Post blanqueo: opciones para que argentinos resguarden patrimonio y paguen menos impuestos
Faltan meses para que el blanqueo de capitales llegue a su fin.
Sin embargo, en base a las cifras preliminares, puede anticiparse que para el Gobierno el régimen ya es un éxito, en términos políticos y económicos.
Oficialmente se comunicó que la exteriorización de activos acumula a la fecha casi u$s98.000 millones (35 veces más que lo captado por el kirchnerismo en su último intento).
Se exteriorizaron activos por un monto que duplica al del blanqueo realizado en Brasil (2016)y que resulta cuatro veces mayor al de Chile (2015).
En el desagregado presentado por la AFIP surgen tres datos interesantes:
-El 86% de las tenencias estaba en el exterior (u$s85.000 millones)
-Estados Unidos es el principal receptor de esos fondos (46%)
-En segundo orden aparece Uruguay (22%)
A los estudios de abogados especializados no les sorprende que el blanqueo muestre cifras de tal magnitud, incluso faltando tres meses para que concluya.
Tampoco que el monto final pueda terminar ubicándose entre los u$s120.000 millones y u$s140.000 millones.
En otras palabras, aún hay margen para que haya más sorpresas positivas para el Gobierno.
Ahora bien, ¿cuánto hay de "mérito propio" y cuánto de "desgracia ajena"?
Para los especialistas consultados por iProfesional, los buenos resultados se deben, en gran medida, al incierto escenario internacional y no tanto (o muy poco) a la "confianza" hacia el país, tal como señala el oficialismo.
Algunas consideraciones que avalan sus argumentos:
-Con el paso del tiempo se hará prácticamente imposible para un contribuyente de cualquier país ocultar parte de su patrimonio.
-Es altamente probable que en un lapso de 3 a 5 años deje de existir dinero no declarado en entidades financieras, al menos en las de primer nivel.
-Los bancos de Europa, desde hace ya un tiempo, vienen rechazando a clientes que quieran depositar dinero no declarado. En tanto, los de Estados Unidos aún están en una transición que llevará algunos años
-Los países van camino a un esquema de transparencia de la información tributaria y se cree que no quedarán muchos refugios en los que puedaser escondido el capital
Estas cuestiones resultan determinantes para que los argentinos decidan aceptar la "invitación" del Gobierno a blanquear sus patrimonios.
Más aun, desde los estudios jurídicos afirman que gran parte de los que "sinceran" lo hacen por la totalidad y no realizan blanqueos parciales.
Al hacer cuentas, interpretan que es mejor opción abonar el impuesto y olvidarse de la cacería del fisco que seguir ocultando parte de sus tenencias y permanecer intranquilos de cara al futuro.
"Se paga por la tranquilidad", suelen decir en los estudios de abogados.
El día después del blanqueo
Una de las preguntas recurrentes por parte de los "blanqueadores" es qué pasará el día después. Es decir, cuando vuelvana estar bajo la lupa de la AFIP.
"El principal objetivo de la estructuración patrimonial, hasta hace poco se centraba en muchos casos en el ocultamiento. Hoy, en cambio, el foco principal es la planificación", define Martín Litwak, socio fundador de Litwak&Partners.
El estudio -con oficinas en Montevideo, Lima, Miami, Buenos Aires y las Islas Vírgenes Británicas- está trabajando activamente en brindarles a sus clientes (de mucho dinero o directamente "VIP") alternativas para que puedan resguardar el patrimonio ya sincerado.
No obstante, los costos asociados al armado de estructuras legales para "resguardar" esos activos hacen que no sean tantos los que puedan acceder a estos mecanismos.
Al no ser obligatorio el tener que ingresar al país el dinero sincerado, las opciones para conservarlo en el exterior pueden otorgarle tranquilidad a los blanqueadores de mayor poder adquisitivo.
Desde sus oficinas en Miami, Litwak detalló a iProfesional varios aspectos que resultan clave en el proceso:
-En relación con cada activo que posee el cliente, lo primero que hay que debe hacerse es determinar si resulta o no conveniente que quede dentro del patrimonio
-En caso de que quede fuera, habrá que asegurarse que sea correctamente reportado a la autoridad fiscal del país del que se trate y de que se paguen los impuestos correspondientes.
-Si el cliente no está de acuerdo con cancelar esos tributos, entonces las opciones que tienen son: que ese bien salga del patrimonio o, en todo caso, fijar residencia fiscal real en una nación en la que se sienta más cómodo respecto del gravamen a pagar.
