La desgracia de Brasil y su impacto en Argentina: prevén suba del 50% en exportación de carne
La crisis que atraviesa Brasil por los casos de corrupción que mancharon a gran parte de la clase política y a empresarios de primera línea, ahora se ve profundizada por un escándalo insospechado: el de la carne.
Tras una investigación de dos años, se reveló que grandes frigoríficos de ese país “maquillaban” carne podrida con químicos potencialmente cancerígenos.
Y, para agravar el panorama, que cientos de inspectores que debían controlar la calidad de los cortes para exportación y consumo interno hicieron la vista gorda a cambio de millonarios sobornos, que también habrían llegado a políticos.
Para la manchada reputación de Brasil, es otro golpe más. Para la industria frigorífica de ese país, podría significar un impacto profundo que –anticipan expertos- podría generarle pérdidas por hasta u$s2.700 millones anuales.
Para tener una idea de la importancia de este sector, basta mencionar que la nación vecina genera un 30% más de divisas con las exportaciones de carne vacuna que con su industria aeronáutica, liderada por Embraer.
Sin embargo, el imperio que supo construir Brasil, con marcas de alimentos que se volvieron trasnacionales y que fueron absorbiendo competidores en todas partes del mundo, ahora amenaza con resquebrajarse.
En este contexto, mientras hora tras hora se amplía el listado de países que anuncian la prohibición de embarques hasta que se hagan controles y se esclarezca el escándalo, para las compañías argentinas la desgracia ajena puede convertirse en una súbita oportunidad, claro que no exenta de riesgos.
Referentes del sector aseguran a iProfesional que las exportaciones de cortes nacionales, por la alta calidad y la capacidad ociosa que todavía registran las plantas, tiene altísimas chances de incrementarse en un 50% respecto de 2016, en gran medida motorizadas por la crisis del país vecino.
“La participación que ocupa Brasil en el comercio mundial es tan elevada que las restricciones que está sufriendo muy probablemente provoquen un redireccionamiento de la demanda hacia frigoríficos argentinos”, destaca a este medio Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria de la Carne (CICCRA).
El directivo recalca que el número de cabezas se incrementó en estos dos últimos años y que hay capacidad suficiente como para expandir la producción de manera automática, sin afectar la demanda doméstica ni los precios internos.
"Estamos en condiciones de responder muy rápido a un eventual aumento desde el exterior", agrega.
En tanto, el titular de la Secretaría de Agregado de Valor del Ministerio de Agroindustria, Néstor Roulet, coincide en que se abren oportunidades para las empresas locales.
“Creo que gran parte del mundo, ante esta necesidad, va a ver a la Argentina como un posible mercado para comprar”, afirma.
El funcionario destaca que el país está preparado para vender al exterior hasta 400.000 toneladas “sin incidir en el mercado interno”, frente a las casi 270.000 del año pasado.
Más luces pero también sombrasPese a este optimismo inicial, en paralelo existe el temor de un “efecto contagio”, desde el preciso momento en que en el país también operan algunos de los principales frigoríficos que ahora están sospechados en la nación vecina.
BRF, por ejemplo, posee ocho plantas en la Argentina, donde maneja marcas emblemáticas como Vienísima, Tres Cruces, Campo Austral y Bocatti. En tanto que JBS es propietaria de Swift y Cabaña Las Lilas.
Schiariti sostiene que no es posible garantizar que no haya algún tipo de efecto colateral que termine perjudicando a las exportaciones albicelestes.
Sin embargo, se aferra a la idea de que la crisis quedará encapsulada dentro de las fronteras del país vecino.
“Se está poniendo en tela de juicio a las empresas, es verdad. Pero, por encima de ellas, lo que se está cuestionando es a todo el sistema sanitario brasileño”, destaca.
“Está trascendiendo que las propias compañías tenían acceso a los certificados y que los empleados eran los que los completaban o fraguaban. Esto afectó seriamente la credibilidad de los organismos oficiales de control”, recalca.
Roulet también es de los que establece esa diferencia crucial: “Por los protocolos de calidad a través del Senasa y el Anmnat, la Argentina indiscutiblemente tiene una carne no sólo de calidad sino de total inocuidad y bien tratada”.
En tanto, fuentes cercanas al Ministerio que conduce Ricardo Buryaile y que aceptaron dialogar bajo estricto off the record, hacen una doble lectura.
Por un lado, afirman que comercialmente habrá un impacto positivo rápido: “Brasil tiene cerca del 20% del comercio mundial. Las barreras ya están afectando sus exportaciones. Mientras avance la investigación y los controles, en el corto plazo veremos más países demandando carne argentina”.
Sin embargo, el funcionario no oculta su temor frente al impacto negativo que este escándalo tendrá en la mesa de negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea, bloques que aspiran a cerrar un acuerdo de libre comercio antes de fin de año.
En dicha negociación, el capítulo que involucra al mercado de la carne es de suma relevancia: la Argentina, junto con Brasil, Paraguay y Uruguay vienen reclamando una cuota libre de aranceles de 300.000 toneladas, mientras que los técnicos europeos vienen contraofertando un cupo menor a las 80.000.
“Esta crisis nos beneficia como país pero en el corto plazo. Nos preocupa que esto sea el golpe de gracia para el intento de ganar más terreno, como región, en el Viejo Continente”, agrega.
