorización voluntaria de capitales" -más conocido como blanqueo- que cierra este viernes es el más grande en la historia del país.
Los más de u$s110.000 millones declarados representan la declaración de fondos “en negro” más importante del mundo, según una consultora local. Algunos estiman que se podría llegar a los u$s130.000 millones, aunque a horas del cierre hay versiones que ponen la cifra en u$S115.000 millones.
Sólo Italia logró un blanqueo de proporciones similares (u$s102.000 millones) en 2009, de acuerdo con una comparación realizada por Litvin, Lisicki & Asociados.
Brasil, a pesar de tener una economía mucho más grande que la argentina, logró blanquear la mitad: u$s53.000 millones en 2016.
¿A qué se debió el éxito?El gobierno nacional lo atribuye a la confianza en su gestión. Como comparación, cita el fracaso de los dos blanqueos realizados durante la administración Kirchner.
El primero, en 2009, logró captar u$s4.700 millones que no habían sido declarados. El segundo (2013-15) apenas u$s2.600 millones, según datos de la AFIP.
Sin embargo, desde el Gobierno admiten que un factor determinante para explicar el éxito del actual blanqueo es la inminente puesta en marcha de acuerdos para realizar intercambios automáticos de información financiera y tributaria con más de 100 países.
Estos convenios, firmados en el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), permitirán que a partir de septiembre la AFIP pueda obtener información sobre cuentas bancarias de sus ciudadanos en países como Francia, Alemania, España, Italia, el Reino Unido, Luxemburgo y las islas Seychelles.
César Litvin, socio del estudio Litvin, Lisicki & Asociados, coincidió que el inminente intercambio de información fue la causa número uno del éxito de esta iniciativa.
Además, el analista dijo que la mayor seguridad jurídica garantizada por el actual gobierno fue también un factor determinante.
Un argentino que eligió sincerar una cuenta no declarada en Estados Unidos contó otro motivo que lo llevó por primera vez en más de medio siglo a aceptar una propuesta de blanqueo.
“No era obligatorio repatriar el dinero, así que de esta forma me garanticé la posibilidad de seguir teniendo mis ahorros seguros en el exterior y sin el temor de que me cobraran multas altísimas si descubrían mi cuenta”, contó el hombre, ya retirado, que prefirió mantener el anonimato.
Sin embargo, esta es justamente una de las críticas que le hacen algunos a la llamada Ley de Sinceramiento Fiscal.
En ese sentido, fueron muchos los que consideraron que el sinceramiento es, en realidad, un “premio al que hizo las cosas mal” y que el haber hecho “el blanqueo más grande del mundo” debería dar vergüenza.
Fondos en el exterior
Según la OCDE, Argentina es el octavo país del mundo con mayor volumen de capitales fuera de su tierra. En 2016, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) estimó que ese dinero “fugado” afuera supera los u$s230.000 millones.
Pero eso es sólo lo que está dentro del sistema financiero. Hay que sumarle el capital en cuentas offshore y el dinero de pequeños ahorristas que decidieron guardarlo lejos de los bancos, por ejemplo, debajo del colchón.
Algunos estiman que la cifra final se acerca más a los u$s400.000 millones.
Por eso, los críticos señalan que este blanqueo no cambia la “cultura de la evasión” argentina.
Y resaltan que si bien se logró captar la cifra más alta hasta ahora de lo fugado, al no obligar a repatriar ese dinero el beneficio para el Estado es mínimo.
Apenas lo recaudado por esa tasa del 5-10%, que según César Litvin sumará cerca de u$s10.000 millones (que se usarán para pagar deudas pendientes a los jubilados).
No obstante Jorge Colina, del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), explicó que el asunto debe ponerse en contexto, según informó BBC Mundo.
“La realidad es que cobrar todo lo adeudado hubiera sido imposible en términos prácticos para cualquier Estado. Hubiese implicado juicios, largos procesos; por eso lo mejor fue hacer este blanqueo, que fue lo recomendado por la OCDE”, afirmó.
Colina consideró que si bien todo blanqueo condona de cierta forma al evasor, al menos este tiene una virtud inusual: también premia al que hizo las cosas bien, exonerando a los contribuyentes que estén en regla de pagar el impuesto a los bienes personales (un impuesto a la riqueza) durante tres años.
El experto también aclaró que el principal beneficio para el Estado no es lo recaudado ahora, sino lo que se recaudará en el futuro ahora que se aumentó la base imponible.
“Ahora muchísima gente que tenía bienes no declarados deberá empezar a pagar impuestos sobre ellos”, afirmó.
“Y algunos que decidieron blanquear sus ahorros también podrían elegir invertir ese dinero en el país si las condiciones mejoran”, concluyó.