-La alternativa de excluir ciertos activos del patrimonio del cliente es, en general, atractiva cuando se está frente a tenencias que generan ingresos (como acciones, bonos, depósitos, etc.) y que, por ende, están sujetas al pago del impuesto a la renta.
¿De qué manera una persona puede dejar de poseer (o, mejor dicho, de controlar) bienes que generen una entrada de dinero y así pagar menos impuestos?
Este interrogante es clave para una gran mayoría de los argentinos que aceptó sincerar sus cuentas fuera del país -de las que obtienen una renta- y por la cual se ven obligados a pagar impuestos.
Alternativas para amortiguar el impacto fiscal
"Las soluciones ideales no existen-o al menos no existen más- y la mejor solución dependerá del tipo de activo, de la residencia fiscal del cliente y de sus objetivos y necesidades", expresaLitwak.
"Lo que sí es claro es que dejó de ser una opción la posibilidad de poseer activos financieros no declarados en países que no están integrados al sistema financiero global. No solamente desde el punto de vista jurídico o ético sino también del pragmático", considera el especialista.
Los caminos son variados y, en todos los casos, tienen sus pros y sus contras.
-Aportar los bienes a un trust, preferentemente irrevocable
-Utilizar los activos como pago de la prima correspondiente a una póliza de seguro (en países en los que está permitido)
-Invertir en activos ilíquidos que no generen ingresos y, por ende, impuestos
-Estructurar un fondo de inversión del que no se tenga el control
-Invertir en territorios excluidos del sistema financiero internacional, que no comulguen con el intercambio de información global (Corea del norte, Venezuela, Cuba, Sudán, etc.) si bien esto genera otro tipo de riesgos.
Por lo pronto, la figura del "trust" o del fideicomiso es una de las más atractivas para los argentinos.
Se trata básicamente de un contrato especial y privado por el que una persona transfiere a otra de su confianza un bien o un derecho con el fin de que lo controle y administre en beneficio de terceros, normalmente familiares.
En cuanto a los efectos fiscales en Argentina, aseguran los especialistas, el trust irrevocable con activos en el exterior permite evitar la aplicación de impuestos a los bienes personales sobre esos activos.
Además, brinda la posibilidad de diferir el impuesto a las Ganancias hasta la efectiva recepción de los bienes por parte de los beneficiarios del trust.
Otra opción es colocar esas tenencias en una sociedad off shore. De este modo, se logra el mismo efecto de diferimiento respecto del impuesto a las Ganancias, si bien habrá que seguir abonando Bienes Personales sobre el valor de las acciones de dicha sociedad.
"Cualquiera sea la opción elegida, la estructura que decida armarse va a tener cierto grado de transparencia. Sobre todo en materia de activos financieros, y debe a su vez poseer substancia", agrega el especialista.
Escalas y distinto tipos de inversores
La planificación financiera del patrimonio no es para todo el mundo, ya que puede ser onerosa.
Pero, en el caso de realizar un "trust" -dependiendo de la jurisdicción, del monto y del tipo de activo- cuesta, en general, entre u$s5.000 y u$s10.000.
El cálculo que tiene que hacer la persona es si le conviene pagar ese costo para realizar el fideicomiso o, en todo caso, evitarlo y directamente abonar el gravamen.
"Es un tema de escalas. Para una persona con menos de u$s2 millones, hacer un trust no le va a resultar negocio", apuntan desde otro estudio de abogados especializado en la materia.
También cambiaron las formas de invertir. Hay muchos que decidieron dejar de comprar activos tradicionales por los cuales se ven obligados a abonar impuestos y optaron por otras alternativas más exóticas.
Por ejemplo, los abogados de clientes más adinerados afirman que hay una tendencia a invertir en obras de arte, relojes de colección y hasta incluso Bitcoins que, al ser moneda virtual y no de curso legal, no tributa.
Además de evitar el pago de gravámenes, quienes eligen estas opciones por sobre las más tradicionales, buscan una mayor confidencialidad de la que puede proveerle un banco.
"Lo que buscan muchas personas y familias con su patrimonio es invertirlo con la mayor confidencialidad posible. Todos estos tratados de información fiscal entre los países atentan contra ese lema", asegura la fuente consultada.
Por eso, no son pocos los que creen que en un futuro no muy lejano los grandes patrimonios ya no estarán invertidos en los activos tradicionales (por ende bajo la fiscalización de los reguladores) sino en forma más secreta y mucho menos accesible a la lupa de los gobiernos.