Entretelones del escándalo El viernes, la Policía Federal de Brasil reveló los resultados de una investigación que se extendió a lo largo de dos años y que involucró a más de 1.000 agentes, que detectaron que:
-Empleados de las mayores productoras de carne de ese país (entre las que figuran JBS y BRF) adulteraban con productos químicos carnes en estado de putrefacción o no aptas para consumo humano.
-En algunos casos, se “maquillaban” los cortes con ácido ascórbico, con el objetivo de mejorar el aspecto de la carne. En altos niveles, aseguran que este producto es potencialmente cancerígeno.
-En la causa también se advierte que modificaban las fechas de vencimiento de los productos o que inyectaban agua para aumentar el peso de los productos, entre otras prácticas fraudulentas.
-La Policía Federal también investiga una posible red de sobornos en la que estarían implicados decenas de inspectores.
-Además, el jefe de esa fuerza, Mauricio Moscardi, fue más allá al afirmar que “parte del dinero de las coimas estaba destinado a partidos políticos”. Incluso, acusó a miembros del PMDB, del presidente Michel Temer.
A medida que el escándalo crecía y se iba de las manos de las autoridades, el propio Temer trató de reaccionar con rapidez.
Para ello, invitó a 40 embajadores de países de la Unión Europea, Estados Unidos, China y otras naciones a una “churrascaría” para intentar llevar calma.
"Es importante destacar que, de 11.000 empleados, sólo se investiga a 33 y que, de las 4.837 plantas sujetas a inspecciones, apenas hay 21 presuntamente implicadas en eventuales irregularidades. Y de esas 21, sólo seis realizaron exportaciones en los últimos 60 días", expuso el mandatario, mientras disfrutaba de varios cortes vacunos.
Funcionarios de su gabinete incluso salieron a cuestionar la investigación de la Policía Federal y hasta dejaron deslizar que el único objetivo es el de desacreditar a la administración Temer.
Sin embargo, el gobierno no pudo frenar el escándalo, que comenzó traducirse en prohibiciones.
China, la Unión Europea, Chile y hasta Jamaica son algunos de los mercados que directamente suspendieron las importaciones de carne vacuna o que prohibieron el ingreso de productos de frigoríficos sospechados.
En tanto que Corea del Sur y México impusieron una barrera al ingreso de carne de origen aviar.
Incluso, hasta desde el SENASA salieron a alertar que incrementarán los controles a los embarques de cerdo, pollo y pavo provenientes de la nación vecina.
En este contexto, desde la Asociación de Comercio Exterior de Brasil advirtieron que estas trabas que están multiplicándose, sumado al descrédito que ahora recae sobre los alimentos de ese país, afectará a las exportaciones. Advierten además que otros mercados exigentes, como Japón o Arabia Saudita, posiblemente comiencen a requerir certificados más rigurosos para habilitar el ingreso de nuevos embarques.
Directivos de la Asociación le pusieron cifras a la crisis: estiman que las exportaciones de frigoríficos brasileños se desplomarán un 20% este año y que las pérdidas, contabilizando una posible retracción del consumo interno, podrían llegar a los u$s2.700 millones.
Mercados en la mira para el bife argentinoDesde CICCRA afirman que la Argentina tiene importantes chances de recuperar porciones de mercado que se han perdido en los últimos años.
El bife albiceleste hace un largo tiempo que viene retrasado en la carrera exportadora frente al mayor comercializador de cortes vacunos del mundo.
Para empezar, Brasil hoy cuenta con un rodeo de 219 millones de cabezas, cuatro veces más que la Argentina, con una producción de 9,2 millones de toneladas, que resulta 3,5 veces superior. Además, llegan a 150 países, casi el triple de destinos que las compañías locales.
La Argentina ha venido resignando mucho terreno especialmente a partir de 2010, cuando el entonces secretario de Comercio, Guillermo Moreno, comenzó a frenar las exportaciones para inundar el mercado interno y así forzar una baja en los precios.
Esto provocó un amplio gap entre los dos mayores socios del Mercosur: en 2016, los frigoríficos brasileños despacharon carne vacuna por 1,4 millón de toneladas, cinco veces más que los argentinos, cuando en 2009 la brecha era de apenas 2,2.
“Perdimos muchos mercados y ese lugar vacante lo fue ocupando Brasil, como ocurrió con Chile”, afirma Schiariti.
La nación trasandina le suele comprar 70.000 toneladas anuales por un valor de u$s300 millones.
La Argentina le llegó a vender 45.000 toneladas en 2009, pero el año pasado los envíos cayeron a 27.000 toneladas, un 40% menos.
“Chile compra mucho novillito, el tipo de animal que tenemos en abundancia. Así que no habrá problemas para activar exportaciones cuanto antes”, apunta el titular de CICCRA.
En el caso de China, Brasil le despachó 165.000 toneladas por más de u$s700 millones.
La Argentina ahora está en carrera, dado que en 2016 recibió a una importante delegación de técnicos del gigante asiático, que habilitaron un gran número de frigoríficos para abrir más el mercado. Así logró abrochar negocios por casi 58.000 toneladas, valuadas en u$s241 millones.