Trump impactará en la industria tecnológica como "la entrada de los bárbaros en Roma"
El “impacto” de las políticas que desarrollaría el presidente electo estadounidense Donald Trump sobre la industria tecnológica será “similar al que tuvo la entrada de los bárbaros en Roma”.
El pronóstico sombrío fue compartido a iProfesional por Enrique Dans, uno de los más reputados analistas tecnológicos del mundo.
Este profesor de innovación en la IE Business School desde 1990, licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Santiago de Compostela, con un MBA en el Instituto de Empresa, y doctor en Sistemas de Información en la californiana UCLA, analizó para este medio las consecuencias que tendrán las medidas esbozadas por el candidato republicano que se impuso en las elecciones del 8 de noviembre en la mayor potencia mundial.
Dans, quien realizó estudios postdoctorales en Harvard Business School, estudia en su trabajo como investigador, divulgador y asesor los efectos de la innovación tecnológica sobre las personas, las empresas y la sociedad en su conjunto.
Además de su actividad docente en la IE Business School, desarrolla labores de asesoría en varias negocios iniciales (“startups”) y compañías consolidadas, es colaborador habitual en varios medios de comunicación en temas relacionados con Internet y la tecnología, y escribe a diario desde 2003 en su blog personal, enriquedans.com.
-¿Cuáles son las consecuencias de la victoria de Donald Trump en las elecciones en los Estados Unidos en el mercado tecnológico global?-Son en su mayoría negativas para el mercado tecnológico. Durante la campaña, Trump dio numerosas muestras de no ser precisamente un entusiasta de las compañías tecnológicas, que durante la administración Obama se convirtieron prácticamente en el motor económico del país.
En ese sentido, Trump parece ser una persona muchísimo más clásica en sus concepciones económicas, que da mucha más importancia y peso en la economía a sectores como -por supuesto- la construcción, la defensa, el petróleo, la minería, etc.
Entre las amenazas de Trump a unas compañías tecnológicas que, en su inmensa mayoría, tuvo en contra en la campaña y lo demostraron de manera no precisamente tímida, estuvo por ejemplo la idea de atacar a Amazon mediante la legislación antimonopolio, a Apple por fabricar fuera del país o por no abrir su iPhone al FBI (el magnate usa un terminal Samsung debido a su boicot personal a la marca de la manzana), o a toda la industria amenazando con eliminar el programa de visados especializados para trabajadores del ámbito tecnológico.
Si unimos a esto ideas peregrinas como la imposición de aranceles a los productos chinos, que ya veremos hasta qué punto es posible, hablamos de un impacto sobre la industria tecnológica similar al que tuvo la entrada de los bárbaros en Roma.
Por otro lado, la idea de rebajar los impuestos, y particularmente los aplicados a la repatriación de capital, podría representar una enorme oportunidad para que las grandes compañías tecnológicas llevasen a los Estados Unidos las ingentes cantidades de dinero que tienen en otros países acumulados como resultado de sus operaciones exteriores.
-¿Cómo afectaría la política proteccionista de Trump a compañías como Apple, Intel o Qualcomm, entre otras, que tienen una gran dependencia del mercado chino?-La relación de las compañías tecnológicas con China estuvo determinada durante mucho tiempo por los bajos costes laborales unitarios del gigante asiático.
China fue el "fabricante del mundo" por sus bajos costes laborales unitarios durante muchos años, y ahora está llevando a cabo una ambiciosísima transformación para adaptarse a la robotización.
Hemos pasado de aquel "made in China" que en realidad quería decir "Assembled in China" a un "Engineered in China" que refleja un desplazamiento muy fuerte del gigante asiático en términos de valor añadido.
Ahora vemos cómo muchas de las populosas fabricas del país, en las que proliferaban problemas laborales, abusos y condiciones insalubres, reducen su plantilla en un 85% al tiempo que incrementan su producción y su calidad gracias a la robotización, y mantienen al 15% restante de trabajadores como encargados del mantenimiento de los robots.
Las ventajas de producir en China ahora, además de contar con un enorme expertise en ensamblaje y fabricación y con una creciente mano de obra especializada en procesos robotizados, es el hecho de que los fabricantes de la mayoría de los componentes electrónicos está también en China o en el sudeste asiático, lo que implica que en caso de haber algún problema o de necesitarse asistencia, ésta puede llegar más rápidamente.
Es difícil plantearse hoy fabricar en un país si ello supone que te tienes que alejar mucho de la inmensa mayoría de tus suministradores.
-¿Cómo afectaría la presidencia de Trump al desarrollo de empresas como Tesla y el sector del automóvil eléctrico, así como el mercado de las tecnologías renovables en general? -La supina ignorancia de Donald Trump en todo lo tocante al impacto del cambio climático, sin duda el problema más acuciante en este momento a nivel mundial, podría determinar un giro de la política energética del país que redujese los incentivos a la generación de energías limpias, lo que potenciaría la industria del petróleo y los combustibles fósiles en general.
Esto podría redundar en una pérdida de competitividad de compañías como Tesla en caso de que se tradujese en la eliminación de los incentivos gubernamentales, lo que encarecería sus vehículos y, sin duda, dañaría sus posibilidades de ganar mercado.
El hecho de que el fundador de Tesla, Elon Musk, haya expresado de manera clara y contundente sus reticencias a Donald Trump durante la campaña podría llevar además a pensar en represalias por parte de una persona como Trump que, sin duda, no podría nunca sobrevivir a una caída desde lo alto de su ego, y que además ha dado ya numerosas pruebas de tomar decisiones no tanto con el cerebro como con otros órganos situados a la altura de su cinturón.